No se bajaba de esa barrera de nuevos casos desde el pasado 12 de enero; además, baja la positividad
ALCALDE DE TUI
la gerencia de Santiago, con 3.418 casos activos, 7 menos. 130 personas más tienen el virus, quedando el dato en 7 PCR menos.
En el sector de Galicia que baja de los 3.000 casos activos, Orense es la primera con 2.883 casos activos, lo que significa bajar 66. 125 PCR arrojaron positivo, lo que supone también bajar este indicador, en este caso en 17. Pontevedra, al contrario, sube: 14 casos activos más colocan el dato en 2.469, con las PCR en ascenso y establecidas en 148, 42 más. Lugo no consigue bajar los casos activos por exactamente una persona: es lo que se incrementan, llegando a 2.130. 92 PCR han sido positivas, y eso es 24 menos que el domingo. Por último, Ferrol está en 1.788 casos activos, un aumento de 9. En el área departamental suben las nuevas PCR a 94, 6 más.
Comité clínico hoy
Además, el comité clínico analizará hoy la situación de la pandemia. Los puntos a tratar serán, citó el presidente, la evaluación «de la situación clínica y hospitalaria» o también el funcionamiento de los cribados, planificando los siguientes con ese objetivo de cazar asintomáticos. Por último, se buscará la «previsión de la curva de contagios y ocupación de UCI y hospitalaria de esta semana y la próxima». Insistió Feijóo en que se tomaron las medidas que permite el estado de alarma, pero remarcó que no puede «confinar en algún municipio a la población» o adelantar el toque de queda aún más.
La separación fronteriza entre el sur de Galicia y el norte de Portugal solía ser, antes de la irrupción del coronavirus, prácticamente testimonial. Pero el Covid lo cambió todo y la alta incidencia de contagios volvió a cerrar la gran mayoría de pasos fronterizos, que son también el acceso al trabajo de muchos gallegos y portugueses que, diariamente, pasan por la frontera. Hace apenas unos días se cerraron los pasos; solo quedaron tres. Y no es algo nuevo porque durante el confinamiento ocurrió lo mismo. Uno de los pasos más importantes de a nivel nacional, el que une la localidad pontevedresa de Tui con Valença, ya en territorio luso, está abierto las 24 horas del día. Pero con controles: solo un justificante, laboral en su mayoría, sirve para entrar y salir del territorio español. Igual que ocurre en el paso de Verín, la única localidad en la provincia de Orense que mantiene su paso fronterizo abierto; y la de Salvaterra, en Pontevedra, que tiene horario restringido: de 8.00 a 10.00 horas y de 19.00 a 21.00 horas.
Ayer por la mañana la situación volvió a llegar al límite. La fotografía era clara: los trabajadores agolpados en el puente de Tui, esperando a pasar el control para poder acceder a sus puestos de trabajo. Tan solo unos kilómetros los separan de su vida laboral pero la espera se alargó durante prácticamente una hora. «Y el rodeo de tantos kilómetros» que tienen que hacer los trabajadores transfronterizos para poder llegar a algunos de los tres pasos abiertos, reflexiona el alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro. «Y eso son horas de tiempo perdido», añade Juan Carlos Blanco, presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Tui. El problema no es que el paso esté restringido, es que se han cerrado prácticamente todos los puntos de conexión, lo que propicia el conocido como «efecto embudo», que sobre todo en el puente de Tui se hizo más que latente. Prácticamente había dos kilómetros de retenciones. Los coches se agolpaban a la espera de poder pasar el control policial.
Los regidores fronterizos, al ver las imágenes, vuelven a pedir ayuda al Gobierno estatal. Piden la apertura de todos los pasos de la «raia» para no revivir «la problemática del anterior confinamiento para los trabajadores transfronterizos», recoge en un comunicado la Diputación de Pontevedra tras la reunión de los miembros del Agrupamiento Europeo de Cooperación Territorial (AECT) Río Miño con el delegado del Gobierno, Javier Losada. El representante estatal se comprometió a trasladar la petición de apertura de pasos al Ministerio
de Exteriores, aunque según advirtió el vicedirector del AECT Rio Miño, Uxío Benítez, la cuestión parecía estar en manos lusas.
Para Cabaleiro, esta situación no deja de ser un «fracaso»: «Estoy totalmente en contra del cierre de pasos fronterizos, creo que es un fracaso de las políticas comunes de Europa y, en concreto, de España y Portugal», afea en conversación telefónica con este diario. Entiende que es necesario que los pasos fronterizos estén abiertos para que no se produzca, de nuevo, otro «taponamiento» y pide que haya «más controles», de hecho, «uno en cada paso».
Tranquilidad en el resto
A pesar del «caos», como califica Cabaleiro, de la situación en el paso fronterizo de Tui, tanto el de Verín como el de Salvaterra aparentaron normalidad. Algo que confirmó también la alcaldesa de la localidad pontevedresa, Marta Valcárcel, aunque se mostró también en desacuerdo con el horario restringido del paso que une su ayuntamiento con el Monção. Según los datos de la Delegación del Gobierno, entre las ocho de la mañana y el mediodía, en el paso fronterizo de Tui, por ejemplo, solo se obligó a dar la vuelta a alrededor de una docena de vehículos cuyos ocupantes no cumplían con los requisitos necesarios para entrar en Portugal. Un país que vio necesario en los últimos días echar el cerrojo a sus fronteras para tratar de paliar los efectos de una nueva ola del Covid que se está cebando con el país luso. Aunque, eso sí, «las consecuencias económicas para los trabajadores transfronterizos son muy graves, y nosotros seguimos sin ver ninguna ayuda», concluye el responsable de los comerciantes de Tui.
«[El cierre] es un fracaso de las políticas comunes de Europa y, en concreto, de los países»