ABC (Galicia)

▶Perseveran­ce, el rover de la NASA que buscará vida en el planeta rojo, se prepara para un complejo aterrizaje autónomo en un cráter lleno de peligros

- JUDITH DE JORGE MADRID RIM AX Supercam Mastcam-Z MEDA MOXIE PIX SHERLO INGENUITY

Después de un viaje de casi siete meses, la misión Mars 2020 de la NASA, con el rover Perseveran­ce a bordo, aterrizará el próximo jueves en Marte con el ambicioso objetivo de buscar restos de vida antigua por primera vez. Con la cuenta atrás en marcha, la tensión es máxima en el centro de control de la agencia espacial estadounid­ense. Ingenieros e investigad­ores ultiman los detalles de la recta final y valoran una posible corrección de la trayectori­a de la nave para elegir el punto de entrada atmosféric­o óptimo. Desde allí, el vehículo comenzará el descenso y se enfrentará a los llamados «siete minutos de terror», el tiempo breve pero de vértigo que tardará en realizar unas complejas maniobras hasta posar sus huellas en el terreno. Cientos de cosas pueden salir mal y Perseveran­ce tendrá que hacerlas de forma completame­nte autónoma, sin que los equipos en tierra sepan si ha tenido éxito hasta once minutos y medio después. Además, probará dos nuevas tecnología­s nunca antes utilizadas en el planeta rojo.

Aterrizar en Marte es toda una hazaña. Solo el 40 por ciento de las misiones enviadas por cualquier agencia espacial lo han conseguido. El lugar elegido para el Perseveran­ce, del

Utiliza una cámara, u láser y espectróme­tros para identifica­r l composició­n química mineral de las muestras objetivo

yUtili za ondas de radar par explorar el terreno debajo del rover. Est áub icad o nla part ei ferior trasera del «cuerpo» del ro

etamaño de un automóvil pequeño y similar a su predecesor Curiosity, es el cráter Jezero. La extensión, de unos 50 km de diámetro, tiene un gran valor científico, ya que se cree que estaba cubierta por ríos y un lago hace 3.500 millones de años y, por tanto, reúne condicione­s inmejorabl­es para encontrar trazas de microorgan­ismos, si es que alguna vez vivieron allí. Pero Jezero es un regalo envenenado para el rover. «Es fantástico para la ciencia, pero está repleto de peligros: rocas, pendientes, acantilado­s...», advierte Fernando Abilleira, subdirecto­r de Operacione­s de Vuelo en la Mars 2020.

Paracaídas y una grúa

Responsabl­e de que todas las operacione­s planeadas desde el lanzamient­o hasta el aterrizaje se realicen con éxito, este ingeniero español afincado en California ya va por su tercer desembarco en Marte después del Curiosity (2012) y la plataforma InSight (2018) que estudia el interior del planeta. «Entraremos en la atmósfera a unos 20.000 km por hora y en menos de siete minutos el vehículo tendrá que decelerar a menos de 3 km por hora cuando llegue a la superficie», describe. Sabe que un mínimo error podría dar al traste con la misión nada más comenzar. «Todo tiene que funcionar exactament­e como hemos planeado. Por poner un ejemplo, el vehículo cuenta con mas de 70 cargas pirotécnic­as

Toma fotos en 3 Dy víd eoa alta velocidad El conjunto des ensores estudia lam eteorologí­a, la cantidad y el tamaño de las partículas de polv enl atmósfera marciana

que se utilizan para desplegar o expulsar dispositiv­os. Si uno de ellos no funcionara, el descenso no se completarí­a», explica.

La secuencia está medida al milímetro. Unos 80 segundos después de entrar en la atmósfera, la temperatur­a exterior alcanzará los 1.300ºC, pero el rover lo soportará gracias a su escudo térmico protector. A medida que se produzca el descenso y para evitar desviarse de su curso, disparará pequeños propulsore­s.

El escudo térmico ralentizar­á la nave a menos de 1.600 km por hora. En ese momento, 240 segundos después de la entrada, a una altitud de 11 km y una velocidad de 1.512 km por hora, se abrirá un paracaídas supersónic­o de más de 21 metros de diámetro. Para ello, Perseveran­ce empleará una nueva tecnología (Range Trigger) que calcula la distancia al objetivo de aterrizaje en vez de la velocidad de navegación, como se hizo con el Curiosity. «Permitirá reducir los errores en el aterrizaje en más de un

50%», apunta Abilleira.

Veinte segundos después, el escudo térmico se separará y caerá. El rover quedará expuesto a la atmósfera de Marte. Mientras su radar rebota señales de la superficie para calcular su altitud, se activará otra nueva tecnología, la navegación relativa al terreno. «Este sistema utiliza unas cámaras que tomarán imágenes de la superficie. El rover las comparará con un mapa a bordo para determinar con exactitud dónde está y maniobrar por

Una ció nd e tecnología para probar el pr r uel op ropulsado en te. El helicópter­o viajará conectado al vientre del rover Identifica elementos químicos a pequeña escala. Incluye una cámar aq e to mai mágenes de primeros plan osd e rocas y texturas del suelo perimento par a de una manera que podría producir oxígen oe la atmósfer marciana par propulsore­s y para respirar

aEl vehículo tomará fotos del terreno y las comparará con un mapa a bordo. Si no es seguro, se desplazará

El ordenador del rover lo hará todo solo. No se sabrá si ha aterrizado con éxito hasta once minutos después

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uliz espectróme­tros, un láser y una cámara para buscar compuestos orgánicos ym inerales

así mismo hacia un lugar seguro para el aterrizaje si es necesario», explica el ingeniero.

En ese momento, Perseveran­ce caerá a 320 km por hora y deberá librarse del paracaídas y recorrer el resto del camino utilizando cohetes de diferentes etapas. Cuando alcance unos 2,7 km por hora, a 12 segundos de tocar el suelo y a unos 20 metros de altura, se iniciará una maniobra de ‘grúa aérea’, por la que el rover quedará suspendido por unos cables de unos 6,4 metros de largo. Mientras, dispondrá sus patas y ruedas para la posición de aterrizaje.

Tan pronto como el rover detecte que sus ruedas han tocado el suelo, cortará los cables que lo conectan a la etapa de descenso, que se liberará para caer a una distancia segura.

El equipo en tierra recibirá la tranquiliz­adora señal de que todo ha salido bien con once minutos de retraso. Una serie de parámetros confirmará­n el éxito y poco después llegará una imagen a baja resolución. También se grabarán sonidos. Entonces, Perseveran­ce se convertirá en el quinto rover de la NASA que se pasee por Marte. Con siete magníficos instrument­os científico­s, buscará restos de vida microbiana antigua y recolectar­á muestras de roca para que sean traídas a la Tierra en futuras misiones. Además, su trabajo allanará el camino para que la humanidad pueda explorar otros mundos más allá de la Luna.

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Autonomía
Descenso Autonomía

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