Las presiones del Grupo de Puebla a EE.UU. La izquierda bolivariana maniobra para salvar a Maduro
▶ Zapatero y sus aliados creen que pronto conseguirán que Biden levante sanciones
Con los demócratas instalados ya en el poder no sólo en la Casa Blanca, sino también en el Capitolio, el régimen de Venezuela ha movilizado a sus aliados en la escena internacional, prioritariamente a través del llamado Grupo de Puebla, para conseguir un aligeramiento del duro régimen de sanciones aprobado por Donald Trump en sus cuatro años como presidente. Los integrantes del Grupo de Puebla, entre los que hay dirigentes y políticos iberoamericanos en activo y ya retirados, están haciendo servir sus viejos contactos con el Partido Demócrata y los veteranos de la Administración Obama para que Joe Biden acepte negociar con el régimen de Maduro y posponga una solución de naturaleza política a la crisis, en detrimento de los opositores que en este momento encabeza Juan Guaidó.
De momento, la Casa Blanca y el Departamento de Estado guardan silencio sobre cuál será su política de sanciones hacia el chavismo. Pero la portavoz de Biden, Jen Psaki, preguntada por Venezuela esta semana, dijo que «si bien el objetivo primordial de EE.UU. es apoyar una transición democrática y pacífica en Venezuela por medio de elecciones libres y justas […] el enfoque de esta Administración hacia Venezuela se centrará en abordar la situación humanitaria, proporcionando apoyo al pueblo venezolano». En su primera comparecencia como jefe diplomático de EE.UU., el miércoles, el secretario de Estado Antony Blinken no se refirió a Venezuela ni al régimen de sanciones.
El argumento que defienden los aliados de Maduro en la escena internacional es que la magnitud de la crisis humanitaria de Venezuela, con más de cinco millones de exiliados en plena pandemia de coronavirus, justifica que se demore cualquier solución política al conflicto, lo que implicaría reconocer al régimen chavista de nuevo, al menos de facto, y entablar comunicación con él. Según dijo recientemente a ABC un representante registrado en Washington de uno de los dirigentes de ese grupo, el objetivo es que la Administración Biden dé prioridad a la solución de la crisis humanitaria y la defensa de los derechos humanos, pero dejando de lado la línea argumental del equipo de Trump de que sólo la marcha de Maduro y su cúpula permitiría abrir un proceso de transición previo a unas elecciones realmente libres.
Son integrantes del Grupo de Puebla, entre otros, el presidente de Argentina, Alberto Fernández; los exmandatarios brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff; el expresidente y exvicepresidente de Bolivia, Evo Morales
y Álvaro García-Linera; la ministra de Igualdad de España, Irene Montero; el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU, cuya sede está en Chile.
Este viernes tuvo lugar el V Encuentro del Grupo de Puebla, en el que además participaron el presidente de Argentina, Alberto Fernández; la ministra española de Exteriores, Arancha
González Laya, y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. Los integrantes de ese foro están preparando un manifiesto que difundirán brevemente. Las reuniones por ahora son virtuales por la pandemia.
Las gestiones de Zapatero
En especial, el expresidente español Zapatero ha defendido en numerosos encuentros privados la conveniencia de retirar las sanciones, que según él hacen a EE.UU. responsable principal de la crisis humanitaria venezolana. Es el mismo Zapatero el integrante del Grupo de Puebla con lazos más estrechos con el aparato chavista, amigo personal de los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta ella y presidente él de la nueva Asamblea Nacional favorable al régimen surgida de las elecciones legislativas irregulares del pasado 6 de diciembre. Según varias
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