Marco normativo Cabify no ve una vía muerta en el freno regulatorio a las VTC
Σ «Siempre hemos defendido que una liberalización sin control sería un error», dice el responsable de la empresa en Europa Nueva movilidad
La Justicia no levantará las barreras impuestas a las plataformas de vehículo con conductor ( VTC). Aunque quiera. Si el Tribunal Supremo tumba finalmente los reglamentos de la ley que imponen limitaciones al número de VTC, denunciados por Competencia, se dará de bruces con otra norma que los recoge. Para satisfacción del taxi... y de Cabify.
Y es que el Gobierno aprobó la semana pasada, con el beneplácito del Congreso de los Diputados, un real decreto- ley que recoge restricciones a plataformas como Uber o Cabify. Una nomra que no solo es apoyado por el gremio. «Una liberalización llevada a cabo de forma abrupta y sin control sería un error. Esa ha sido siempre nuestra posición», explica Mariano Silveyra, en una entrevista a ABC. El director general de Cabify considera que el fallo del Supremo «no afectaría financieramente» a la compañía, pero sí «generaría un caos importante en el sector; muchas empresas perderían su inversión y las licencias pasarían a valer cero».
¿Quién se vería entonces beneficiado por una hipotética apertura? Silveyra lo tiene claro: «el que más dinero tiene». Sin apuntar directamente, señala al principal competidor de la compañía en España, Uber, que ha apostado en los últimos meses por la apertura total del mercado. « Acabaríamos en una situación de monopolio –explica– en la que primero caería el taxi y, después, el resto de empresas del sector».
Cabify se siente cómodo en un mercado acotado. En parte porque no van a frenar la concesión de un buen número de licencias, solicitadas antes de que se impusieran las actuales restric- ciones. Algunas de ellas han sido otorgadas por los tribunales, mientras que otras lo harán en breve. «No tenemos constancia de cuantas pueden ser. Las voces más radicales del taxi han señalado que pueden ser 10.000 » , afirma el responsable de la compañía. Sea cual sea el número final, será suficiente como para sufragar una nueva ola de aperturas del primer «unicornio» español.
«Tenemos una oportunidad a corto plazo. Vamos a aterrizar en Alicante, Bilbao y Granada. Tenemos además la posibilidad de abrir más ciudades y el objetivo de crecer en las que ya estamos. En Sevilla tenemos una oferta diez veces menor a la que podríamos llegar a cubrir», afirma el directivo. Todo ello no quita que la plataforma defienda una reforma del sector a medio plazo. Medidas que permitan «liberalizar gradualmente» el sector, de «forma ordenada» y «sin dejar a nadie atrás», en referencia clara al taxi. Es el que « necesita más ayudas para crecer tecnológicamente», destaca Silveyra, en referencia a las medidas recogidas en el real decreto- ley aprobado recientemente por el Gobierno. Este incluía medidas enfocadas a potenciar la « competitividad del sector del taxi a nivel estatal y autonómico » . Se trata de acciones que serán coordinadas a través de la Conferencia Nacional de Transportes próximamente. «El cambio del sector requerirá tiempo», opina el directivo. «Han sido tres años tirados a la basura, ahora toca dialogar y tomar medidas que no compliquen la actividad del que tengo en frente».
Cabify pretende pasar página y cambiar el foco del debate. Por ello organizó un foro recientemente en el que invitó a representantes de Uber y del taxi (aunque estos finalmente declinaron la invitación, arguyendo que «llegaba tarde»). Y por ello insiste en en el mensaje de que el «enemigo real» del sector es el vehículo privado. «En ciudades como Madrid o Barcelona, más del 50% de trayectos se hacen con un vehículo particular. Esto tiene que cambiar. No tiene sentido hoy», apunta Silveyra.
«El enemigo real del sector es el vehículo privado»