Un Brexit duro impulsaría la independencia de Escocia
Si el acuerdo no es más flexibe, para 2030 el país habría perdido un 8,5% del PIB
Con el nuevo año la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha vuelto a resucitar su proyecto bandera y la razón de ser de su partido, el Nacionalista escocés: la celebración de un segundo referéndum de independencia.
Una posibilidad que parecía desterrada tras el batacazo político que sufrió su partido en las elecciones generales del mes de junio del año pasado, en las que su agrupación perdió veintiún diputados en el Parlamento británico.
Pero el Brexit ha puesto sobre el tapete de nuevo esta posibilidad, después de que la propia Sturgeon admitiera que a finales de este año decidirá si solicita una nueva consulta al Gobierno británico, que debe dar su permiso. Todo va a depender, aseguró la ministra principal escocesa, de cómo vayan las negociaciones del Brexit. «Cuando lleguemos a esa etapa, determinaremos si Escocia debería tener el derecho a elegir entre esa nueva relación del Reino Unido (con la UE) o bien escoge ser un país independiente», afirmó en una entrevista en la BBC.
Tras estas declaraciones, su Gobierno presentó ayer un informe, explicado por ella misma, que asegura que un Brexit en el que el Reino Unido quede finalmente fuera del mercado único de la UE y sin acuerdo final de libre comercio entre ambas partes le costaría a Escocia millones de euros en pérdidas. Un dato que sin duda impulsará y haría popular el objetivo de Sturgeon de llevar a cabo el plebiscito basándose en los pronósticos que desvelaba ayer.
Grandes pérdidas
Dedicado a resaltar el coste del llamado «Brexit duro», este análisis señala que el país perdería para el año 2030 un 8,5% del PIB, lo que supondría unos 12.700 millones de libras (más de 14.000 millones de euros) al año. Ante este pronóstico, Sturgeon volvía a pedir al Gobierno británico que sea más flexible en las negociaciones.
Según el documento, que analiza todos los casos posibles del Brexit, cada escocés perdería unas 2.000 libras (2.500 euros) al año de poder adquisitivo si finalmente el país basa su relación con la UE solo en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin acceso al mercado único, lo que implicaría la imposición de aranceles con los países europeos.
Desde el Gobierno británico han vuelto a criticar las intenciones de Sturgeon. Creen que todo lo que hace está enfocado a un único propósito: buscar el soñado segundo referéndum de independencia, lo que no ayuda a las cada vez más delicadas negociaciones del Brexit.