El turismo retrocede a niveles de hace 25 años y deja de tirar de la economía
▶ La contribución del sector al PIB cayó ocho puntos en 2020, hasta situarse en el 4,3%
El turismo español, en niveles de 1995. Así ha dejado el coronavirus al sector, con unos números de terror en 2020: 106.000 millones menos (un 69% de la actividad), 728.000 trabajadores afectados (435.000 en ERTE y 293.000 despidos) y un pronóstico nada halagüeño para este año, con una previsión de ingresos que apenas alcanzará el 55% de los conseguidos en 2019.
Estas son las cifras que hizo públicas ayer el «lobby» del sector Exceltur, que reflejan que la tempestad vivida en el turismo está todavía lejos de amainar. En un extenso informe, la organización destaca que las empresas turísticas son las que más sufren con diferencia el impacto del Covid: las ventas de las agencias de viajes se desplomaron un 80% en 2020; las empresas de ocio, un 71,1%; los hoteles, un 66,6%; las líneas aéreas, un 65,5%; y el «rent a car», un 50,3%. Como resultado de esta crisis, el sector ha pasado de aportar el 12,4% de la riqueza nacional en 2019 a representar solo el 4,3% del PIB en 2020. Es el valor más bajo desde que se publican datos al respecto, según Exceltur.
El documento también desvela la sacudida por zonas geográficas. Así, las más afectadas fueron precisamente las regiones costeras y archipiélagos, con una mayor dependencia del turismo extranjero. Lidera el ranking de descensos la isla de Mallorca, con unas pérdidas de facturación del 91,8%, seguida de la costa de Barcelona (-90,9%), y las islas de Ibiza y Formentera (-86,8%), todas enormemente influenciadas, además, por el veto que el Gobierno de Reino Unido impuso a los viajes hacia España y que supuso la pérdida de varios millones de turistas durante la época estival. A pesar de ello, las caídas fueron algo menos dramáticas en Canarias, con las islas que mayor cantidad de visitantes reciben habitualmente, Tenerife (-72,1%) y Gran Canaria (-69,8%), notando algo menos el desplome que el resto.
Por otro lado, las restricciones de movilidad entre países también destrozaron al turismo urbano, que en los últimos años había aumentado con fuerza por la demanda por parte del público extranjero. De esta forma, la facturación cayó por encima del 80% en Barcelona (86,4%), Madrid (80,6%) y Sevilla (80,2%).
Pero no solo se vio el sector lastrado por la caída de los visitantes internacionales, sino también por el descenso de la demanda nacional, que se desplomó un 50%, y no enderezó demasiado esta cifra ni siquiera en verano cuando las restricciones fueron mínimas y solo en algunas regiones. De esta manera, Exceltur señala que la tendencia de los españoles ha sido la de viajar por los entornos controlados y de proximidad, usando vehículo propio y alojamiento no compartido, además de disminuir su consumo en restauración. Medidas, todas ellas, para protegerse del virus.
Con vistas a 2021, la organización vaticina una gran «volatilidad» que seguirá lastrando al sector, que está en enero paralizado al 85%. En principio, se recuperarán 48.000 millones de actividad respecto a 2020, pero la actividad todavía se situará un 37,6% por debajo de los 154.487 millones que obtuvo en 2019.
Las previsiones se agravan dependiendo del subsector: los establecimientos y destinos turísticos urbanos son los menos optimistas, con unas expectativas de recuperación que no llegan al 50% de lo facturado en 2019, por su dependencia del turismo internacional, pero también por la caída del turismo de negocio, que según señalan desde la patronal «tardará más tiempo en reactivarse por la consolidación del teletrabajo».
Por otro lado, los gestores de los hoteles de costa, prestadores de servicios de ocio y alquiler de coches se muestran algo más esperanzados al estar más vinculados al turismo nacional por razones de ocio y descanso. Aún así, prevén caídas entre el 40,1% y el 48,1%.
Tampoco los grandes grupos de