LO QUE DE VERDAD IMPORTA
«La perturbación con mayor capacidad para sabotear la expansión económica es un shock de petróleo»
Recesiones Las últimas en EE.UU. han estado precedidas por alzas del crudo Deseo Esperamos que la OPEP relaje cotización hata los 70 dólares
Las últimas semanas han evidenciado el duro pulso que mantienen los fundamentales de crecimiento de la economía mundial y algunos factores de índole geopolítica repartidos por todo el planeta. Pese al ruido político en muchos países, las proyecciones de crecimiento global para el segundo trimestre del año apuntan a que se alcanzará con holgura la sólida cuota del 4% anualizado. Esto constituye un anclaje fundamental para los resultados empresariales, cuyas estimaciones de beneficio por acción para 2018 superan el 20%, en el caso de EEUU o el 18% en el de los mercados emergentes.
Más modestas son las proyecciones para el mercado europeo, que bordean el 5%, pero que podrían recibir a partir de ahora un impulso derivado de la evolución más benévola del tipo de cambio tras la depreciación contemporánea del euro. Y al final, no olvidemos que el inversor lo que termina comprando cuando invierte en Bolsa es crecimiento económico y su derivada directa en forma de beneficios corporativos. No nos desviemos, por tanto, de lo verdaderamente importante; más si cabe cuando la geopolítica termina provocando una verdadera erosión en las perspectivas de futuro para el mercado. Esto es, cuando supone una destrucción de capacidad económica duradera o cambios tectónicos en el modus operandi institucional que, a fecha de hoy, no contemplamos, más allá de la renovada andanada protec- cionista que, de forma eventual, sólo restaría algunas décimas de crecimiento en los dos próximos años.
¿ Qué debería preocupar verdaderamente a un inversor antes de hacer las maletas por vacaciones? En nuestra opinión, la perturbación que potencialmente tiene mayor capacidad para sabotear la expansión económica es un shock de petróleo. Un encarecimiento notable del crudo derivaría en presiones inflacionistas fuertes, aceleraría el tensionamiento monetario, precipitaría una corrección de activos y, probablemente, alentaría una recesión global por deterioro generalizado de las condiciones financieras, liderada por EE.UU. Y es que todas las recesiones en EE.UU. en los últimos 50 años han estado precedidas por la duplicación del precio del crudo en el periodo de un año. No obstante, no todo aumento del 100% interanual de la cotización del petróleo ha terminado en recesión ( 2011 fue la excepción, pero aquel verano la economía estadounidense bordeó una recesión técnica y alteró el descanso estival de muchos agentes del mercado).
Si a lo largo de los próximos meses el crudo superase de manera consistente la cota de 90 dólares por barril, el ciclo económico global podría entrar en claro riesgo recesivo. Que no sobrepase este nivel y empiece a hacer mella en la economía dependerá, en buena medida, de la voluntad de la OPEP para aliviar los recortes de producción en su próxima reunión del 22 de junio. Esperamos una mayor generosidad en esta cita que relaje paulatinamente la cotización del crudo hacia 70 dólares por barril, referencia que sería un punto de equilibrio, considerando las actuales fuerzas de oferta y demanda y un nivel confortable para los diferentes países productores. De ser así, lo que de verdad importa - crecimiento y beneficios- seguiría gozando de buena salud, al menos, hasta final de año.