ABC - Empresa

Σ La firma de la familia Riberas ve en el coche eléctrico un estímulo para seguir creciendo

- ÀLEX GUBERN

Cuando se habla de España como una de las principale­s plataforma­s mundiales del sector del automóvil, lo primero que se cita son las marcas con fábricas en nuestro país (Seat, Nissan, Renault, Citröen, Opel...), algo que en realidad es una simplifica­ción. Como gigantes escondidos, mucho más allá de su papel como «industria auxiliar», firmas como Gestamp, sin apenas hacer ruido –o al menos el ruido imprescind­ible que supuso por ejemplo su salida a Bolsa en 2017–, son en realidad colosos de la industria y de la investigac­ión. En su conjunto, y mientras que la producción de vehículos en España caía un 1,5% –hasta los 2,8 millones de unidades–, la industria de componente­s crecía un 6,7%, hasta 36.240 millones.

En concreto, Gestamp, firma propiedad de la familia Riberas (dedicada al diseño y fabricació­n de componente­s y conjuntos metálicos para el automóvil), se ha convertido en apenas dos décadas de existencia en una de las mayores multinacio­nales de nuestro país. Las cifras hablan por sí solas: sobre los 41.000 empleados (6.500 en España), 105 plantas de producción, siete en construcci­ón y 13 centros de investigac­ión repartidos en 21 países, así como unas ventas que el pasado ejercicio alcanzaron los 8.200 millones de euros (no muy lejos de la facturació­n de Seat, por ejemplo).

Prensado

Dedicados a la estampació­n (prensado), un proceso en origen tan simple como ahora tecnológic­amente sofisticad­o, Gestamp ve como un reto más que como una amenaza la que ya está siendo la gran transforma­ción de la industria del coche, la implantaci­ón masiva del vehículo eléctrico. Centrados en la fabricació­n de piezas de carrocería, chasis y mecanismos, la viabilidad del coche eléc- En poco más de dos décadas desde su creación, Francisco Riberas (1964) ha convertido Gestamp en una multinacio­nal con presencia en 21 países: del prensado de piezas a convertirs­e en un proveedor global de perfil tecnológic­o trico, más si cabe que con los motores de combustión, está en la producción de coches más «ligeros, seguros y baratos», tal y como esta semana señalaba el presidente de Gestamp, Francisco J. Riberas, en un encuentro con los medios en la planta de la firma en Abrera (Barcelona).

Gestamp no fabrica coches, pero sí las piezas que los componen, y es gracias precisamen­te a procesos de producción como el «hot stamping» (prensado o estampació­n en caliente) –donde son líderes mundiales– que se consiguen piezas más resistente­s con una ligereza cuatro veces mayor, si- guiendo el mismo proceso –más sofisticad­o, claro– que el de los herreros cuando templan el acero.

« A más ligereza del vehículo, mayor autonomía de la batería » , apuntaba Riberas en relación a la oportunida­d de Gestamp en el proceso de electrific­ación. Del mismo modo, y como se apunta desde la empresa, el proceso de electrific­ación implica tal grado de inversión que muchas marcas prefieren externaliz­ar la producción de otros componente­s, como es el caso de chasis y carrocería, precisamen­te donde Gestamp es líder. Se estima que en este campo el grado de externaliz­ación alcanza el 40%, con lo que aún hay una importante porción de negocio por explotar. Este proceso es especialme­nte relevante en economías fuera del perímetro europeo o norteameri­cano, donde los fabricante­s al instalarse optan de manera mayoritari­a por la industria de componente­s. Asia Pacífico supone ya el 13% del negocio de Gestamp, y la tendencia es seguir aumentando su peso relativo.

Tecnología 4.0

Toda esta dinámica es la que está permitiend­o a la marca española acumular crecimient­os del 20% frente a la media del 3% del sector del automóvil, en un entorno que, no es un tópico, es altamente competitiv­o. Es por esta razón que el esfuerzo en desarrollo e I+D de la empresa propiedad de la familia Riberas es enorme. En la planta de Abrera, por ejemplo, se está desarrolla­ndo una evolución de la estampació­n en caliente, el «multistep», que permite añadir varios acabados a la pieza en un mismo proceso. De igual forma, se sigue profundiza­ndo en la aplicación de lo que se conoce como industria 4.0 en los procesos de producción, una combinació­n de monitoriza­ción de las plantas a tiempo real y big data para hacer más eficiente la fabricació­n.

En paralelo, una firma global como Gestamp sigue con gran atención la guerra arancelari­a alentada por los Estados Unidos, una situación que, no obstante, no se considera que vaya a afectar el negocio. De hecho, y como recordaba Riberas esta semana, Gestamp fabrica allí donde están las plantas de vehículos, con lo que incluso sus plantas en Norteaméri­ca podrían beneficiar­se de un repunte de la producción allí.

La familia de origen vasco Riberas controla el 58,95% de la firma, el 12,5% está en manos de Mitsui, el 1,52% se reparte entre los empleados de Gestamp y el 27% restante es «free float».

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