El científico español, autor de ‘Viral’, advierte del riesgo de no vacunar en los países con menos recursos y del valor de los virus como tratamiento
Juan Fueyo Neurooncólogo ▶
El SARS-CoV-2 ha hecho que todos sepamos un poco más de estos diminutos organismos. Pero algunos científicos llevan prestándoles atención desde hace años. Es el caso del español Juan Fueyo, profesor en el Departamento de Neurooncología del M.D. Anderson Cancer Center en Houston (EE.UU.), que desde el laboratorio que codirige con Candelaria Gómez-Manzano, trata de domesticar los virus para curar el cáncer. —Después de la pandemia de Covid19, ¿qué viene?
—Después de la pandemia viene otra pandemia; pero en este caso, una sindemia. Quiere decir que el virus va a estar viviendo con nosotros. Si se hacen bien las cosas en España, en verano, el coronavirus será historia; habríamos superado la pandemia. Pero el problema es que los países en desarrollo no disponen de vacunas, lo cual quiere decir que allí el virus sigue replicándose y aparecerán cepas que serán resistentes a la vacuna. Si esto es así, el año que viene podríamos volver a estar en la casilla de salida teniendo a la población vacunada, pero con un virus que es resistente. La vacunación solo funciona cuando se inmuniza el planeta.
—En su último libro, ‘Viral’, se dice que un brote es inevitable pero que este acabe en una pandemia es opcional. —La frase es de un epidemiólogo famoso que trabajó en la viruela y decía que si tuviéramos planes antipandemias, se podría evitar. Si una vez que aparece un brote hay organismos supranacionales que deciden donde se activan las alarmas, qué laboratorios se dedican a hacer el test, quiénes son los científicos que van a viajar primero al lugar donde apareció el brote, qué fronteras hay que cerrar, qué sitios hay que aislar, dónde empieza el confinamiento… si todo esto se decide a nivel global, no habría pandemias. Lo que favorece a un virus es el silencio y el despreciarlo.
—Se acusa a la OMS de activar la alarma pandémica un poco tarde
—La OMS actuó con cautela; desde el primer momento trabajó con el Gobierno chino y trató de coordinarse con otros países; pero Estados Unidos se opuso, y Brasil también. La OMS, al final, es el