Alba: «Somos los culpables, era una ocasión única, no se puede permitir»
SERGI FONT Transpiraba decepción el vestuario del Barcelona, que se mostró autocrítico tras el empate. «Es culpa nuestra. Era una oportunidad única para estar arriba. Queda mucho pero no podemos dejar que se escapen estos puntos. No hay excusas. Debemos recapacitar y buscar soluciones porque esto no se puede permitir», empezaba asegurando Jordi Alba.
Mensaje coincidente con el de Koeman: «Es una gran decepción. Estoy muy decepcionado, más que el pasado martes. Las oportunidades como estas no se pueden fallar más. Era una ocasión para recortar distancias tras la derrota del Atlético. En un partido controlado, hemos dejado escapar dos puntos. En total, contra el Cádiz hemos dejado escapar cinco puntos y esto no puede ser». hora para intentar algo creativo en los últimos 15 minutos. Todo estaba dormido. Pero con la diferencia de que el Barça estaba como distraído, sin saber exactamente qué hacía, y un Cádiz muy concentrado tenía su estrategia perfectamente delimitada y aguardaba su momento. Son esas conversaciones que los maridos tenemos por tener, con la guardia baja, y las esposas te van llevando poco a poco hacia la trampa. Y de repente, ¡zas!, acabas diciendo algo que te hunde en la miseria del modo más inesperado. Más zumo de naranja cuando el azúcar nos sale por las orejas. El Barça tenía lo suyo, pero Griezmann, como la crema de leche en todos los puñeteros platos de la alta cocina parisina, se encargaba de estropearlo. Con franceses así, no hacen falta los alemanes. Y al final, Lenglet puso su estúpido granito de arena para que el guion del Cádiz, que todo el mundo venía venir, se concretara de penalti. Es lo que pasa cuando se te acaban las ilusiones. El Barça, como un marido humillado. Su amante se fue con otro y al final, su mujer le echó de casa.