Abanca provisiona 273 millones en 2020 y su volumen de negocio ya supera los 95.000
Tras un año «especialmente complejo» y «muy difícil», en el que la pandemia de coronavirus «sin duda ha puesto a prueba todas nuestras capacidades», el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, afirmó ayer que se sienten «especialmente orgullosos» de la hoja de servicios de 2020. La entidad obtuvo un beneficio atribuido de 160,1 millones de euros, lo que supone un descenso del 60,5% en términos interanuales —fueron 405 millones en 2019—, tras dedicar 273 millones a provisiones para reforzar la posición financiera ante el Covid.
El crecimiento de los ingresos triplicó al de costes y el margen básico aumentó un 12,4%, al crecer el margen financiero un 11,9% y los ingresos por prestación de servicios un 14%. Los gastos, por contraste, aumentaron un 3,9% gracias, según se reivindica desde Abanca, a las medidas implantadas y a las sinergias capturadas en las integraciones. El volumen de negocio creció en un 12,7% y supera los 95.000 millones de euros, tras producirse la integración de Bankoa, en un año en el que se rebasó el millón de usuarios de banca móvil. En paralelo, Abanca lidera la morosidad con la menor tasa del sector, con un 2% —era del 2,8% en diciembre de 2019—, reduciendo un 22,4% los activos dudosos, de 1.032 a 801 millones de euros.
Escotet puso en valor los números de la entidad en un año condicionado por unos «resultados macroeconómicos tan complicados», en el que se optó por «preferenciar, sobre todo, nuestra calidad de riesgo y nuestra calidad de activo, y, por supuesto, nuestra solvencia». Una de las claves, citó, fue que «Galicia, sin duda, ha pasado a tener una mayor resiliencia a la crisis». También destacó que «los procesos de integraciones de los últimos cinco años empiezan a rendir fruto».
A ojos del financiero, «no cabe duda» sobre la «solvencia» del sistema bancario español, dada su «robustez». Rechazó paralelismos con la «crisis del ladrillo». El sistema, insistió, está «perfectamente preparado para enfrentar» los retos de la pandemia, siempre confiando que se pueda «recuperar la senda del crecimiento en el segundo trimestre».
Tren de las fusiones
Se preguntó a Escotet si cree que han perdido el «tren de las fusiones» (caso Liberbank) y rebatió que «llevamos cinco integraciones en estos últimos años». De cara al futuro, «no descartamos nuevas alternativas que pueda haber en el mercado». Siguen «muy atentos». Sin decisión definitiva aún sobre Novo Banco, recordó que Portugal es «un destino estratégico absolutamente complementario» y preferencial. Donde se mostró más tajante fue al asegurar que es «completamente falso» que se haya realizado una «aproximación» al Sabadell.
En el encuentro virtual con la prensa se pusieron otros dos nombres concretos sobre la mesa. En cuanto a Pescanova, subrayó que se trata de una empresa «de altísimo valor estratégico, casi diría indispensable para la economía gallega». Con un «enorme potencial», «ya empiezan a verse resultados interesantes», lo que genera un «razonable optimismo sobre su futuro». El Deportivo de La Coruña, en cambio, atraviesa una «situación distinta, mucho más compleja desde el punto de vista financiero» y en la faceta «deportiva». Escotet avanzó «nuevos anuncios que apuntan justamente a la profesionalización» del club de fútbol en los próximos días.
Por último, acerca de la futura universidad privada en Galicia, se confía en obtener el permiso definitivo e implementarla «en el menor tiempo posible». El proceso va más lento de lo esperado, pero se mira a 2022 como el año en que podría darse inicio a la siguiente fase.