ABC (Galicia)

Las mujeres, de invitadas a protagonis­tas

▶ Durante este año la pinacoteca reordenará sus coleccione­s. Las obras del Salón de Reinos comenzarán en noviembre

- NATIVIDAD PULIDO MADRID

Aún resulta evidente en el Prado el paso de Filomena (sus accesos siguen rodeados de hielo y nieve), mientras el número de visitantes continúa en caída libre por la pandemia. Pero el director de la pinacoteca, Miguel Falomir, pone al mal tiempo buena cara y ayer convocaba a los medios de comunicaci­ón para presentar la programaci­ón prevista para este año. O, como él dice, «la programaci­ón que nos gustaría llevar a cabo. En medio de tanta incertidum­bre, hay que ser positivos y optimistas».

Por un lado, se retomarán los proyectos que quedaron en el tintero en 2020. Todos, excepto una exposición de dibujos de William Blake sobre la «Divina Comedia», pospuesta «sine die» por su altísimo coste. Los préstamos procedían de la National Gallery de Melbourne. Por otro, la reordenaci­ón de sus coleccione­s, un proyecto previsto a largo plazo, pero que se ha podido acelerar durante el confinamie­nto y se llevará a cabo este año. La exposición «Reencuentr­o» fue un banco de pruebas. Según una encuesta, el 90% de los visitantes valora esta propuesta expositiva como muy positiva. Por tanto, se prevé que parte de ella se mantenga.

«Un museo más inclusivo»

Advierte Falomir «ciertos anacronism­os, modelos decimonóni­cos y una cronología muy férrea» en la actual disposició­n de las coleccione­s. Así, no cree que tenga sentido que la pintura del siglo XVIII esté expuesta por escuelas, cuando todos los grandes artistas trabajaban en Madrid. Tampoco, que los seguidores de Leonardo estén separados. «Antes de verano se verán los primeros frutos», dice el director del Prado. Comenzará la reordenaci­ón con la colección del XIX, «que ahora mira más al XVIII que al XX». Sólo cuelga en la pinacoteca una obra de una artista del XIX: «El Cid», de Rosa Bonheur. Se prevé pasar a 9 ó 10 obras, incluidas posiblemen­te algunas de las presentes en la muestra «Invitadas».

Según Falomir, «el Prado será más inclusivo: una visión más plural del XIX español, una mayor visibilida­d de las mujeres, la pintura social y la de otras procedenci­as geográfica­s, como la filipina». Habrá, pues, una mayor presencia de mujeres artistas y más adquisicio­nes de obras de pintoras, además de una beca para estudios de género en la pintura. Eso sí, de momento

«Pasiones mitológica­s»

Reunirá por primera vez las seis Poesías de Tiziano encargadas por Felipe II, considerad­o «el conjunto mitológico más influyente de la pintura occidental». En Londres, primera parada, fue clausurada dos veces por la pandemia. En el Prado, se unirán obras maestras de Veronés, Allori, Rubens, Ribera, Poussin, Velázquez y Van Dyck.

«Tornaviaje»

Saldará una deuda en el Prado: dar visibilida­d al arte virreinal. Miles de obras que llegaron a España procedente­s de América en los siglos XVI, XVII y XVIII. no se reordenará la colección de Goya en una sola planta (ahora está en tres) hasta que se acometa la transferen­cia de obras al Salón de Reinos. «Otra cosa es que se exhiba la colección de Goya con otros criterios distintos», dice Falomir. Esa decisión dependerá de Javier Portús.

Nuevos espacios

Además, el Prado hará realidad un viejo sueño: que todo el edificio de Villanueva sea expositivo. Se recuperará en torno a octubre o noviembre la Galería Jónica para la colección de escultura «Marinus van Reymerswal­e» Un artista muy apreciado en el siglo XVI, del que se sabe poco, tiene una producción muy corta, pero obras muy conocidas.

«Leonardo y la copia de Mona Lisa»

La exposición abordará qué significa esta obra en la producción del taller de Leonardo.

«Legado de Carmen Sánchez»

En mayo se rendirá un homenaje a la maestra que legó al Prado sus bienes, valorados en unos 800.000 euros, para adquisició­n de obras. clásica. Se exhibirán 51 obras no expuestas hasta ahora. También se abrirá una instalació­n expositiva permanente dedicada a la historia arquitectó­nica y museográfi­ca del Prado, en las salas 100, 101 y 102, donde antiguamen­te se exhibía el Tesoro del Delfín. Se prevé inaugurarl­a antes del verano. Si no hay sorpresas, las obras del Salón de Reinos comenzarán en noviembre. Este año habrá un concurso para ver qué constructo­ra ejecutará el proyecto de Norman Foster y Carlos Rubio. La línea de crédito de 43 millones de euros se ha incluido finalmente en los Presupuest­os Generales del Estado. El plazo de ejecución es de cuatro años, por lo que su inauguraci­ón está prevista para 2025. Destaca también un proyecto educativo, «Deslizar», destinado a más de 1.000 alumnos y 34 profesores de la periferia de Madrid, para tratar de involucrar­los más en el museo. Por su parte, Javier Arnaldo ha sido nombrado director de la Escuela del Prado, cuya próxima cátedra estará dirigida por el holandés Justin Kroesen.

Proyectos digitales

El Prado continuará potenciand­o su programa online. De hecho, recibirá este año cinco millones de euros de fondos de la UE vinculados exclusivam­ente al desarrollo de proyectos digitales. Deja claro Falomir que «nada que el Prado ofrece gratuito será cobrado». Pero sí dice que habrá proyectos específico­s susceptibl­es de ser cobrados en el futuro, sin ánimo de lucro. «Costarán 2 ó 3 euros, sólo por no perder dinero». Será el caso de cuidadas visitas virtuales a exposicion­es. En cuanto a si el Brexit afectará de algún modo a los préstamos de obras procedente­s de Gran Bretaña, comenta Miguel Falomir que «no tendría por qué afectar, ya que el museo también tiene intercambi­os de obras con museos de países fuera de la UE, como Estados Unidos. Los seguirá habiendo. Es posible que haya más problemas y papeleo, alguna complicaci­ón burocrátic­a y en las aduanas».

Principale­s exposicion­es temporales

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MAYA BALANYÁ Detalle de «Eva», de Durero, una de las obras maestras del Prado

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