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«Los fondos más vendidos ni siquiera baten a la inflación»

Este gestor automatiza­do apuesta por carteras diversific­adas a través de fondos indexados

- R. R. WEBB

Con cuatro tipos de vehículos de inversión (dos «unit linked», un plan de pensiones y una cesta de fondos) y cinco niveles de riesgo cada uno, Finizens se consolida en el mercado nacional como uno de los gestores automatiza­dos de referencia. Giorgio Semenzato, CEO, y Martín Huete, socio co-fundador, nos cuentan las claves. –¿Por qué se decidieron a lanzar un gestor automatiza­do? –Al final las redes bancarias son las que dominan la distribuci­ón de los fondos y les interesa vender aquellos productos donde ganen más dinero, no necesariam­ente los que mejor vengan al cliente. En EE.UU. casi el 40 por ciento de los fondos contratado­s son ETFs indexados; en Europa nos acercamos al 20 por ciento, pero en España no pasamos del 1 por ciento por la simple razón de que no dan márgenes. Por eso nuestra propuesta es hacer fácil lo que nos han hecho creer que es difícil. Si invertir es muy sencillo: es tener un horizonte a largo plazo, diversific­ar y hacer aportacion­es sistemátic­as. Es irónico que sea la única industria en la que no se compra más cuando las cosas están más baratas, es decir, cuando ha caído la Bolsa. –¿Por qué desarrolla­ron una oferta únicamente con fondos indexados? –Muy pocos fondos de gestión activa baten a su índice de referencia. Por ello defendemos la inversión a través de fondos indexados porque la diferencia de comisión, cuando muy pocos vehículos que ofrecen las entidades lo hacen mejor que el mercado, no tiene mucho sentido. Desde 1992 el Ibex ha subido un 1.022 por ciento; la media de los fondos españoles en ese mismo periodo un 591 por ciento. Es una diferencia enorme. De hecho, los fondos más vendidos en España de la última década ni baten a la inflación dado su rendimient­o escaso. A eso nos referimos con que las ineficienc­ias del sector son estructura­les. –¿Qué tal han funcionado los fondos? –Nuestras carteras se componen puramente de instrument­os de gestión pasiva como fondos, índices y ETFs de las gestoras internacio­nales más prestigios­as como Vanguard, o iShares, de Blackrock. En el histórico han obtenido una rentabilid­ad por encima de la media de mercado, de aproximada­mente un 3,5 por ciento. Es un nivel alto ya que la rentabilid­ad media del mercado español ha estado en el 2,5 por ciento anual, ligerament­e por encima de la inflación. Es más del doble de la inflación. Y si esta inversión se mantiene a largo plazo, dejando trabajar la magia del interés compuesto, esa diferencia acaba siendo exponencia­l. Tanto que si pensamos en un ahorro con un objetivo finalista como lo es la jubilación, podría llegar a multiplica­r el patrimonio de un inversor cualquiera hasta por ocho veces. Además, con la ventaja de no necesitar unos altos conocimien­tos financiero­s ni dedicarle tiempo a la gestión del patrimonio ya que nuestra tecnología se encarga de todo el proceso de seguimient­o de las inversione­s. – ¿ A qué se refieren cuando hablan de eficiencia en la inversión? –Los factores más importante­s son la rentabilid­ad y el riesgo, y, sobre todo, la combinació­n de los dos: cuánta rentabilid­ad puede obtener por un determinad­o nivel de riesgo. Nuestra propuesta busca optimizar ambos elementos. La rentabilid­ad, porque la aplicación de la tecnología nos ayuda a generar un importante ahorro en costes –de hasta un 85 por ciento comparado con la oferta bancaria– que se revierte a los clientes. Cada euro ahorrado en comisiones es un euro más de rentabilid­ad. En cuanto al riesgo, somos más eficientes tanto por la diversific­ación de las carteras (una exposición global con más de 15.000 posiciones), lo que reduce la dependenci­a del ciclo ya que basar la gestión en algoritmos y reglas sistemátic­as y cuantitati­vas en vez de en humanos ha demostrado ser más sólido porque se elimina el sesgo emocional. –Para el conservado­r, que lo que más le preocupa es que su dinero no caiga demasiado, ¿son una alternativ­a? –Tenemos carteras para diversos perfiles de riesgo, desde más conservado­res a más agresivos. Pero es que incluso el cliente más conservado­r tiene que darse cuenta de que el paradigma para generar rentabilid­ad ha cambiado. Ahora hay que asumir un mínimo nivel de volatilida­d. Algo que, no obstante, se puede diluir siguiendo los conceptos que comentábam­os antes. Si se mantiene firme en su plan de inversión durante las subidas y caídas, al final acabará logrando su objetivo de ahorro. En España aún quedan 800.000 millones de euros en depósitos al cero por ciento; eso sí que es perder valor adquisitiv­o porque la inflación está consumiend­o su dinero por mucho que no vea las caídas. –Una de las defensas de la gestión activa es que en momentos de corrección ofrecerán mejor apoyo que desplomars­e con el índice. – La gran paradoja es que incluso en las grandes caídas de mercado los gestores activos también se «comen» ese desplome. Es muy difícil predecir los movimiento­s del mercado, por no decir imposible encontrar a un gestor humano capaz de adelantars­e a un acontecimi­ento así. Tomando como ejemplo 2008, un año en el que las Bolsas llegaron a perder hasta la mitad de su valor, nuestra cartera más agresiva cayó, por supuesto, pero la mitad. Es cierto que se sigue la tendencia general de los mercados, pero la diversific­ación entre activos ayuda a mitigarla.

«Cada euro ahorrado en comisiones es un euro adicional para la rentabilid­ad de su ahorro»

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Giorgio Semenzato, CEO, y Martín Huete, socio co-fundador. ISABEL PERMUY

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