GameStop
Por si teníamos poco en este comienzo de año, en los últimos días en la Bolsa americana ha saltado un culebrón que lógicamente ha acaparado muchos titulares. Una vez más se cumple aquello de que la realidad supera cualquier ficción. Un grupo de pequeños inversores que se han puesto de acuerdo en internet y han puesto en jaque a unos cuantos «hedge fund» a los que han cogido con la guardia baja. Tiene hasta un punto de justicia poética. Los «Davides» inversores han disparado su honda todos a la vez y han conseguido que un puñado de grandes inversores institucionales se tambaleen. Por el camino el bróker por el que operan la gran mayoría de estos pequeños inversores –que para más señas se llama Robinhood– restringía sus operaciones, y personalidades como la senadora demócrata Ocassio-Cotez y Elon Musk aprecian en escena. Seguro que se nos escapan muchas cosas y no es todo tan bonito como lo pintan. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son unos torpes desalmados a los el supervisor ha corrido a rescatar.
La protagonista ha sido una pequeña compañía cotizada (GameStop) que no atravesaba por su mejor momento y que aglutinaba mucho interés a corto por parte de los inversores mal llamados especulativos. La supuesta coordinación por generación espontánea de los usuarios de una plataforma de internet americana les ha conseguido torcer el brazo a los cortos y ha provocado subidas completamente disparatadas del precio de la acción. Lógicamente el «éxito» del asalto ha tenido sus réplicas en otras compañías que atravesaban por situaciones similares.
Lo sucedido da para muchas reflexiones. El no por recurrente menos importante papel de los cortos en el mercado, a si lo vivido en los últimos días es consecuencia de la alineación de los astros o si de verdad las redes sociales pueden cambiarle el paso al todo poderoso Wall Street. Todo esto se andará.
De lo que es sin duda buena muestra es de cómo la polarización del mercado en los últimos años y el cada vez mayor peso de modelos cuantitativos en la gestión de fondos de inversión ha provocado que se magnifiquen los movimientos y mucho dinero se amontone en las mismas posiciones. Lo visto estos últimos días es algo absolutamente extremo de lo que algunos han sido capaces de sacarle partido. Pero es un aviso a navegantes para quienes se han subido a las olas de los últimos tiempos que tienen poca justificación fundamental.