BRUSELAS TIRA DEL FRENO DE MANO DE LOS FONDOS ANTE LA AMENAZA DE UN ‘SIMPA’ DEL GOBIERNO
En Europa no están acostumbrados a los ‘simpa’. PSOE y Podemos asustan a Bruselas con la amenaza de condonación de deuda y el posicionamiento en favor de Putin. La Unión Europea tiene cogido el freno de mano de los fondos de recuperación –¿o más correcto
ONDE ponen el ojo, ponen la bala. Y en no están acostumbrados a los ‘simpa’. El último sobresalto que han recibido por parte de los socios europeos ha llegado vía España. De hecho, desde el anuncio del acuerdo de Gobierno de coalición PSOE-Podemos, en las instituciones europeas que nos lideran no ganan para sustos. La dupla gubernamental española decidió recientemente salirse por la tangente amenazando a Bruselas y a Fráncfort con la petición urgente de condonar la deuda –a lo que se añadió encima días después el posicionamiento podemita en favor de Putin–, y aún lo están asimilando. Aunque la reacción de los jefes europeos fue inmediata. Con las cosas del comer común, ni media fisura.
Y es que a la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y al responsable de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, no se les pasó por la cabeza mejor ocurrencia que unirse al manifiesto titulado ‘Anular la deuda pública mantenida por el BCE para que nuestro destino vuelva a estar en nuestras manos’ –publicado en España por ‘El País’, y encabezado por el economista francés Thomas Piketty– y las risotadas con semejante disparate en la sede del BCE –reír por no llorar, me temo– aún resuenan hasta aquí mismo. «Cancelar la deuda es ilegal y además no tiene sentido económico», respondió raudo y veloz el vicepresidente del supervisor bancario europeo, Luis de Guindos, antes que su jefa, Christine Lagarde, que sentenció: es «inconcebible» y sería «una violación del tratado europeo».
Así, ‘grosso modo’, exigir una condonación de la deuda de los gobiernos en manos del Banco Central Europeo, «a cambio de mayor inversión pública» –reza el fascinante documento–, se pagaría con más emisión de deuda pública. Y como explica, y comparto, el economista Daniel Lacalle, si el BCE eliminase de su balance parte de los bonos comprados a España sería reconocer la insolvencia del país, pero además reflejaría la imposibilidad de seguir comprando
Ddichos bonos en el futuro. La pretensión de Piketty y ‘cía’ de que se cancele y se siga monetizando todo y cualquier gasto público es simplemente caer en los errores de Argentina, que han devastado su divisa, el peso, y su economía. Pero que además lo proponga Unidas Podemos que ha votado a favor de salir del euro es, además, para nota. ‘Cum laude’ en caradura. Exigen que se nos condone la deuda, endeudarnos más, y después, si no nos gusta, nos largamos. ¡Ahí os quedáis todos con mis agujeros! Tal cual dirían. Pues... no solo es falta de lógica económica, es el más absoluto de los gorroneos a todos los contribuyentes europeos.
La propuesta de este clan de fenómenos pasa además por un contrato entre los Estados europeos y el BCE, de forma que la institución monetaria se comprometa a condonar las deudas públicas que posee (o a transformarlas en deudas perpetuas sin intereses, ¡qué manía de querer ser Argentina así sin más!, como este país va de perlas...), mientras que los Estados se comprometen a invertir las mismas cantidades en la reconstrucción ecológica y social, lo que en el caso español se cuantifica en más de 300.000 millones de euros. Y en el mientras tanto, a la espera –a más, a más– a que nos enchufen los 140.000 millones del ala (de los 750.000 millones para toda Europa) en forma de ayudas también desde Bruselas. Parafraseando a Antoine Lavoisier, padre de la química moderna, ya en el siglo XVIII: «El dinero –en lugar de la materia– ni se crea ni se destruye, sólo se transforma». Y del cielo... va a ser que no cae.
No se lleven a engaño, porque la UE tiene cogido el freno de mano de los fondos de recuperación –¿o con ‘r’ de rescate más correcto? Porque ‘reformas a cambio de reconstrucción=rescate’– y, de momento, aquí no llega un euro. Y no llegarán los fondos si no nos ponemos serios y dejamos de arrojar sin ton ni son rojadas populistas en toda la cara de nuestros mayores. Porque el mal presentimiento en Bruselas respecto a España se ha ido intensificando desde que se hiciera hueco a codazos a varios miembros de Unidas Podemos en el seno del Ejecutivo, que tuvo inmediatas consecuencias en el equipo Sánchez, en la figura de la más respetada hasta entonces en los despachos europeos, la vicepresidenta Nadia Calviño, al no lograr el apoyo de la mayoría de los socios para presidir el Eurogrupo. Desde entonces –eso sí, en medio de la pandemia– en cascada: deuda pública descontrolada, pérdida de competitividad, quiebras generalizadas de pymes, subida de impuestos directos, intervencionismo en el alquiler, inseguridad jurídica total amparando a los okupas, oposición a la reforma de las pensiones, contrarreforma laboral –de una reforma, no lo olviden, que ya no es la reforma laboral de Rajoy sino la reforma de la UE, y «eso no se toca»–, fuerte incremento del empleo público, la mayor caída del PIB del mundo desarrollado... ¿Sigo?
La propia vicepresidenta económica afirmó el pasado jueves en ABC (en el Euroforo Vocento sobre fondos europeos) que «tenemos que presentar un plan de reformas e inversiones coherente de cara a los fondos». A lo que de forma contundente respondía otro de los ponentes, el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, que «sin reformas no habrá inversiones». Pues eso. Aunque con los fondos está pasando como con las vacunas: iban a llegar ya a finales del año pasado y estamos a mediados de febrero y la cosa está como está. De momento, solo hay marketing.
Y ojito con que esa pasta llegue antes a otros países. Porque el ala económica progresista del Gobierno –la otra, la que suelta sin filtro a Rusia que España no es una democracia consolidada, mejor que desaparezca del mapa cuanto antes porque si no los socios frugales van a dar el ‘OK’ a las ayudas a nuestro país ¡por las narices!– debe estar al tanto de que con esos mismos fondos te zampan tus empresas y luego, con tus empresas, se quedan con los fondos de España. ¿Ven la jugada? Maestra de todas, todas. Y entonces ríete tú de las dudas e incertidumbres sobre aprobar o no la opa parcial de IFM sobre Naturgy, se va a quedar en simple anécdota.
Por ello, se vislumbra un antes y un después tras los resultados de las elecciones catalanas de hoy. Entre los ministros más económicos así lo creen. Dar un volantazo hacia el centro. Eso sí, siempre y cuando su candidato, Salvador Illa, salga triunfante, y Podemos... pues todo lo contrario. La recuperación económica y la llegada de fondos depende de virar hacia la moderación, y que Europa lo perciba y se lo crea. Porque definitivamente, Bruselas no tiene simpatía ninguna por Sánchez y sus socios, un mal ejemplo para una Unión que ya desechó hace tiempo las ideas comunistas. Tampoco ayudan los mensajes de preocupación que algunos y algunas poderosos y poderosas castizos hacen llegar a la
para quien España es un dolor en la nuca cuyo único remedio está en controlar los fondos para corregir las formas. Un deseo final: salvemos al 78 de esta panda por favor.