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EL GRAN CAMPO DE ENSAYOS DE LAS REDES 5G
Vodafone lidera el principal proyecto piloto de la UE con una inversión total de 26 millones de euros. Esta iniciativa incluye 32 casos de usos
Frente a la estantería del supermercado, una app permite acceder a toda la información nutricional básica de los distintos productos de las estanterías, además de hacer recomendaciones de uso y proponer video-recetas. Esa misma aplicación avisa en tiempo real de todas las promociones y permite acceder a una emisión en directo del establecimiento mediante cámaras 4K para facilitar la planificación de la compra.
Demos ahora un paso hacia atrás en la cadena y viajemos al origen de uno de los productos de origen netamente andaluz, como es el aguacate. Este fruto debe llegar al súper en perfecto estado de maduración. Antes de iniciar su camino al lineal, cuando aún está en el campo, una maquina recolectora dotada de inteligencia artificial ha decidido si el fruto estaba preparado para ser recolectado, utilizando para ello un sistema de captura de imágenes mediante infrarrojos y cámara estéreo que determina si el color o el diámetro cumplen los estándares de calidad.
Tanto el sistema de asistencia del supermercado como la
do innovación en telemedicina, el coche conectado o el control de aviones no tripulados. «Los casos de uso que ya se están realizando en Andalucía son una gran oportunidad para la empresas que los están liderando, ya que están generando experiencias y conocimiento que después podrán replicar en otros territorios», afirma Rafael Alcaide, director de Vodafone en Andalucía.
La compañía desarrolla este proyecto piloto, a través de Red.es, con una inversión total de 26 millones de euros. Además de Supermercados MAS y Trops hay muchos más socios desarrollando iniciativas, como Cepsa, Airbus, Aertec o el Palacio de Congresos de Sevilla. Gracias a este impulso inicial de Vodafone hay una infraestructura pionera en 5G que permite experimentar e innovar.
El campo de acción es infinito. Otro de los proyectos que se han testado ha sido un vuelo de demostración con un dron controlado por la red 5G y equipado con desfibrilador para facilitar atención sanitaria urgente cuatro veces más rápida que la de una ambulancia, en el centro Atlas de Villacarrillo.
Gracias a las prestaciones tecnológicas de baja latencia que ofrece la red 5G, se mostraron las ventajas de los drones para transportar material de emergencia en un simulacro. Las personas que sufren un ataque cardíaco tienen un 70% más de probabilidad de vivir si son atendidas en los tres primeros minutos. Esto convierte en crucial la reducción del tiempo que transcurre antes de esa primera atención. Este piloto contó con la colaboración de la Fundación SSG (Servicios Sanitarios Generales) como proveedor de los desfibriladores y usuario final de la solución y el soporte de Fada-Catec (Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial-Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales).
Alcaide resalta que se ha creado un clima de colaboración público-privado muy fructífero, con espacios de cocreación en los que hay multinacionales y empresas locales.
El sector biotecnológico ha crecido en los últimos años en Andalucía, donde ya hay 108 empresas de esta especialidad con una facturación media por compañía de 4,4 millones de euros. En 2019 ha aumentado el importe comprometido y desembolsado por las entidades gestoras de capital riesgo que invierten en este segmento, tal como destaca la patronal Asebio, lo cual demuestra su potencial de crecimiento de este negocio. También se han fundado nuevas empresas en la región el pasado año, como Actucg (bioinformática), Limno Pharma (terapias frente a la degeneración macular) o Vitantech Biotech (de bioseguridad frente a bacterias). El Covid 19 ha reforzado la relevancia de aquellas empresas que combaten con innovación los riesgos de la salud.
La UE está apostando por el desarrollo de tecnología militar propia para disponer de más independencia frente a EE.UU. Uno de los pilares de esta estrategia es el lanzamiento de un nuevo «caza» en el que colabora España, que ha articulado su participación a través de un consorcio empresarial liderado por Indra y en el que también están presentes firmas como Sener, Tecnobit, ITP o GMV. La Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (Aicia) ha sido seleccionada por el Ministerio de Defensa como una de las entidades de referencia para prestar soporte técnico a las empresas españolas que participan en el desarrollo del nuevo avión de combate europeo. Este programa debe ser una oportunidad para el sector aeronáutico en su conjunto.
Si hay una empresa andaluza que ha hecho de la innovación la base de su existencia es Cosentino. Su historia, y especialmente sus inicios, son ampliamente conocidos. La compañía buscaba un nuevo material que aportara valor al sector del mármol e inició el lanzamiento de Marmolestone, un producto que aprovechaba los desperdicios de esta piedra natural para hacer tableros. El proyecto fue un sonoro fracaso en sus fases iniciales porque no cumplía ninguna de las características deseadas. En un último esfuerzo incorporó sílice y cuarzo, que se convirtieron en el «ingrediente» esencial de sus emblemáticas encimeras Silestone. Treinta años después Cosentino tiene un volumen de negocio de 1.109 millones de euros, distribuye sus productos en 116 países y emplea a 4.785 profesionales. A lo largo de estas tres décadas no ha dejado de innovar: Silestone ha experimentado una evolución permanente y ha desarrollado nuevas superficies como Dekton (con múltiples usos en la arquitectura).
Cosentino ha configurado su particular fórmula para innovar a lo largo de esta trayectoria. Sus premisas son que no hay ningún fracaso que no conlleve una enseñanza; que el desarrollo de nuevos productos debe estar muy conectado con el mercado; y que la innovación implica a todos, pues aunque tiene un centro de I+D+i con setenta investigadores, debe ser transversal e implicar a toda la organización. A ello se le añade que cualquier limitación ha de plantearse como un desafío para lograr mejores productos; y que cuando la solución adecuada a un problema no se encuentra dentro de la compañía hay que salir fuera para apoyarse en los mejores.
Hacer paella sin arroz
La compañía está viviendo ahora un nueva etapa en su proceso de transformación. La firma almeriense acaba de lanzar la tecnología HybriQ+, con una nueva formulación del Silestone. Se reduce drásticamente el uso de cuarzo (hasta ahora el elemento esencial) y se sustituye por materias primas minerales y reutilizadas, como vidrio reciclado. Una revolución sostenible que no cambia el producto por fuera pero sí transforma a toda la compañía por dentro. «Estamos haciendo Silestone sin cuarzo, que es como cocinar una paella sin
Valentín Tijeras, vicepresidente de innovación de Grupo Cosentino
arroz», afirma Valentín Tijeras, vicepresidente de producto e innovación de Cosentino.
«La reformulación de las materias primas permite que se alcancen nuevas propiedades estéticas y cambiamos el paradigma en el sector de las superficies de cuarzo». No es un lanzamiento más, es un cambio de piel en la compañía. «Debíamos hacer algo que carece del material que ha definido al Silestone, pero que tenía que ser igual que Silestone, con el mismo comportamiento, las mismas características, las mismas propiedades… eso ha supuesto tres años intensos de trabajo en su desarrollo y una inversión muy ambiciosa», remarca. Ha habido una revisión en todos los procesos porque «ha cambiado la química, los abrasivos con los que pulimos, las secuencia de la prensa, las mezclas, la forma de cocer las tablas; sin perseverancia y determinación es imposible realizar una tarea así». Se sale de la zona de confort, ya que «el cuarzo es bonito, abundante y barato», y el resultado es «una nueva tecnología con la que lideramos de nuevo el sector». Con HybriQ+ ya ha salido al mercado una línea de productos denominados «Loft», con una serie de cinco colores de estética industrial. Pero a finales de este año el 70% de toda la gama de productos de Cosentino se hará con esta tecnología y en junio de 2021 ya será el 100%. HybriQ+ produce Silestone utilizando agua reciclada en un 98% y un 100% de energía renovable.
La compañía ya había hecho desarrollos relacionados con la economía circular. En 2009 lanzó Eco by Cosentino, un Silestone en el que más del 70% contenía material reciclado. «Fue un fracaso comercial pero un éxito en cuanto la experiencia que supuso tecnológicamente su desarrollo», recuerda Tijeras. Este producto ecológico llegó al mercado en un momento en el que «la concienciación por la transición ecológica no estaba tan extendida como ahora, hicimos hincapié en su sostenibilidad pero su estética no era tan atractiva como el Silestone convencional».
O se gana o se aprende
En innovación «a veces se gana y a veces se aprende», y ahora con la primera línea que ha lazando al mercado con HybriQ+ se ha elegido una gama de colores «que son la consecuencia de una necesidad detectada en el mercado». Se cierra el círculo y se logra así «un producto atractivo para el cliente que cumple los valores de sostenibilidad que exige la sociedad en su conjunto».
La compañía instauró en 2004 un sistema integral de I+D+i que realiza un seguimiento continuo de las actividades y de los indicadores de gestión, con auditorías internas y externas para evaluar objetivos, e incluye un observatorio tecnológico (que detecta los procesos emergentes en el sector), la gestión de ideas y proyectos que procedan de cualquier fuente (ya sean universidades, clientes, proveedores o empleados) y la gestión de la cartera de proyectos que maneja la compañía. Esto implica la firma de 36 acuerdos de colaboración con universidades, centros de investigación y empresas cada año, y un centenar de contratos de confidencialidad
internos que se mueven con la rapidez de una startups. Y hay que tener muy claro que las grandes ideas no nacen de los grandes directivos, sino «de los que están muy pegados al proceso de producción y venta, que aportan el conocimiento para resolver los grandes desafíos estratégicos de la compañía».
El desarrollo de la tecnología más eficiente es también una obligación para sobrevivir. «Nuestros competidores tienen habitualmente una ventaja sobre nosotros, bien porque están en países con menores costes de mano de obra, o porque están en un buen enclave logístico; nosotros estamos en Cantoria y nos exige ser los más eficientes». Esto ha llevado a desarrollar un complejo industrial «hipercompetitivo» en el que el nivel de robotización es muy alto. Por esto este tecnólogo sostiene que se «ha pasado de tener operarios manuales a ingenieros de producción que gestionan robots». Y todo ello con sensores que captan todo tipo de información que se gestiona con big data y ayuda a tomar las mejores decisiones.
La rueda no para
¿Cuál es el próximo desafío? Cosentino estaba muy centrado en el sector de las encimeras, de ahí que desarrollara Dekton para abarcar otros segmentos como las fachadas de los edificios o revestimientos de todo tipo. «Es un gran material y muy duradero, pero había segmentos a los que no llegaba o por su peso por el hecho de que debe ser tratado por un profesional muy cualificado». Una vez más, una limitación es también una posibilidad de mejorar, así que llegó el momento de dar un paso adelante y lanzar Dekton Lite, con prestaciones similares pero con un peso inferior y muy fácil de tratar por un carpintero o por un cliente particular con conocimientos de bricolaje. «Y habrá nuevos lanzamientos, porque la innovación no puede parar», concluye Valentín Tijeras.