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ANDALUCÍA, SOBRE TODO EXPORTADORA
POR ÁLVARO YBARRA PACHECO DIRECTOR DE ABC DE SEVILLA
Andalucía ha recuperado en términos de PIB durante dos últimos años parte de lo perdido en la etapa más dura de la crisis, aunque sigamos por debajo de la frontera de los tres millones de ocupados. Probablemente ésta sea una de las principales conclusiones que se pueden extraer del Especial de Economía Andaluza 2018 de ABC, convertido ya en un clásico. En la evolución de las cifras macro del último ejercicio referidas a nuestra comunidad es preciso destacar el crecimiento de las exportaciones, que representan ya un 45,8 por ciento del PIB frente al 34 por ciento que representaban hace una década, según el informe de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda). Este crecimiento imparable nos ha hecho presentar un saldo positivo en la balanza comercial en los dos últimos años y superar en 2017 a Madrid como la segunda comunidad más exportadora del año tras la estancada Cataluña.
El notable incremento de las cifras de comercio exterior no altera sustancialmente la estructura económica de nuestra región. Dos tercios del PIB andaluz son aportados directamente por el sector servicios, con el subsector del turismo tirando como una locomotora. La industria ha experimentado un leve repunte de menos de un punto en 2017, según previsiones de Analistas Económicos de Andalucía de Unicaja. Y la construcción recupera terreno, más por haber sido el sector más perjudicado por la crisis, que por haber alcanzado cifras muy relevantes.
Diríase al observar los números que nos deparan las diferentes informaciones contenidas en este suplemento que empieza a consolidarse una Andalucía a dos velocidades. Mientras Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva crecen por encima de la media nacional, las provincias orientales acentúan la pérdida de convergencia con España y con la Unión Europea. El tirón de las cuatro provincias occidentales, sobre todo de las tres primeras, está previsto que dure durante los próximos ejercicios, basado en la demanda interna, las exportaciones, el re- punte de la construcción y el turismo. Sin embargo el índice de convergencia de la renta media con España se sitúa en el 73,9 por ciento, tres puntos menos que el alcanzado hace una década. Se podría dar la circunstancia de que Andalucía no convergiera con las economías más desarrolladas por el peso negativo de las comarcas de interior.
Otra constante que no experimenta grandes alteraciones en nuestra estructura económica es el bajo índice de empresarios. En Andalucía sólo hay 60 empresarios, la mayoría autónomos, por cada mil habitantes por los 80 que se contabilizan en comunidades como Madrid o Cataluña. El acervo cultural sigue haciendo estragos en nuestro caso por la falta de una tradición empresarial suficientemente consolidada. Es cierto que se ha avanzado mucho y que el talento desbordante de muchos emprendemos tecnológicos suple la falta de cultura empresarial. Pero sólo con talento no salen adelante las nuevas empresas, que necesitan de un apoyo sostenido en sus primeros años para abrirse camino.
Es, sin embargo, muy interesante la irrupción de nuevos emprendedores digitales y el notable ritmo de crecimiento de las empresas tics. Mientras en nuestra comunidad no podamos hacer un ranking de empresas en el que el setenta por ciento de las que más facturan tengan menos de quince años, tal y como ha ocurrido en la economía global, no podremos hablar con propiedad de una Andalucía incorporada a la tecnología, es decir, al futuro. Pero es preciso tener en cuenta y seguir la pista a nuevos actores que en cinco años van a multiplicar desde Andalucía su actividad y su facturación. Asimismo es de justicia valorar el esfuerzo que algunas de nuestras empresas más tradicionales han hecho en pro de su transformación digital, en la que seguimos con retraso respecto a nuestros competidores.
En definitiva, la radiografía de la economía andaluza que aparece esbozada en este nuevo suplemento de ABC aporta un paisaje diverso, lleno de claroscuros o, lo que es lo mismo, lleno de esperanzas que deberán decantarse en el próximo lustro. La asignatura pendiente otro año más sigue siendo el empleo, el empleo de calidad, cuya carencia hace estragos principalmente entre los jóvenes que se tienen que marchar en busca de otros horizontes laborales que les permitan desarrollar un proyecto de vida.
«La radiografía de la economía andaluza aporta un paisaje lleno de esperanzas que deberán decantarse en el próximo lustro»