Los candidatos en Ecuador solo hacen campaña en las redes
▶ No solo por el miedo a la pandemia, sino porque siete de cada diez ecuatorianos usan TikTok, Twitter o Facebook
La campaña electoral de Ecuador para elegir al sucesor de Lenín Moreno, el 7 de febrero próximo, pasará a la historia no solo porque se ha desarrollado en medio de una mortal pandemia, cuyos efectos le suponen al país una suerte de travesía económica y social por el desierto, sino porque ha estado vaciada de contenido. También será recordada por el mayor número de participantes desde el retorno a la democracia, hace 40 años, aunque apenas tres de los 16 inscritos han logrado ubicarse en los primeros lugares, y dos (Andrés Arauz, de UNES y Guillermo Lasso, Creo-PSC) obtendrían el mayor respaldo para llegar a la segunda vuelta, el 11 de abril próximo, de acuerdo a la mayoría de las encuestas.
Sin posibilidad de realizar concentraciones multitudinarias, pese a que algunos candidatos han desoído las advertencias del Consejo Nacional Electoral (CNE), que impuso medidas de bioseguridad, para evitar el contagio de Covid-19, las campañas han privilegiado las redes sociales, conociendo que siete de cada diez ecuatorianos las usan. El protagonismo lo han dejado a TikTok, pero la disputa política ha estado en Facebook, WhatsApp y, sobre todo, en Twitter, devenido en trinchera de un combate descarnado, para destruir al adversario. Vídeos ingeniosos y divertidos, pero también algunos que han rebasado las líneas, como el de un candidato vestido de mujer, han inundado TikTok. Lo han usado principalmente los recién llegados a la política en busca de empatizar con los más jóvenes, a pesar de que algunas veces han subestimado su inteligencia.
Esta campaña ha sido «frívola y vacía», afirma Santiago Nieto, director del Instituto de Estudios Sociales de la Opinión Pública, en referencia no solo al uso de las redes sociales, sino a que los temas fundamentales del país no han sido debatidos, lo que ha llevado a que la gente no se involucre en la campaña.
Deciden los más pobres
En términos demográficos, la elección del 7 de febrero está en manos de los «millennials», que son más del 55% de los 13 millones convocados a las urnas. Pero en un país con una pobreza extendida, la decisión la tienen los sectores medios-bajos y bajos (seis de cada diez ecuatorianos), que se han empobrecido aún más por la crisis de la pandemia, aunque, de alguna medida, esta ha golpeado a todos los segmentos.
A los más pobres han apuntado los candidatos, pero no para decirles cómo superar la desnutrición infantil en aumento, ni atender a los miles de estudiantes sin acceso a internet para recibir clases telemáticas, que ha incrementado la deserción escolar; y tampoco para comprometerse a solucionar la inseguridad y la violencia en alza. Lo han hecho para anunciarles que entregarán mil dólares, a un millón de familias. Podría considerarse el «summum» del populismo, pero la oferta del candidato de UNES ha resultado seductora para la gente en estado de vulneración, que con la pandemia no solo ha perdido sus ingresos, sino que ha debido endeudarse.