El acorralado derecho a la tregua en la era de la conectividad total
Σ La mitad de los trabajadores responde a mensajes tras su jornada y apenas una de cada cuatro firmas ha adoptado medidas de desconexión digital
Ni responder emails, ni a llamadas de trabajo, ni a los grupos de WhatsApp de los compañeros... Después de la jornada laboral, llevar la oficina y los asuntos profesionales en el móvil, en la tablet o el portátil no resulta nada saludable. Desconectar de la empresa cuando termine el horario de trabajo es una necesidad para todos. Se conoce como el derecho a la desconexión digital, algo de lo que empiezan a hacerse cargo algunas compañías y legisladores.
Las nuevas tecnologías están transformando las relaciones laborales hasta tal punto que muchas veces prolongan las jornadas de los empleados. De hecho, un informe del portal InfoJobs revela que el 51% de la población activa española responde email y atiende llamadas de trabajo durante las vacaciones y fines de semana. Y eso incide más cuanto mayor responsabilidad existe en el cargo: el 45% de los empleados están conectados al trabajo fuera del horario laboral, un porcentaje que aumenta al 68% entre los mandos intermedios y al 84% entre directivos.
«Si una persona desconecta y se dedica a sus hobbies, a su familia... al día siguiente rinde mejor, va a llegar más fresca al trabajo. La desconexión digital es una medida de salud mental y psicólogica», afirma Neus Margalló, responsable de Estudios de InfoJobs. Pero también «tiene que haber un compromiso en uno mismo. Un cargo alto debe tener la responsabilidad de no escribir un email durante el fin de semana a sus empleados porque debe saber que algunos se sentirán con la obligación de responder», explica.
Sentirse obligado
Es lo que ocurre en la mayor parte de las ocasiones: muchas personas se sienten obligadas a responder a los requerimientos de la empresa fuera del horario laboral, otras veces entienden que su cargo así lo exige y hay algunos que incluso dicen que sienten la necesidad de saber todo lo que pasa en el trabajo. «Un empresario o un autónomo lo hace esto necesidad y los directivos porque lo lleva el cargo. Luego hay trabajadores hiperresponsables, otros que tienen miedo a perder su puesto porque el compañero de al lado sí que responde a los mensajes fuera de horario... Hay que hacer un detox digital», indica Gina Aran, profesora de Estu- dios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya y directora de Humannova.
En cualquier caso, la mayoría de la población activa (76%) está a favor de que las compañías implanten políticas de desconexión digital. Sin embargo, por ahora solo el 28% de las organizaciones tiene alguna medida en este sentido. No obstante, se empieza a tomar conciencia en otros ámbitos: el PSOE ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para regular precisamente el derecho de los trabajadores a no responder email ni llamadas de trabajo fue- ra del horario laboral. También la anterior ministra de Empleo, Fátima Báñez, manifestó su intención de abordar este derecho.
Un derecho que no se recoge explícitamente en la legislación española como tal, aunque el Estatuto de los Trabajadores sí protege en este sentido a los empleados, como advierte Amparo Iglesias, abogada de Legálitas. «Durante el descanso, los trabajadores no tienen ninguna obligación de seguir prestando servicios a la empresa. El Estatuto dice que durante el descanso entre jornadas, el descanso semanal y las vacaciones el trabajador no tiene que ser molestado por parte de sus superiores y compañeros y no tiene que ser requerido por la empresa. Si ocurre, el trabajador no atiende a ese requerimiento y le sancionan o despiden sería considerado un despido nulo o improcedente». No obstante, en determinadas categorías profesionales puede ocurrir que se negocie la disponibilidad de una persona, «siempre que no sea abusiva, y compensarla con una retribución superior o con determinados periodos de descanso», señala la abogada.
No solo basta el respaldo legal, es
necesario una educación, aprender a saber desconectarse, como indica la profesora Aran. «Necesitamos una educación saludable en hábitos – afirma–, hay que saber regularse y separar los tiempos de descanso».
Todo es fruto del avance hacia un nuevo paradigma laboral donde la flexibilidad es fundamental, así como trabajar por objetivos, por proyectos. «Esto conducirá a establecer periodos de trabajo más cortos intercalados con otros de descanso. La empresa tiene que concienciar al trabajador, incluso con cursos, charlas... de que no se trata de trabajar todo el día y tienen que ser capaces de desconectar. Lo necesita el trabajador y la empresa. Y si no lo hace va a tener trabajadores agotados mental y físicamente, estresados y frustrados, que no rendirán», concluye Aran.