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JOSÉ LUIS GARCÍA PALACIOS PRESIDENTE DE CAJA RURAL DEL SUR
La cooperativa de crédito andaluza quiere aumentar su presencia en otros sectores como los servicios y el turismo para reforzar su crecimiento
«TENEMOS POTENCIAL PARA CONVERTIRNOS EN LA PRIMERA CAJA RURAL DE ESPAÑA»
Rural del Sur ha vivido un curso especialmente intenso. Hace un año asumió la presidencia José Luis García Palacios Álvarez y con la aprobación de los Presupuestos del Estado se materializará al fin la normativa que regula el Fondo de Solvencia del denominado «Mecanismo Institucional de Protección» (MIP) del Grupo Caja Rural, que se utilizará para hacer frente a posibles necesidades de recursos propios de las 28 entidades que participan en esta alianza. «El 31 de diciembre estaban cerrados los detalles del MIP, ahora se está aprobando en las distintas asambleas generales y, cuando culmine esta etapa, se trasladará al Banco de España » , explica García Palacios, que también preside la Federación Onubense de Empresarios y Asaja Huelva. Rural del Sur es la segunda en dimensión del grupo, por detrás de la cooperativa de Navarra, pero tiene un objetivo subrayado en rojo: «Aspiramos a encabezar el grupo».
—¿Qué aporta el MIP al sector de las rurales con respecto a fórmulas como el Banco Cooperativo? —El MIP complementa y perfecciona el modelo. El Banco Cooperativo nació para prestarle servicios comunes a todos los socios, mientras que el MIP aporta una cobertura por la que todos nos hacemos responsables de los demás. Es como un seguro, es muy bueno tenerlo aunque lo ideal será no utilizarlo jamás. Se trata, en definitiva, de un fondo de garantía aportado por entidades autónomas e independientes que se unen buscando la protección mutua. Quienes componemos el MIP tendremos una supervisión para analizar el estado de las entidades y, en caso de que exista una anomalía, actuar desde el minuto uno. —¿Cuál es el peso de Rural del Sur dentro del MIP? —Somos la segunda en tamaño, por detrás de Rural de Navarra, pero aspiramos a ser los primeros en poco tiempo. Estamos en una región que está obligada a crecer porque tiene una clara potencialidad para ello. —¿Y en ese crecimiento Rural del Sur puede ocupar el hueco de los operadores financieros que han desaparecido? —Rural del Sur no debe ser la alternativa de algo que ha desaparecido, sino la mejor alternativa para el ciudadano, el consumidor, la pyme o el autónomo por sí misma. No aspiramos a ocupar el hueco que han dejado las cajas de ahorro como una alternativa oportunista, sino como una opción definitiva gracias a nuestros méritos propios. Es cierto que tenemos como ventaja nuestra capilaridad en el territorio, pero la cercanía solo es un argumento válido si va acompañada de eficiencia y de un alto grado de conocimiento del desarrollo empresarial. Nuestra experiencia en el sector agroalimentario es muy profunda, pues formamos parte de él, pero Andalucía tiene un porcentaje muy relevante de pymes y micropymes en otros sectores que son fundamentales para el desarrollo de la región, y queremos acompañarles en este proceso. —¿Es posible crecer en otros territorios a través de fusiones? —Nosotros estamos abiertos a ello, pero el MIP puede ralentizar esa posibilidad de crecimiento. Ahora entramos en un escenario en el que para crecer con una fusión debe existir un consenso muy arraigado de que la suma de las dos entidades arroja un valor superior a la simple suma matemática, pues ya no dependerá como antaño de la situación de solvencia de una de las dos rurales. Al margen de las fusiones, somos una de las cooperativas que está en más provincias (Huelva, Sevilla, Córdoba, Cádiz y Málaga) y ahí queremos tener una posición de liderazgo. —¿Se ha planteado el crecimiento orgánico en Andalucía Oriental? —Vamos a reforzar nuestros cimientos en las plazas en las que estamos presentes. Si vamos a otra provincia será porque detectemos que existe la posibilidad de un crecimiento rentable, no solo para poner una pica en Flandes. En nuestro territorio tenemos muchísimo camino por delante. —Las grandes empresas financieras han acometido una carrera por liderar el negocio digital. ¿Cuál es la estrategia de Rural del Sur? —La digitalización más primitiva fue la banca electrónica, y ahí las cooperativas de crédito fuimos pioneras gracias a Rural Servicios Informáticos (RSI). Tenemos muy claro que es un proceso al que debemos ir, pero no de la manera más rápida, sino de la más segura.
—Huelva tiene miles de hectáreas en regadío que se van a desarrollar en el futuro. ¿Hay margen para seguir creciendo en frutos rojos? —El desarrollo de la agricultura en Huelva ha sido el motor para crear riqueza en zonas muy desfavorecidas, y así debe seguir siendo. Los frutos rojos es una agricultura excepcional, se aplican las tecnologías más vanguardistas y hay una optimización del agua que es ejemplo en España. Pero todos los actores de este sector debemos ser conscientes de que debemos producir en base a la demanda, y para ampliar la base de la demanda lo fundamental no es plantar más, sino hacer más promoción, pues de lo contrario podemos generar situaciones muy complicadas. Actualmente ya hay picos en los que la producción supera a la demanda y, en paralelo, hay países como Polonia o Alemania que están incrementando su producción, si bien en un momento del año en el que aún no son competencia. El sector debe experimentar un crecimiento ordenado. —¿La clave está en diversificar en otros cultivos como el aguacate? —El aguacate está limitado a zonas concretas, se está desarrollando en zonas de la costa gaditana, como San Roque y Conil, y en determinadas áreas de Huelva. En cualquier cultivo que emprendamos, debemos tener formación e información para tener muy presentes sus limitaciones climáticas. —En pocos años habrá producciones históricas de aceite de oliva. ¿La demanda podrá absorber esta oferta? —En aceite de oliva es la grasa vegetal del futuro. No hay ningún producto que se le iguale y su potencial de crecimiento es altísimo, también cuenta con la ventaja de que se puede almacenar, pero al igual que con los frutos rojos, debemos cooperar todos en la promoción del producto para ensanchar la demanda y establecer medidas que garanticen la máxima calidad para el consumidor. —¿La industrialización es el reto pendiente de la agricultura andaluza? —Es una frase repetida que admite matices. Andalucía tiene las condiciones naturales para producir los alimentos de la mayor calidad y más apreciados por los consumidores, lo que acompañado de la mejora de la comercialización y de la logística ayuda a diferenciarnos de otros competidores. Debemos mejorar los márgenes económicos y productivos con la aplicación de tecnología (como teledetección, control remoto, etc) que ahorran costes, mejoran calidades y además generan empresas de servicios muy innovadoras. También hay un campo de desarrollo muy amplio en la mejora de la agricultura gracias a la innovación en biotec- nología, como están demostrando empresas andaluzas de primera línea en sectores como los cítricos, frutos rojos o cereales. Frente a ello, en otros países la industrialización de los productos agrarios o derivados es la principal opción, con un valor menos reconocido en el mercado. No olvidemos que lo más importante para quienes producimos alimentos, los agricultores, es la calidad y eso en Andalucía lo sabemos y lo tenemos como máxima.