«En España se prefieren otras cosas que ir a un pabellón»
Joan Cañellas Lateral izquierdo ▶ El jugador, con ganas de pelear por todo, admite las dudas del futuro en el balonmano
Siempre exigidos al máximo por todo lo que ya han ganado y casi han convertido en rutina, Joan Cañellas (34 años) asume que el cambio está cerca, pero no quiere gastar más energía de la necesaria en futuribles ni pasados. Tras ser oro mundial en 2013 y de Europa en 2018 y 2020, tiene gasolina todavía para acometer otra proeza en el Mundial de Egipto. Han superado una complicada primera fase y les espera una peor, con Alemania hoy (20.30 horas, TDP), clave para los cuartos de final.
—¿Qué resumen haría de este inicio? —La preparación ha sido atípica, sin posibilidad de estar juntos y con muchos parones. No somos el equipo más joven y esa falta de continuidad nos ha afectado más. Y el primer partido, que es siempre complicado, generó inseguridad que llevamos al segundo y a partes del tercer partido. Pero con Túnez terminamos esa fase con sensaciones positivas. Nos vemos más fluidos. Nos ha faltado algún amistoso más, pero que el grupo sea el mismo ayuda a tener automatismos. —De esta España siempre se espera lo máximo.
—Se nos exige un mínimo, llegar a las medallas. Parece un desastre no llegar a la final, con lo difícil que es siempre. Como en este torneo. Nos ha tocado una main round muy dura, con equipos muy difíciles que la gente no etiqueta como tal (Alemania, Hungría, Uruguay). Y después, unos presumibles cruces con Noruega, Francia y Portugal.
—Se consolida Daniel Dujshebaev, pero el grupo es casi el del Europeo, ¿hay suficiente relevo para mantener el nivel de la última década? —No soy el responsable de decirlo; el seleccionador siempre elegirá a los mejores. No sería inteligente si no lo hiciera. Y los resultados te ponen en tu sitio. El cambio está muy cerca, los veteranos somos muy conscientes, y los jóvenes deberán demostrarlo. —¿Queda este y quizá los Juegos para ver a España pelear por todo?
—Lo que no es normal es llevar tantos años arriba. Puede que Francia, Dinamarca... y son países en los que el balonmano está mucho mejor considerado. Veremos si en el futuro a corto plazo es capaz de luchar por lo que hemos luchado nosotros.
—¿Se echarán en falta los resultados por no haber sabido aprovecharlos? —Los resultados deberían haber ayudado a mejorar la situación, y cuando no estén veremos lo que sucede. Será una pena no haberlos aprovechado, los masculinos y los femeninos. A peor no creo que vayamos; espero, al menos, porque ya estamos muy mal. La Federación está mejor, pero no se ve en la liga, que es donde se observa la salud del balonmano. En 2013, en lo peor de la crisis, sentíamos casi la obligación de ganar el Mundial. Pero se ganó el oro y al tiempo desapareció el Atlético, que iba a ser lo que reflotara al pelear las ligas con el Barcelona. Fue muy significativo. Demuestra el poco interés por el balonmano que hay en la sociedad, en los medios, no sé. Cuando los que estábamos vimos el resultado nos dimos cuenta de que por mucho que hiciéramos era muy difícil reconducir la situación. Queremos seguir peleando y llegar a los Juegos. ¿Si ganas se salvará el balonmano? No creo. —Se habla de falta de cultura deportiva, ¿también de esfuerzo? —Desconozco cómo se trabaja desde arriba, pero somos muy conformistas. España es un país que prefiere consumir su ocio en otras cosas que en desplazarse a un pabellón a ver deporte. Balonmano, baloncesto o incluso fútbol, que tampoco se llenan los estadios. Notamos que cada torneo empieza con poco interés y luego se dispara, pero son dos semanas. ¿Por qué no el resto del año? Ese es el botón mágico que no encontramos.
—¿Se comenta esta resignación en el vestuario?
—No, porque son cosas que están muy asumidas. Como aún queremos ganar no pensamos en lo bonito que pudo ser y no fue, o en la pena de que no hayamos podido aprovechar los resultados para tener un retiro plácido en casa. No perdemos el tiempo en eso.
«Asumimos hace tiempo que lo que lográramos con la selección no iba a salvar al balonmano»