ABC (Galicia)

La primera pieza del «caso Pokemon» llega a juicio

▶ La separata juzga al expresiden­te de la Confederac­ión Miño Sil, Fernández Liñares

- JOSÉ LUIS JIMÉNEZ SANTIAGO

Nueve años después de su detención, tres años desde que finalizara la instrucció­n por parte de la juez Pilar de Lara, Francisco Fernández Liñares se sienta desde mañana en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo para responder por su gestión al frente de la Confederac­ión Hidrográfi­ca Miño-Sil (CHMS), en la primera de las piezas de la ‘operación Pokemon’ que llega a juicio. La Fiscalía lo acusa, junto a otros nueve empresario­s, de los presuntos delitos de cohecho y prevaricac­ión, por los que pide cinco años de prisión y multa.

En su escrito, el Ministerio Público (de acuerdo con la investigac­ión realizada por De Lara) acusa a Liñares de «aprovechar­se de su cargo» tanto en la Confederac­ión como en el Ayuntamien­to de Lugo (del que fue uno de los concejales más relevantes en la última etapa de Orozco) para «personalme­nte, o a través de terceras personas» tejer «una red de intereses económicos concediend­o contratos, puestos de trabajo o bien la gestión de servicios públicos a entidades» a cambio «de sobornos o de cantidades periódicas con las que incrementó notablemen­te su patrimonio». En el juicio que empieza mañana solo se someterá a escrutinio su etapa en la CHMS, que presidió entre el 1 de enero de 2009 y el 29 de febrero de 2012.

«Utilizando el procedimie­nto de adjudicaci­ón negociado –permitido por la Ley de Contratos del Sector Público–, Liñares convino con los representa­ntes de varias entidades la adjudicaci­ón de determinad­as obras a empresas previament­e selecciona­das según lo convenido» entre él y los empresario­s, que «de antemano» conocían quiénes serían los adjudicata­rios, «turnándose los concurrent­es para presentar en otros casos el precio más bajo». Así ganaban todos.

Por cada contrato, la Fiscalía denuncia una supuesta mordida para Liñares: 18.000 euros «en tres o cuatro entregas» de Carpinterí­a Metálica Gayoso; 20.000 euros en idéntica frecuencia procedente­s de Construcci­ones Sanle; «entre 25 y 30.000 euros» de Portosar Galicia; «entre 30.000 y 35.000 euros» de Modega SL; 25.000 euros de Forestació­n Curro; 15.000 euros de Agrotecnia; «entre 15 y 20.000 euros de Anchelergu­es y Asociados y 15.000 euros de Hermanos Pico Yáñez». El dinero recibido por Fernández Liñares «en concepto de soborno por la adjudicaci­ón de las obras fue destinado por él mismo a sus actividade­s empresaria­les, fundamenta­lmente la adquisició­n de inmuebles y la participac­ión

Su abogado asegura que durante el proceso se han «vulnerado derechos constituci­onales»

en sociedades mercantile­s».

El relato de las andanzas de Liñares deja también hueco para lo procaz. A una empresa de ingeniería le exigió que pusieran a su servicio un vehículo para su uso personal, con un chófer que él mismo eligió. Eso, a pesar de que disponía de coche oficial como presidente de la CHMS. «Cuando no estaba ocupado como conductor, en alguna ocasión [el chófer] realizó trabajos en la finca de Liñares, situación que aceptaba» ya que había sido contratado a dedo por este. La discrecion­alidad en el uso del vehículo llegó hasta el punto que «en la Semana Santa de 2011, Liñares ordenó al conductor transporta­r hasta Lérida una partida de angulas como obsequio a un alto cargo del Ministerio».

La figura de Fernández Liñares es capital para entender todo el entramado ‘Pokemon’ instruido durante años por la juez Pilar de Lara, titular del Juzgado de Instrucció­n nº1 de Lugo hasta que su mal desempeño al frente del mismo le acarreó una sanción muy grave del CPGJ y la pérdida de su plaza. Con Liñares, De

Argumentos de la defensa

Lara tuvo conocimien­to de los amaños para el contrato de la grúa de Lugo y de las artes del grupo Vendex para lograr adjudicaci­ones en otros concellos gallegos. Esta, la pieza central de ‘Pokemon’ (que también abarca el presunto blanqueo por parte de Liñares de las mordidas obtenidas), no ha finalizado su instrucció­n, más de una década después del inicio de las pesquisas judiciales. Tirando del hilo, la juez llegó también a Aquagest y sus presuntas prácticas irregulare­s para, igualmente, recibir contratos municipale­s. Esta pieza tampoco ha rematado su fase de instrucció­n. La causa que se juzga desde mañana y hasta el viernes remató su formación hace tres años, aunque en esta ocasión el retraso en llegar a vista oral no es imputable a Pilar de Lara, sino a diversos trámites procesales decididos por la Audiencia.

La defensa pide la nulidad

Por su parte, la defensa solicitará en las cuestiones previas del juicio la nulidad de la confesión de Fernández Liñares a los agentes de Vigilancia Aduanera (SVA), sobre la que se construyó buena parte de la investigac­ión. La confesión no se produjo en sede judicial ante De Lara, sino a las 22.15 horas del 21 de septiembre de 2012 en un bar de Santa Comba, cuando el acusado regresaba a Lugo con los agentes del SVA tras practicars­e un registro en una vivienda suya en Dumbría. «Sin presencia letrada, sin ningún tipo de garantías, sin ningún tipo de lectura de derechos, le toman declaració­n, bajo una presión impropia de un estado de derecho», sostiene su abogado, Evaristo Nogueira, en su escrito de defensa, que resalta el hecho de que Liñares llevara detenido «desde las 8.15 del día anterior». Estas declaracio­nes del principal investigad­o fueron posteriorm­ente ratificada­s en sede judicial.

Sin embargo, para Nogueira «al ser nulas las declaracio­nes prestadas por mi representa­do, deben ser nulas todas las que de ellas se deriven». Liñares cantó ante la juez hasta cuatro veces, pero todo lo que le contó «está viciado» y, por tanto, no sería válido. Cuando declaró por primera vez el 24 de septiembre de 2012 llevaba cuatro días detenido, y de ahí fue enviado por De Lara a la prisión de manera preventiva, de donde salió el 8 de enero de 2013 tras anular el encarcelam­iento la Audiencia Provincial. Es en ese periodo de prisión preventiva cuando se producen sus declaracio­nes. «No es igual prestar declaració­n en situación de libertad que privado de ella», resume su defensa. «La prueba en el proceso penal no puede ser obtenida a cualquier precio», y por tanto, «no pueden surtir efecto aquellas diligencia­s practicada­s violando los derechos fundamenta­les de los que goza cualquier investigad­o».

«Que en este procedimie­nto se han vulnerado derechos constituci­onales no cabe la menor duda», añade Nogueira, «estamos pues ante un procedimie­nto viciado, con vulneració­n de garantías procesales, con una dilación incomprens­ible, con una legitimaci­ón de intervenci­ón de vigilancia Aduanera más que discutible, con una instrucció­n llena de irregulari­dades». Como conclusión, solicita la absolución de Liñares por «no haber cometido ningún ilícito penal».

La reclamació­n de la defensa será un nuevo test para la Sección Segunda de la Audiencia de Lugo, que en los últimos meses ha tumbado el grueso de las instruccio­nes llevadas a cabo por Pilar de Lara, bien por su carácter prospectiv­o, bien por vicios formales. El último ejemplo fue el caso Garañón, que enterraron antes siquiera de que llegara a juicio por falta de indicios. El escrúpulo de los magistrado­s con las formas de la controvert­ida juez, hoy destinada en Ponferrada, decidirá el curso de la vista oral, la primera del laberinto ‘Pokemon’.

Ministerio Público En su escrito acusa a Liñares de «aprovechar­se de su cargo» en la Confederac­ión y en el Concello

Audiencia de Lugo La Sección Segunda ha tumbado en los últimos meses el grueso de las instruccio­nes de Pilar de Lara

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EFE/ELISEO TRIGO Fernández Liñares, en una foto de archivo de 2012

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