Unos presidentes muy ricos
Cifraba su fortuna Donald Trump, en 2017, en cerca de 1.800 millones de euros gracias a sus éxitos en los negocios. Ahora, sale de la Casa Blanca con 900 millones menos, los que se colaron por el sumidero de la crisis provocada por el Covid-19. Aún así, figura muy por delante de los diez mandatarios estadounidenses más ricos, según un ránking elaborado por el portal «The Richest» y ajustado a la inflación, que da para datos curiosos. Por ejemplo, George Washington, primer presidente de EE.UU., atesoró el equivalente a 486 millones de dólares gracias, en parte, a la fortuna heredada de su rica familia. Le sigue Thomas Jefferson, en el poder entre 1801 y 1809, con 195 millones que, entre otras cosas, amasó gracias a disponer de 600 esclavos para trabajar sus 2.000 hectáreas de tierra en Virginia. Andrew Jackson (110 millones), James Madison (la cifra exacta no se ha cuantificado) y John Tyler (57 millones) también cimentaron su patrimonio en la esclavitud. Otros, como Theodore Roosevelt (115 millones), Herbert Hoover (62 millones) y Franklin D. Roosevelt (55 millones) se criaron entre algodones y su
Washington, Clinton y Trump pieron sacar partido a sus privilegios. Hoover renunció a su salario como primer funcionario público (en la actualidad asciende a 330.000 euros) para repartirlo entre organizaciones benéficas. Y los hay avispados como pocos, que escalaron desde la clase trabajadora a las esferas del poder: Lyndon B. Johnson (90 millones) y Bill Clinton (62 millones). Si alguien esperaba encontrar en esta nómina a John F. Kennedy o Barack Obama, que desista. Los 33 millones del primer presidente afroamericano de la historia no son suficientes.