Ahorro en sanidad
EL uso forzoso de medicamentos «genéricos» establece, de hecho, y contra el criterio de muchos médicos, dos asistencias médicas en el sistema público de salud (SAS): una para pobres y otra para acomodados. Un triste e inadmisible recurso con el que, a costa de la salud de los menos favorecidos, la Junta —¡tan ahorradora, por las que hilan!— dice que reduce su gasto catastrófico. Y ahora, la Comisión Europea y el Defensor del Pueblo Español andan investigando lo que consideran una discriminación insultante infligida a los andaluces por su propia autonomía. ¿Por qué un andaluz enfermo ha de tratarse con fármacos tercermundistas mientras en otras comunidades lo hacen con los genuinos? Con tantos millones revoloteando por los despachos, realmente está discriminación resulta insufrible.