IFM-NATURGY: UNA OPA DE FOGUEO PARA UN PAÍS A MEDIO GAS
La oferta del fondo australiano sobre la española es un quiero y no puedo a la medida de un país a medio gas, que lleva encubierto un explosivo de mecha larga y efecto retardado; un calambre para su presidente, Francisco Reynés, y otra oportunidad para la
entre 2016 y 2036, según los datos de la patronal internacional IATA. El coronavirus ha echado por tierra estos cálculos. También es cierto que la pandemia ha sido más benévola con este mercado que con el resto.
La propia IATA vaticina que la recuperación del mercado asiático será más rápida que la del europeo y podría reconquistar en 2023 el volumen de vuelos registrados en el año anterior a la pandemia. Como ejemplo ponen el mercado interior de China, cuna del virus, que ya recobró en septiembre y octubre los volúmenes de tráfico nacional producidos en los mismos meses de 2019. En este caso concreto, se espera que el restablecimiento de los desplazamientos hacia el extranjero se efectúe a ritmo similar en cuanto el resto del mundo abra sus puertas.
Desde el organismo internacional también explican a ABC que el mercado asiático se ha convertido en uno de los centros de gravedad de todo el mundo, impulsado por países como China, la India y Tailandia. «Son mercados emergentes muy poblados de la en los que cada vez más y más personas tienen acceso al transporte aéreo. Las personas de esos países también se benefician de la mejora del nivel de vida, lo que les permite viajar con más frecuencia», explica a este periódico una fuente de la organización.
Objetivo turístico
Pero lo cierto es que Asia no es solo un reto para Iberia, sino también para el turismo español. En juego están algunos de los mercados más pujantes en cuanto a gasto a nivel mundial. No es baladí. Como ejemplo, la imponente expansión del turismo chino, que desde 2010 hasta antes del Covid-19, quintuplicó su gasto turístico en viajes internacionales hasta situarse en el líder indiscutible a nivel mundial. Así, al cierre de 2019 ya superaba los 250.000 millones de dólares anuales y doblaba la cifra conseguida por los visitantes al extranjero del segundo país en este ranking, Estados Unidos, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
A destacar también el gasto turístico de otros mercados como el de la República de Corea, en el top 10 mundial con más de 30.000 millones de dólares en 2019, además del japonés, que superó los 20.000 millones en el año anterior a la pandemia.
Pero el auténtico «botín» de estos mercados se encuentra en la calidad de sus bolsillos. Solo en el caso concreto del turista chino en España, se tradujo en un gasto de 2.563 euros de media por cada visitante procedente de China a nuestro país, según los datos de la Asociación de Turismo EspañaChina (Atec). Una cifra que duplica, por ejemplo, a la del desembolso del turista alemán y cuadruplica a la del francés.
EN los «Almacenes Arias» de Pedro Sánchez por no haber no hay ni opas como Dios manda. La oferta del fondo australiano IFM sobre el 22,69% de Naturgy es un quiero y no puedo, pero que lleva encubierto un explosivo de mecha larga y efecto retardado, a la medida de un país a medio gas; un calambre para su presidente, Francisco Reynés, y otra oportunidad para la especialidad del Gobierno: hacerse el muerto. Y esto a pesar de que dos miembros del Ejecutivo Sánchez –la portavoz, María Jesús Montero y la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño– avisaron de que iban a vigilar con lupa los términos en los que se presentará la oferta finalmente cuando reciban el documento explicativo de forma oficial. Típico papelmensaje «mojao» progresista.
Y es que tras el bombazo de la noticia del pasado martes 26 de enero, CriteriaCaixa y Naturgy –«a priori» los grandes beneficiarios de la operación por el subidón que le arreó el anuncio a la acción en Bolsa–, aseguraron que no sabían nada. Por si así reaccionaban en La Moncloa y les resolvían la papeleta, vía real decreto antiopas. Pero... ¡con Don Tancredo Sánchez se han topado! El imperturbable no interviene en la pandemia con decenas de miles de fallecidos como para que le pillen en una «opita» a una gasera.
Su asesor marketeniano le ha comentado así como quien no quiere la cosa que esto es una oferta amistosa, proveniente de un fondo extracomunitario, así que la lógica es que le toca decidir al consejo de la compañía, que para eso está y, por supuesto –dice–, cobra. Y que como no es por más del 51% no está en peligro el control de una empresa estratégica. Vamos, que les va a aplicar la cogobernanza-pandemia: que se las entiendan si eso la pareja Fainé-Reynes –a la sazón presidentes de La Caixa (principal accionista con el 24,8% de la compañía) y la propia Naturgy, respectivamente–, no solo con los australianos si no con todos los fondos extranjeros que gestionan la posible opada junto a ellos y están sentados a su vera: el norteamericano GIP, con el 20,6% de participación, y el británico CVC, a través del vehículo inversor Rioja, con el 20,7%. En total, y de llevarse a buen término la operación, casi un 64% en manos no domésticas. Pues denle una vuelta, si el centro de decisión de cualquier empresa española se desplaza a otro país (algo de lo que siempre ha avisado Fainé)... a otra cosa mariposa, que además sobre esto en España ya tenemos experiencia, y en el mismo sector, por ejemplo.
El caso es que parece que a ambos directivos les ha cogido el asunto por sorpresa. Si bien lo contrario tampoco me extrañaría en demasía.
Ahora bien que un peso pesado de las operaciones corporativas como Fainé se hubiese enterado por la prensa de la opa de
IFM, por muy de fogueo que sea, dice mucho del estado de adormecimiento general en que se encuentra nuestro país, en general, y cómo la somnolencia y pesadez de párpados y tímpanos se va extendiendo entre lo más granado de la clase empresarial. ¡Menuda buena imagen del país que tenemos: no hay empresarios, no hay Gobierno! Y todos callados a ver si las cosas se resuelven solas. Y como por manosear no se pierde nada, pues los fondos no patrios meten la mano en el cajón de saldos a ver si suena la flauta y se llevan la ganga. Aunque me aseguran que la CNMV les va a pedir por escrito que expliquen si ha habido
Fainé, con Reynés acción concertada de todos los fondos, que eso de que nada más producirse el anuncio tanto GIP como CVC se comprometieran a no vender sus participaciones suena poco menos que raro.
En cualquier caso, Reynés debe cuidar desde ya mismo sus espaldas, porque aunque los australianos han planteado la opa de forma amistosas ante el Ejecutivo y ante la cúpula del grupo, y han prometido en «on» que habrá estabilidad absoluta en la compañía, no dejan de representar a un fondo extranjero, de pensiones para más inri, con apetito de réditos de sus inversiones para sus propios clientes. El presidente de Naturgy podría verse en la tesitura de golpe y porrazo como en las antiguas minas de gas, con un canario en la mano a ver si le da el cante del temido grisú y tener que poner pies en polvorosa antes de que los australianos le fuercen a la pensión que en ese negocio sí parecen ser expertos los buenos de IFM. Eso sí, bono millonario en mano, que hasta ahí podíamos llegar. Y las penas con «golden parachute» son menos penas. Lo normal vamos. Así, sin Reynés al frente, y veremos con qué participación La Caixa (inciso: para entender esta operación hay que mirar a los «stakeholders» con microscopio, porque esa participación que busca el fondo la pueden conseguir de accionistas muy minoritarios que pueden aflorar al olor de la prima del 20%) algunos por ahí ya visualizan a sentenciada. Fuera de Bolsa,
vendidos a trocitos sus negocios no regulados –porque proporciona más dinero que vender en una sola pieza–, y con los fondos cumpliendo la promesa de permanencia en la compañía manteniendo la parte que da rentabilidad segura a largo plazo: la regulada. La mecha larga y retardada de la que hablaba.
¿Y Sánchez y cía? Hace 300 años, Samuel Johnson dejó escrito a propósito del gas: «Con el paso del tiempo la palabra gas ha terminado siendo empleada en muchos sentidos, no sólo incompatibles, sino también con demasiada frecuencia, incomprensibles». Pues eso. No hemos avanzado nada. Un Gobierno gaseoso, incompatible e incomprensible.
Crecimiento Antes del virus, IATA vaticinaba una media anual de crecimiento del 5,5% para el mercado asiático
La CNMV pedirá por escrito a los fondos de la gasista que expliquen si hubo acción concertada