Empleo, PIB e inflación
Una semana más, la pasada hemos tenido nuestra ración de datos económicos que como es norma de la casa ha causado la habitual agria polémica. Desde luego, las cifras se pueden interpretar de muchas formas. Y se pueden, faltaría más, utilizar como arma arrojadiza. Pero su correcta interpretación permite hacer una mejor composición de lugar de cara a tomar decisiones de todo tipo.
Las cifras de empleo y crecimiento son malas. De hecho, la caída del PIB no tiene precedente histórico y es el peor dato desde que se construye la serie. Ahora, no se pueden interpretar sin tener en cuenta las circunstancias en los que se han producido. Los datos son terribles porque no podían ser de otra forma. Pero no nos podemos quedar solo con eso si queremos tener una foto completa no solo de lo que está pasando, sino de lo que tenemos por delante.
De hecho, que la destrucción de empleo del año pasado no haya sido similar a la caída del PIB es algo que sirve muy bien para entender que esta crisis es,
Wall Street, escenario de la guerra sobre GameStop como hemos insistido muchas veces, de naturaleza completamente distinta y que las medidas adoptadas (ERTE) han funcionado muy bien. No se trata de atribuir méritos a unos o a otros. Simplemente, que las circunstancias absolutamente excepcionales de esta crisis hacen que los esquemas temporales de regulación de empleo tengan todo el sentido el mundo. En la última gran crisis hubiera servido de poco así que declaraciones grandilocuentes –lo vamos a convertir en un elemento permanente de la política económica– están fuera de lugar.
También el hecho de que el PIB haya crecido poco, pero algo, en el último trimestre del año pasado tiene alguna lectura positiva. Por un lado, que a pesar de que se impusieron restricciones al calor de la segunda ola, el impacto económico fue mucho menor. Y por otra parte, desde el punto de vista estadístico, por cómo se construye la serie, el hecho de que haya subido tiene más impacto en el crecimiento de este año por el efecto base que en el del año pasado.
Y aunque haya pasado bastante desapercibido y no haya desde luego suscitado ninguna polémica, creo que merece la pena comentar el dato de la inflación de enero, no tanto en España sino en Alemania. La lectura interanual ha sido de una subida de casi punto y medio. De confirmarse esta recuperación de los precios es lo que más cola traería en los mercados en los próximos tiempos.