▶La jefa de neumología del hospital coruñés, el que más preocupa de las siete áreas, alerta del riesgo de «colapso»
Si por algo se está caracterizando la tercera ola del Covid es por su capacidad para llevar cualquier noción sobre la pandemia a nuevos niveles. En el caso de Galicia, no solo se dobla con creces el máximo previo de casos activos — 22.511 es la nueva plusmarca, con datos del viernes a las 18 horas—. En los hospitales no se habían alcanzado tampoco cotas como las actuales, particularmente en las UCI, que ya albergan 228 pacientes, 18 más que la víspera. Y si no sigue engordando el total de ingresados, que cae de 1.331 a 1.312, 19 menos, es porque descienden los enfermos en planta, de 1.121 a 1.084 (-37). Todas las áreas sanitarias, las siete, se mueven en cifras récord. Pero una gerencia acusa especialmente el impacto inédito del virus: la coruñesa.
Cercanos ya los 6.000 casos activos, con 5.986, lo que ha hecho encender todas las alarmas, como en el global de la Comunidad, pero de forma todavía más acusada, es la presión asistencial. En el hospital de referencia, el CHUAC herculino, se concentraron más de la mitad de los nuevos ingresos en Cuidados Intensivos por coronavirus de la Comunidad, 10 de 18, para un total de 72, a los que se suman 286 pacientes en planta; sin olvidar que dos centros privados de la ciudad atienden a otros siete enfermos graves. «Ya hay muchas plantas de hospitalización dedicadas exclusivamente a pacientes Covid», advertía ayer Carmen Montero, jefa del servicio de neumología del CHUAC. Para que los profanos pudieran medir mejor el alcance del nivel de saturación, acotaba que soportan un «ritmo de ocupación» por coronavirus «de una planta cada dos o tres días».
¿La consecuencia? «Podría darse la situación de no tener camas en plantas ni en UCI para pacientes con Covid o con otras patologías graves». Montero hizo un llamamiento a la sociedad para extremar las medidas de precaución, dado que el proceso de inmunización todavía tardará en extenderse a una parte suficiente de la población. Y, sin paños calientes, sentenció: «Solo de esta forma podremos evitar el colapso del hospital,