El Universo está lleno de pequeños pasos
Los miembros del equipo de Perseverance en las instalaciones de la NASA en Pasadena (California) reaccionan ayer con alegría al confirmarse el amartizaje en la superficie del planeta rojo
Queda mucho para que el hombre alcance la superficie de Marte, objetivo, aún lejano, de un programa tecnológico que de forma escalonada va tomando el pulso a un planeta sobre el que desde hace años y con distinta suerte se posan ingenios programados para la exploración. El Perseverance es el último artilugio de una generación de vehículos cada vez más evolucionados. Ayer comenzó a trabajar sobre un cráter donde un día pudo desembocar un río que arrastraba los sedimentos necesarios para que se desarrollase algún tipo de vida. Todo es probable y casi nada parece imposible. El Perseverance es el primer rover que llega a Marte con la misión de hallar rastros de vida, ya extintos, sobre los que plantear la hipótesis de una futura colonia humana. Pedro Duque, que fue cocinero espacial antes que fraile sanchista, reconoció ayer que queda mucho para que el hombre pueda plantearse una visita a Marte. Haría falta, dice el ministro de Ciencia, poner a unos 100.000 ingenieros y operarios a trabajar en un proyecto que aún no está definido y que, pese a la ansiedad y la ambición de aventureros como Elon Musk, patrón de SpaceX, se podría prolongar entre diez y quince años.