Navalni seguirá en prisión y llama a sus seguidores a «salir a la calle» contra Putin
▶ El opositor ruso considera una «parodia judicial» la vista en la que se ordenó que permanezca encarcelado un mes, aunque la medida se podría prolongar más allá del 15 de febrero
Elena Morózova, la juez del Tribunal Municipal de Jimki que organizó ayer la vista en la comisaría a donde fue enviado el dirigente opositor ruso Alexéi Navalni, ha decidido ordenar prisión preventiva para él hasta el próximo 15 de febrero, cuando podría ser nuevamente prolongada la medida si para entonces no hay todavía un fallo del Tribunal Simónovski de Moscú en relación con su encarcelamiento definitivo.
La decisión de la juez fue adoptada después de una polémica sesión que debió celebrarse en el edifico del propio Tribunal Municipal y que Navalni calificó de «parodia judicial». «No entiendo lo que pasa. He visto muchas parodias judiciales, pero esta es la ilegalidad más total», afirmó el político en un vídeo grabado en la sala de la comisaría donde tuvo lugar el juicio. Una representante del Ministerio del Interior intervino para solicitar la pena de 30 días de confinamiento preventivo para el político por no haberse presentando a las citaciones obligatorias del Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN).
En su mensaje desde la comisaría Navalni llamó a sus partidarios a «salir a la calle» a protestar para echar
Mensaje a los ciudadanos «No tengan miedo, salgan a la calle, no por mí, sino por ustedes mismos, por su futuro», urge Navalni en el vídeo desde la sala donde se celebró la audiencia
abajo el actual sistema de poder. Llamó al presidente Vladímir Putin «viejo en el búnker» y pidió no tener miedo porque, a su juicio, «quien tiene miedo es Putin y los ladrones que dirigen el país (...) hasta el punto de romper y tirar el código de procedimiento penal a la basura». «Lo que más temen estos bandidos, y ustedes lo saben, es que la gente salga a las calles (...) no tengan miedo, salgan a la calle, no por mí, sino por ustedes mismos, por su futuro». Mostrando la bandera rusa instalada en la sala del juicio, aseguró que «aquí está nuestro estandarte, pero nada de lo que aquí sucede tiene que ver con las leyes rusas».
Mientras, en el exterior del edificio, centenares de personas protestaban por la detención de Navalni, pero les fue imposible acercarse al edificio debido al cordón policial instalado. Leonid Vólkov, miembro del equipo de
Navalni, ha anunciado que ya está en preparación una gran manifestación para el día 23 de enero en demanda de su liberación.
Tras ser detenido el domingo por la tarde, nada más pasar el control de pasaportes en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, Navalni fue trasladado a la comisaría número 2 de la Dirección del Ministerio del Interior ruso en la localidad de Jimki, situada en la periferia norte de Moscú, muy cerca del aeropuerto.
Largas horas sin abogados
Pero de su paradero no se supo hasta bien entrada la madrugada y, una vez sus abogados llegaron a la comisaría de Jimki, no se les permitió reunirse con él. Los policías adujeron que Navalni estaba «durmiendo» y no se le podía molestar. Al final, según informó uno de los letrados, Vadim Kóbzev, la abogada Olga Mijáilova pudo reunirse con el líder opositor y, más tarde, también el propio Kóbzev.
Navalni deberá esperar en prisión hasta que el Tribunal Simónovski de la capital rusa decida, probablemente el próximo 2 de febrero, si debe ingresar en prisión, como solicita el
FSIN, que le acusa de no haberse sometido periódicamente a las inspecciones penitenciarias, o sea liberado. El político ruso fue sentenciado en 2014 a tres años y medio de prisión «condicional» por supuesta estafa y blanqueo de capital en el caso Yves Rocher. El FSIN quiere que Navalni cumpla ahora la condena en la cárcel.
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