La «operación Illa» compromete las alianzas del Congreso
▶ Dudas en el PSOE por el alcance y efectos que tenga el órdago para conquistar Cataluña
Pedro Sánchez se ha jugado un órdago en Cataluña promoviendo la candidatura de Salvador Illa al frente del PSC. Un movimiento que ha levantado la expectativa de voto de los socialistas y que centra la campaña electoral. La apuesta de los socialistas por disputar el liderazgo del nuevo Govern amenaza en estos momentos alguna fórmula de entendimiento tripartito entre ERC, PSC y los comunes.
Una fórmula que solo estos últimos defienden abiertamente. Que ni en
ERC ni en el PSC puede defenderse, que arroja muchas dudas, pero que también se entiende en ambos sectores como único camino para abandonar la dinámica de bloques. Los socialistas ya han dejado claro que contribuirán a formar una mayoría que evite la unilateralidad en Cataluña.
Pero el nuevo rol de Illa lo cambia todo. Tanto Podemos como ERC han apuntado ya al exministro de Sanidad como su enemigo a batir. En la formación de Pablo Iglesias ven el tripartito catalán como el último fleco para atar al PSOE a un bloque de Gobierno que le haga perpetuamente dependiente de Unidas Podemos y de los independentismos vasco y catalán. La apuesta por situar a Illa en un plano de competencia directa con ERC altera la idea de situar a los socialistas en posición subalterna a los de Oriol Junqueras. Esa es al menos la apuesta electoral.
Pero en estos momentos la incertidumbre es máxima. Algunos sondeos privados y el CIS han apuntalado a Illa en condición de ganar las elecciones.
Pero el último sondeo del CEO catalán ha rebajado considerablemente las expectativas, situando al PSC en tercera posición con entre 26 y 29 escaños, por detrás de ERC y Junts, que pelean la primera posición. Este escenario sería muy negativo para los intereses de Pedro Sánchez. Primero por la posibilidad real de que a día de hoy Junts gane las elecciones. Este es el peor escenario contemplado. Pero tampoco aclara mucho las cosas una victoria pírrica de ERC sobre los de Carles Puigdemont. En La Moncloa saben que en esos dos escenarios, si el independentismo suma «volverán a pactar».
«Es poco predecible»
Si el PSC es incapaz de ganar, se entiende que solo una victoria clara de ERC sobre Junts puede dar espacio a nuevas aritméticas. En La Moncloa reconocen que el escenario electoral en Cataluña «es poco predecible». Y la incógnita de la participación lo condiciona todo.
En el equipo de Illa se muestran convencidos de que están «más arriba» de lo que señala el CEO.
En un recorrido por el PSOE y su diversidad territorial y política no se encuentran voces que vean con malos ojos la candidatura de Illa ni sus efectos colaterales. Pero, pasada la euforia del nombramiento, hay quien reconoce dudas sobre la efectividad real y las consecuencias futuras.
Desde una federación habitualmente discrepante con el PSC defienden que «el partido está haciendo lo que debe» porque «por primera vez en muchos años el PSC es el centro en la campaña». Este dirigente intenta redirigir las expectativas para evitar un excesivo optimismo. «Illa puede ganar pero no es una obligación que gane porque venimos de 11 años muy malos». Pero sí considera que los resultados «pueden apuntalar o dinamitar la legislatura». Desde otra federación habitualmente distante también reconocen que la operación «es arriesgada», pero que intenta algo que «puede ser bueno para Cataluña y para toda España».
En términos similares se manifiestan desde una federación mediterránea: «Las catalanas pueden dinamitar los apoyos de ERC o consolidarlos». «Va para largo. Sánchez es un resistente. Aguantará todo lo que pueda hasta el último día y el último minuto». Este experimentado dirigente que apoyó a Sánchez en sus horas más bajas manifiesta sin embargo alguna duda con el optimismo en torno a la candidatura de Illa: «Yo soy muy escéptico con el efecto porque aquí las dinámicas son muy rápidas. Ahora le toca bajar al barro. Meterse en los rollos de la política catalana. Y no tiene nada que ver con lo que ha estado haciendo». Una presidenta autonómica ratifica ese escenario: «El panorama está muy abierto. Se va a jugar el partido en la campaña electoral». Un diputado alerta: «No habrá debacle independentista. Es probable que Illa gane pero no pueda gobernar». Otro presidente regional corrobora hasta qué punto es un todo o nada: «No veo a Salvador en la oposición».
Desde una importante alcaldía socialista defienden que «este es un paso bueno para consolidar el proyecto de Pedro. Porque si de repente te conviertes en primera fuerza política en Cataluña... eso ya es un PSOE de otro tiempo», reflexiona. Y defiende que con toda seguridad se abre una legislatura larga porque «a partir de junio se tiene viento de cola». Y en el peor de los casos, con tensiones fuertes con Podemos, zanja: «Los Presupuestos están aprobados y con una estructura para poder absorber los fondos europeos los próximos años si hubiera que prorrogar», explica. Defendiendo que el Gobierno necesita tiempo para sentir los efectos de la recuperación económica: «2021 y 2022 se van a agotar», afirma.
El papel de Iglesias
En similares términos se manifiesta otro barón socialista sobre el cansancio con Iglesias: «Así no se está en un gobierno. Llegado el caso Pedro sabrá hacer lo que tiene que hacer». Preocupa que un mal resultado de Podemos altere el comportamiento de Iglesias. Además, la constatación de que Illa no tiene cerca la suma que integre a Ciudadanos deja cualquier posible entendimiento en manos de ERC. La relación de fuerzas que arrojen las urnas entre los potenciales aliados de Sánchez en el Congreso hará depender cómo puede conducir la legislatura.
La participación En La Moncloa reconocen que el escenario es difícilmente predecible por la participación
Todo o nada En el PSOE creen que Illa puede ganar, pero es casi imposible que pueda optar a gobernar