ABC (Galicia)

El Banco de España admite que la evolución de los salarios es «pobre»

Linde critica que el déficit solo bajará por el crecimient­o y urge a reformas laborales

- JAVIER TAHIRI MADRID

Las comparenci­as en el Congreso de los Diputados para la aprobación de los Presupuest­os Generales del Estado de 2018 arrancaron ayer con el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, dibujando dudas sobre las estimacion­es del Gobierno, al que llamó a elevar el desapalanc­amiento. En sus palabras, el gran reto de la economía ahora es reducir «el elevado nivel de endeudamie­nto público». El pasivo cerró el año pasado en el 98,3% del PIB y el borrador de las cuentas planea que caiga al 97,6%. La alta deuda, según Linde, «aumenta la vulnerabil­idad de la economía española» y «limita el margen» de la política fiscal en situacione­s adversas, además de detraer recursos a otros sectores.

Para ello, llamó a «avanzar» en la «racionaliz­ación y eficiencia de gasto» y en revisar «la cesta de impuestos» además de interrumpi­r la parálisis política para aprobar reformas que atajen las «ineficienc­ias» en el mercado laboral, el envejecimi­ento demográfic­o y la falta de competitiv­idad. En ese sentido, Linde admitió que la evolución de los sueldos está siendo «pobre», aunque señaló que la moderación salarial es un fenómeno generaliza­do en el contexto internacio­nal, por lo que tampoco abogó por elevarlos de forma aislada, para no lastrar la competitiv­idad nacional.

Ante el proyecto de Presupuest­os, advirtió que la mejora del déficit se deberá al «buen comportami­ento cíclico de la economía y a la reducción de los pagos por intereses de la deuda pública». El aumento de las pensiones, de los sueldos públicos y la rebaja de impuestos harán que la política fiscal de los Presupuest­os sea «neutral o ligerament­e expansiva». Ello provoca que, más allá de las partidas ligadas al ciclo, «no se produciría­n, en 2018, avances en la reducción del todavía elevado déficit estructura­l de las administra­ciones públicas españolas», lamentó.

Al revisar las previsione­s de ingresos incorporad­as, con un alza del 6% de la recaudació­n tributaria y del 5,1% en cotizacion­es sociales, Linde las tildó de «un poco optimistas», al estimar «una respuesta de la recaudació­n superior a la observada históricam­ente», por lo que pidió a Hacienda «un seguimient­o continuo de la evolución de la recaudació­n», de forma que si no se cumple el objetivo de déficit del 2,2%, «se pueda reaccionar a tiempo, tanto en el lado del gasto como en el de los ingresos», alertó.

El secretario de Estado de Presupuest­os, Alberto Nadal, intervino después y recordó que el ajuste fiscal de este año, de 9.500 a 10.000 millones, es menor a los 14.000 millones de 2017, lo que deja un «margen» de unos 4.000 millones, a políticas sociales.

Un 21% del PIB más en gasto

En el otro lado de la balanza, Linde llamó la atención al aumento estructura­l del gasto público por envejecimi­ento demográfic­o, que aumentará en un 21% del PIB hasta 2050. La subida anual del 0,25% de las pensiones, «lograría reducir de forma gradual el déficit del sistema del 1,5% de 2017», advirtió, para añadir que «la creación de empleo no es suficiente para mantener el sistema de pensiones donde queremos». «España es el único país del sur de Europa sometido a una fuerte crisis en el que el sistema de las pensiones se ha mejorado», presumió, por su parte, Nadal.

Por último, Linde urgió a que las regiones abandonen la liquidez provista por el Estado para volver a endeudarse por su cuenta ante los mercados. Por su parte, el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, anunció que ha presupuest­ado unos ingresos este año de 2.654 millones por los diversos impuestos que creó el primer Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. A ello hay que añadir 369 millones por las subastas de derechos de emisiones, informa Javier González.

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