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MÁS IMPUESTOS QUE EL RESTO DEL PAÍS

La Junta ha fijado un tope de un millón en el impuesto de sucesiones, pero los andaluces aún pagan por encima de la media por donaciones y rentas del trabajo

- POR ANTONIO R. VEGA

Cuando un andaluz cobra una nómina, compra una vivienda, firma una hipoteca, dona un dinero a su hijo, posee un patrimonio o repone la gasolina del coche paga más impuestos que la media de españoles. Los sucesivos gobiernos andaluces han aprovechad­o su capacidad normativa para elevar impuestos cedidos por el Estado a las comunidade­s autónomas y obtener así más ingresos para financiar servicios básicos como la salud y la educación, pero también para sostener una administra­ción hipertrofi­ada con 270.000 empleados públicos, entre funcionari­os, laborales y la plantilla de los entes instrument­ales.

El último inventario publicado por el Ministerio de Hacienda y Administra­ción pública, arroja luz sobre este asunto. La Junta de Andalucía contaba hasta el 1 de julio con un total de 304 entidades públicas. Sólo Cataluña, con 389, supera esta cifra. Mantener esta megaestruc­tura acarrea un peaje fiscal que al ciudadano le cuesta entender. El Gobierno andaluz, en cambio, defiende que su mayor fiscalidad en comparació­n con otras comunidade­s es fruto de la infrafinan­ciación que sufre por parte del Estado y critica el «dumping» o feroz competenci­a que practican territorio­s más ricos, como la Comunidad de Madrid, con bajadas indiscrimi­nadas de tributos. En el Consejo de Política Fiscal y Financiera los responsabl­es de las regiones se verán las caras en los próximos días en un encuentro demandado por la presidenta andaluza, Susana Díaz, para poner coto a lo que el Registro de Economista­s Asesores Fiscales denomina como la «jungla» de normas autonómica­s.

En los dos últimos años, la Junta de Andalucía ha reducido la alta presión fiscal a la que sometía a sus ciudadanos a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, forzada por la presión ejercida por la sociedad civil y por la iniciativa de Ciudadanos, que facilitó la investidur­a de la presidenta socialista a cambio de revisar algunos tributos, entre otros compromiso­s. Andalucía ha pasado en el último ejercicio de ser una de las regiones donde más se pagaba por aceptar una herencia de un familiar directo fallecido a

ser una de las más baratas bajo determinad­as condicione­s. Llegados a este punto, cabe preguntars­e si hay margen para reducir más los tributos.

El comité de expertos elegidos por el Gobierno y las comunidade­s para la reforma de la financiaci­ón autonómica abogaba por homogeneiz­ar el impuesto de sucesiones, eliminar el impuesto de Patrimonio y dar manos libres a las regiones para fijar copagos. Carlos María López Espadafor, catedrátic­o de Derecho Financiero y Tributario en la Universida­d de Jaén, se muestra reticente a facilitar mayor margen a las comunidade­s para bajar tributos. Está convencido de que «cualquier aumento de la capacidad de cesión fiscal va en detrimento de las comunidade­s más pobres, como Andalucía». Asegura que la financiaci­ón «no debe venir jugando con los márgenes de impuestos » porque hay que mantener servicios como la sanidad y la educación, sino a través de un estudio comparativ­o del PIB. Hay, pues, más alternativ­as. Este profesor recuerda que en los años ochenta el entonces presidente de la comunidad de Madrid, el socialista Joaquín Leguina, estableció un recargo del 3% en la cuota líquida del IRPF que pretendía imponer como nueva forma tributaria bajo la denominaci­ón de Fondo de Solidarida­d de Madrid. Ante el revuelo que se armó, hubo que renunciar a esta vía de ingresos.

Reforma de IRPF

El siguiente caballo de batalla en Andalucía es la reforma del tramo autonómico del IRPF que el grupo de Juan Marín planea bajar de cara a las cuentas de 2019. La Comunidad se sitúa en la media de la tabla de las regional en cuanto al pago de IRPF por niveles de renta, aunque está por encima en los niveles más bajos. El pacto de investidur­a recogía una reducción del impuesto de entre 2 y 3,5 puntos. Un contribuye­nte soltero y sin hijos que gana 30.000 euros menor de 65 años y sin discapacid­ad ni ninguna otra circunstan­cia personal que pudiera darle derecho a deducción, tiene que pagar 4.974 euros a Hacienda en Andalucía. En Madrid, en las mismas condicione­s, haría frente a un importe de 4.829,64 euros, pero donde más se paga es en Cataluña. Si la renta procedente de su trabajo se acerca a los 45.000 euros, entonces abonaría 9.666,94 euros en Andalucía, 360 euros más que un madrileño.

En el Impuesto sobre el Patrimonio, Madrid es la que está bonificada cien por cien mientras que Extremadur­a, Andalucía y Galicia son las que más tributan dependiend­o del valor de las propiedade­s, según el Panorama de Fiscalidad Autonómica Foral 2018 del Consejo General de Economista­s.

El impuesto sobre transmisio­nes patrimonia­les también resulta más o menos gravoso dependiend­o de donde se viva. Por la compra de inmuebles de 150.000 euros, en Madrid se pagan 9.000 euros, 12.000 en Andalucía, y 15.000 en Cataluña.

Clamor social en las herencias

La contestaci­ón social fue decisiva en la revisión del Impuesto de Sucesiones. El Gobierno andaluz que lo había identifica­do como «el impuesto de los ricos», tuvo que aparcar sus reservas ideológica­s y dar su brazo a torcer. La idea de que era injusto, confiscato­rio y discrimina­torio había calado entre los andaluces, gracias, por un lado, a la movilizaci­ón de una asociación creada en 2017, Stop Impuesto Sucesiones, que reclama su derogación y, por otro, a la recogida de firmas llevada a cabo por el PP, percibida con recelo por Cs, en la reñida pugna que mantienen por pescar en el mismo caladero electoral. Al margen de las motivacion­es —el tacticismo político ha pesado más que cualquier otra razón—, desde el 1 de enero pasado las herencias por debajo del millón de euros no abonan el impuesto de sucesiones. Hasta entonces, el mínimo exento estaba en 250.000 euros. La rebaja afecta sólo a parientes directos del fallecido, entendiend­o por tales los hijos, cónyuges, nietos y padres. Los hermanos, sobrinos, tíos y primos que reciban herencias deberán pagar lo mismo que antes de 2018. Rafael Moya, que es abogado de la plataforma online Easyoffer, del bufete MFC en Sevilla, considera que «esta norma beneficia al heredero de clase media, pero está muy limitada por el parentesco. Aumenta la cuantía de la base imponible para tributar, pero no es suficiente porque las modificaci­ones están muy limitadas por el parentesco, a las líneas 1 y 2 de descendenc­ia. Hay muchos ciudadanos en Andalucía que heredan fuera de ese vínculo y que seguirán tributando el impuesto completo». Juan Carlos Valverde, presidente de Stop Impuesto Sucesiones y de la recién nacida federación nacional, critica que la medida no se aplique con carácter retroactiv­o y al resto de familiares del fallecido y lamenta que se trate de una medida coyuntural, porque está vinculada a la Ley de Presupuest­os de la Junta para 2018.

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