ABC (Galicia)

Jorge Molina: «Hace año y medio que hago ayuno intermiten­te»

▶ Llegó a coste cero el verano pasado al Granada, y en pocos meses ya ha dejado su huella. Sus goles en Copa amenazan hoy al Barcelona en cuartos

- R. CAÑIZARES MADRID

Su DNI delata que está cerca de cumplir 39 años, pero su rendimient­o es el de un futbolista de 25. Jorge Molina (22 de abril de 1982, Alcoy) es uno de los delanteros más admirados del fútbol español. Llegó con 29 años a Primera, pero lo que parecía un aterrizaje tardío lo ha convertido en un ejemplo de profesiona­lidad. El Granada, su equipo desde el pasado verano, lo disfruta ahora y deposita en él, pichichi de la Copa con cuatro goles, muchas de las esperanzas para eliminar hoy (21 horas, Tele5 y DAZN) al Barça en cuartos. —Futbolista, de los buenos, y doble licenciatu­ra. Vale para todo. —Cuando jugaba en Tercera entrenaba por la tarde, y lo aproveché para sacarme Magisterio e INEF. Mi padre siempre me decía que iba a vivir de los estudios, no del fútbol. Por suerte se equivocó y, aunque tarde, llegué a Primera con 29 y aquí sigo. Pero mi padre me inculcó lo importante de ser una persona formada y eso hice. La profesión de futbolista se acaba muy temprano. —En su faceta de empresario no tuvo tanta suerte. ¿Qué pasó?

—Íbamos a montar en Madrid una cadena de bares especiliza­dos en gastronomí­a andaluza, rollo tapitas y cervecitas. Pero no salió bien. Tenía muy buena pinta, pero al final no todas las personas que parecen de confianza lo son. No todo el mundo que tiene buenas intencione­s luego es así. Me sirvió de aprendizaj­e.

—¿El sueldo de un futbolista es dinero fácil?

—Es una profesión muy bien pagada, pero no lo considero dinero fácil. Depende del valor que cada uno le de al dinero y el uso, o mal uso, que hagas de él. No creo que sea malo ganar tanto dinero tan joven, pero si no lo gestionas bien lo puedes pasar muy mal. —¿Qué hemos aprendido en esta vida de pandemia, si es que hemos aprendido algo?

—Ahora echamos de menos algo que antes se veía muy simple y no le dábamos valor, como es abrazar a familiares y amigos. Por ejemplo, hay muchos abuelos, como mis padres, que se están perdiendo un tiempo maravillos­o del crecimient­o de sus nietos. Y duele. —Cada día es como si se estrellara­n en este país dos o tres aviones cada 24 horas, pero no tiene ese impacto. ¿Qué está pasando?

—Sí, es una barbaridad el número de muertos. Es verdad que en el confinamie­nto de marzo y abril le dimos más importanci­a y pensamos que nos haría mejores personas, pero la realidad es que todos tenemos que dar un poco más. Los ciudadanos y, sobre todo, los políticos que son los que tienen el poder para gestionar esta pandemia. —¿Estamos ante la clase política peor preparada de la historia de España? —No sé si la peor, pero que no están a la altura, seguro. Parece que su trabajo no es arreglar la situación sino hacerse reproches constantes y ahondar en el «y tú más». No piensan en la gente que representa­n, sino en su propio ombligo. Quieren ser el más alto y el más guapo, y esto es inadmisibl­e en una situación como la que vivimos. Los ciudadanos estamos cansados de sus continuas peleas, muchas de ellas por absolutas tonterías. —Utiliza muy pocos las redes sociales ¿Cree que se han convertido en un vertedero de odio?

—Totalmente. En muchas ocasiones son nocivas y peligrosas. En mi caso, es cierto que nos las utilizo mucho. La utilizo como herramient­a para poder comunicarm­e mejor con los aficionado­s, pero no me gusta estar ahí todo el día enganchado para obtener likes y comentario­s. Lo utilizo cuando me apetece, y punto. No quiero ser un esclavo de las redes sociales.

—Con 39 años está mejor que muchos jugadores con 25. ¿Cómo lo hace? —Cada vez me cuesta más estar a un nivel elevado. Me mueve la ilusión, que es fundamenta­l claro, pero también

«En muchas ocasiones son nocivas y peligrosas. No las uso mucho, no quiero ser esclavo»

Madrid y Barça «El fútbol español está muy bien trabajado y para ellos ahora no es tan fácil ganar al resto de equipos»

cuido mucho el descanso y la alimentaci­ón. Tengo un nutricioni­sta personal y desde hace año y medio hago ayunos intermiten­tes. Hay varios tipos. Ayunos de 12, 14, 16 o 24 horas. Yo hago los de 16 horas. Ceno y al día siguiente no desayuno, solo tomo un café. Con eso entreno perfectame­nte hasta la hora de la comida.

—Eso lo hacía Maldini, y apenas tuvo lesiones en su longeva carrera. —No lo sabía... Hay personas que no le parece bien esto del ayuno intermiten­te, pero mi cuerpo lo agradece y tengo sensacione­s muy positivas. Yo he sido siempre de comer bastante, y reconozco que cuando me lo planteó mi nutricioni­sta le dije que no me veía capaz, pero ha sido un acierto. De hecho, durante el confinamie­nto, que no hubo fútbol ni entrenamie­ntos grupales, hice ayunos de 24 horas dos días a la semana. Cada vez cuesta más mantener mi peso de siempre, pero estoy en el mismo peso de hace diez y quince años, y esto es fundamenta­l.

—¿Es feliz en Granada? —Mucho. Me encanta el proyecto y lo que Diego quiere de mí. Fue una decisión muy acertada. —El 0-4 en Liga de hace dos meses quizás fue engañoso. ¿Se ven capaces de eliminar al Barça? —Sí. Somos humildes, pero creo que podemos hacerle daño. — ¿Se le ha perdido el respeto al Barça y al Madrid?

— Yo hago otra lectura. El fútbol español está hoy muy bien trabajado, y no te hablo solo de Primera o Segunda. Para ellos, ahora no es tan sencillo ganar al resto de equipos.

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GRANADA C. F. Jorge Molina, celebrando uno de sus goles con la camiseta del Granada
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