El negocio de González nunca acaba
∑El máximo accionista se reservaba un 10 por ciento de la plusvalía de una venta posterior al traspaso que ahora hacía a Jesús León y Luis Oliver hijo
El Córdoba CF es una vaca que sigue dando leche, aunque tenga las ubres algo tocadas porque ha tomado una vía pecuaria que le conduce a Segunda B. ¿Queda algo más por exprimir en la entidad blanquiverde a nivel económico? Parece que sí. Y no hablamos del posible traspaso de Florin Andone por el Deportivo de la Coruña (el club tiene un 30% sobre esa futura operación de venta del delantero rumano por el conjunto gallego). Tampoco de una (ojalá que no se produzca) ayuda al descenso a Segunda B (un mínimo de 1,2 millones de euros, tras las nuevas tarifas). La contestación aparece clara y expresamente en el contrato de arras de compraventa del club y en la transcripción del contrato que debía elevarse a escritura pública el pasado miércoles. Azaveco vendía el paquete de acciones mayoritario del Córdoba (98,7%) por solo 8,5 millones de euros... y algo más. ¿Qué es? Más dinero. En concreto, Azaveco se reserva el ingreso del 10 por ciento de la hipotética plusvalía que se produjera de una venta posterior de Jesús León y Luis Oliver Sierra a un tercero, según recoge la documentación facilitada por Azaveco a los medios de comunicación el pasado viernes. El negocio del Córdoba nunca termina.
Esto significa que Carlos González se embolsaría otro 10 por ciento extra, además de los 8,5 millones actuales, de un traspaso futuro del club en la parte que exceda los 8,5 millones de euros (o la cantidad abonada hasta ese momento) de la venta actual del Córdoba (de producirse finalmente). Por tanto, Azaveco, en el caso de una venta de León y Oliver a un tercero dentro de unos años, seguiría ingresando dinero por ella.
Un supuesto práctico. Si León y Oliver, de consumarse primero el traspaso del club a ellos, vendiesen luego estas acciones por 15 millones, a Azaveco le correspondería un 10 por ciento de 6,5 millones de euros. Es decir, la diferencia entre los 15 millones por los que venderían León y Oliver Sierra y los 8,5 millones que pagaron por comprar el club a González (en el caso de producirse). En este supuesto práctico, la empresa de los González se llevaría otros 650.000 euros.
El plazo, además, para hacer frente a ese pago es bastante reducido en comparación con los tiempos más amplios de los que gozó Ecco Documática (empresa que compró el Córdoba y que luego absorbió Azaveco, tal y como adelantó y destapó ABC Córdoba hace meses), por ejemplo, para abonar el 1,2 millones de euros de la adquisición del club. Incluso, de los tres millones que pagó como prima a Prasa por el ascenso a Primera División. A diferencia de entonces, los actuales compradores solo tendrían cinco días desde la formalización de ese hipotético traspaso posterior para que Azaveco recibiera el 10 por ciento que generase una posible plusvalía de una venta del Córdoba por Jesús León y Luis Oliver, según recogen los documentos facilitados por Azaveco en el salón de actos del Córdoba el pasado viernes en una rueda de prensa de su administrador único y máximo accionista blanqui-
Plazo El pago del 10 por ciento extra sobre el exceso de los 8,5 millones de euros de ahora tendrían que abonarlo Jesús León y Luis Oliver en solo cinco días Limitaciones Carlos González también imponía un derecho de adquisición preferente sobre una futura venta en condiciones similares a las que le impuso Prasa
verde, José Carlos González, que ya acumula seis años y siete meses (siete temporadas) al mando de la entidad cordobesista.
Otras limitaciones a la venta
Además de esta condición económica, Azaveco también se reserva un derecho de adquisición preferente de las acciones sobre Aglomerados Córdoba en el supuesto de una venta del Córdoba posterior. Es decir, González impone a León y Oliver hijo, en este ámbito de las limitaciones a la transmisión del club, las mismas limitaciones que Grupo Prasa le colocó a él. De hecho, hay que recordar que Grupo Prasa tuvo que renunciar a este derecho de adquisición preferente (lo hizo el día 27 diciembre pero la notificación formal a Azaveco no llegó hasta el 29 a las 12.14 horas) para que pudiese formalizarse el traspaso de poderes en el club.
Prasa se reservó un plazo de 30 días para ejecutar ese derecho o comunicar la renuncia. En términos similares, Azaveco se guardaría ese tiempo prudencial de un mes para dar una respuesta definitiva. Eso sí, hay que recordar que Prasa apenas tardó una semana en dar una contestación para facilitar al máximo el traspaso de poderes. Es más, el presunto retraso de unos días de Prasa (no lo hubo) sobre la fecha inicialmente prevista para formalizar su renuncia se produjo por un problema personal de fuerza mayor en las altas esferas de la constructora cordobesa.
Aunque la transparencia sobre la operación del contrato de arras ha sido inmensa en estos últimos días, todavía quedan datos dentro de la letra pequeña, como la plusvalía que se reservaba Azaveco sobre un traspaso de Aglomerados Córdoba, que no dejan de convertirse en una sorpresa.