Los juristas avisan ante la reforma del Código Penal: no hay libertad de expresión a la carta
▶ Ven contradicción en despenalizar el enaltecimiento a ETA y criminalizar a la vez la apología del franquismo
Injurias a la Corona, enaltecimiento del terrorismo, ofensas a los sentimientos religiosos, ultrajes a la bandera... Hasta una decena de delitos se pueden ver afectados por la reforma del Código Penal que ha anunciado esta semana el Gobierno y que contempla el concepto de libertad de expresión más amplio que se ha visto en democracia. Tanto que, coincidiendo con la recta final de la campaña electoral catalana, los socios de Gobierno de Sánchez han puesto sobre la mesa la despenalización de todas aquellas conductas que pongan trabas a la libertad de expresión y que no inciten directamente a la violencia. Por el camino se queda la frustración de las víctimas del terrorismo, la desprotección de la Corona y el temor de que esta reforma acabe metiendo en el cajón de sastre de los delitos de odio todas aquellas opiniones que no sean compartidas por el Ejecutivo. La sombra de una libertad de expresión ideologizada se extiende sobre una reforma penal que a día de hoy no está nada clara.
Y no lo está porque mientras que un sector del Ejecutivo se ha limitado a dar apenas unas ‘pinceladas’ sobre su propósito –habla de una «revisión» de los delitos «relacionados con excesos en el ejercicio de la libertad de expresión–, otro, el que encabeza Pablo Iglesias, ha llevado al Congreso una proposición de ley en la que directamente se despenalizan delitos «sin un estudio riguroso y con la consiguiente desprotección al ciudadano y a la colectividad». Así lo asegura el catedrático de Derecho Penal y abogado Luis Rodríguez Ramos.
«Las propuestas de derogación que propone Podemos son claramente antisistema, para debilitar instituciones o privar de protección a colectivos que no comparten sus ideas contrarias a la Constitución, nacida por consenso en 1978. Los sentimientos de los que tienen religión, particularmente la católica, que son mayoría en España, las víctimas del terrorismo, o las instituciones a las que aluden esos preceptos que se quieren derogar quedan desprotegidos», apunta.
No todo vale
Señala el jurista que la propuesta de Unidas Podemos está envuelta con un «papel de seriedad técnico-jurídica» que no es tal: se cita jurisprudencia de Estrasburgo y del Tribunal Constitucional sólo para acoger los argumentos favorables a su reforma, mientras que omiten lo que esos mismos tribunales dicen sobre los límites a esa libertad de expresión. Hay sentencias en las que Tribunal de Derechos Humanos, TC y Supremo han considerado que prevalece la libertad de expresión sobre otro bien jurídico protegido, señala. Pero en otras han sostenido que no hay derecho al insulto, que mostrar fotos de etarras es «alabar actos terroristas y hacer apología de los verdugos» o que la interrupción de una ceremonia religiosa para proclamar consignas como: «Fuera rosarios de nuestros ovarios», atentan contra los sentimientos religiosos y no están amparadas por la libertad de expresión.
Rodríguez Ramos alerta de que las prisas no son buenas consejeras y es
El pasado diciembre, el Tribunal Constitucional estableció que incitar a quemar la bandera nacional es un ultraje a España que no está amparado por la libertad de expresión. Rechazó así el recurso de un sindicalista gallego que llamó a quemar la «puta bandera» durante una protesta realizada frente al Arsenal Militar de Ferrol en pleno izado de la enseña. partidario de que se abra un debate teórico del que salgan propuestas y, desde luego, que el texto se tramite como proyecto de ley, con informes del Consejo de Estado, Consejo General del Poder Judicial y Abogacía. «No se puede legislar con sectarismo ideológico, porque esas reformas sólo generan contrarreformas». Recuerda, además, que «si se limita la libertad de expresión en función del signo político de la realidad afectada, está clara la contaminación ideológica».
Sin límites
Y es que no deja de ser paradójico que mientras se esté abogando por la despenalización del enaltecimiento del terrorismo, el Gobierno reconozca que seguirá adelante con la tipificación como delito de la apología del franquismo, lo que de forma mayoritaria rechazan los juristas consultados por ABC.
«No se puede establecer que la libertad de expresión tiene límites en unos casos y en otros no», señala un miembro de la Comisión General de Codificación del Ministerio de Justicia que
Supresión Podemos quiere despenalizar las injurias al Rey, ultrajes a España y el enaltecimiento del terrorismo
Sectarismo «No se puede legislar con sectarismo ideológico», dice el catedrático Rodríguez Ramos