El Gobierno reabrirá Meirás el 30 de junio, pero solo los jardines
▶ Aplaza a mediados de marzo la reapertura del interior del Pazo, por motivos de seguridad
Ya hay fecha para la reapertura al público del Pazo de Meirás. Será a partir de este próximo 30 de enero cuando la ciudadanía pueda cruzar el umbral de la finca concebida por Emilia Pardo Bazán, en manos de la familia Franco durante los últimos 80 años y actualmente bajo la posesión provisional del Estado. Pero eso sí, el Gobierno indicó que la visita se limitará a los jardines exteriores del inmueble y no a las dependencias interiores, según informó tras la reunión del Comité Técnico del Pazo de Meirás, celebrada ayer. Para poder acceder a los salones y estancias de la antigua residencia veraniega del dictador habrá que esperar, al menos, hasta la segunda quincena de marzo.
En la primera de las reuniones, a mediados de diciembre, el Estado ya alegó las «malas condiciones» y la situación «realmente preocupante» del inmueble para posponer su apertura al público. «Hay que asegurarlo desde el punto de vista de seguridad, arquitectónico y con todas las garantías», manifestó entonces el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez. Ayer incidió en esta idea. Las visitas al interior del edificio empezarán «a partir» de la segunda quincena de marzo, pero «siempre y cuando las condiciones de seguridad lo permitan y finalicen los arreglos de los desperfectos existentes y de la instalación
El Pazo de Meirás, en foto de archivo
eléctrica y que, incluso, podrían ir abriéndose algunas estancias antes, en caso de conformidad», según detalló la Delegación del Gobierno.
Comité desigual
Del encuentro de ayer salió también la creación de un comité de expertos que proponga el relato futuro del Pazo, si el centro de memoria antifranquista que defienden la izquierda, el nacionalismo y determinados movimientos sociales, o de reivindicación de la figura de Pardo Bazán, como han planteado voces reputadas del ámbito universitario. Los expertos serán Juan Manuel Rodríguez Blanco, Manuel
Regueiro López y Xosé Manuel Núñez Seixas, a propuesta del Gobierno; Isabel Burdiel y Ramón Villares, por la Xunta; Carlos Babío y Emilio Grandío, por la Diputación Provincial; José Alfeirán por el Concello de La Coruña (que también propuso a Babío); Manuel Pérez Lorenzo, a instancia del Concello de Sada, y Rebeca Blanco y Marilar Aleixandre por el Consello da Cultura Galega y la RAG, respectivamente.
De sus once miembros solo tres serán mujeres, y apenas tres de sus integrantes —Burdiel, Villares y Aleixandre— están especializados en la figura de Emilia Pardo Bazán, lo que a priori inclina la confección del relato hacia lo que parece perseguir el Estado: anteponer la reivindicación de la memoria histórica a la figura de la escritora.
Los muebles
En paralelo al debate sobre la fecha de reapertura de Meirás, ayer se supo que la familia Franco solo podrá llevarse de su antigua residencia veraniega el frigorífico, la lavadora, algunos electrodomésticos más y aquellos bienes que no estén incorporados en el inventario judicial que se realizó entre noviembre y diciembre. Esta es la petición que ha trasladado la Abogacía del Estado al Juzgado de Primera Instancia nº1 de La Coruña en un escrito de alegaciones, en el que incorpora además una carta del director general de Patrimonio del Estado reforzando este criterio. La decisión última la tendrá la juez Marta Canales, pero a la vista de cómo se ha desarrollado todo el proceso legal sobre la propiedad del Pazo de Meirás, lo más previsible es que la petición de la Abogacía del Estado sea estimada íntegramente.
En su escrito, la Abogacía sostiene que «resultaría procedente en el momento actual la retirada» por parte de los Franco de «electrodomésticos» y «muebles no inventariados contenidos en el Pazo», aunque excepcionando «los fondos bibliográficos y las alfombras y elementos textiles de todo tipo». No obstante, este criterio de la Abogacía es más restrictivo que el expuesto en su carta por Juan Tejedor, director general de Patrimonio, que no empleaba la expresión «elementos textiles de todo tipo» sino que hacía referencia a «tapices». Con la redacción dada en su escrito por los abogados del Estado, los Franco no podrán retirar de Meirás la ropa de los armarios o las sábanas de las camas.
No obstante, la Abogacía abre la puerta a «acceder a la retirada de otros bienes distintos a los expresados anteriormente, previa petición individualizada por parte de los demandados y examen por parte de los técnicos de la Administración».