Así perdió Britney Spears el control de su vida
Odisea estrena esta noche en España el polémico documental producido por ‘The New York Times’
El documental ‘Framing Britney Spears’, producido por ‘The New York Times’ para explicar el auge y la cruel caída de la artista, se estrena hoy en Odisea (22.00). Ella aún no ha recuperado el control de su vida, tras la crisis nerviosa que sufrió en 2007, que la llevó a un centro psiquiátrico y a perder la custodia de sus hijos. A los 39 años, busca recuperar su propia tutela, que ahora mismo se dirime en los tribunales.
El interés por Spears es indudable y hasta lógico, si se tiene en cuenta que ha vendido más de cien millones de discos y tiene una legión de admiradores. Tras el estreno de la película en Hulu, Netflix ha anunciado que prepara otro documental sobre su vida.
En sus 71 minutos de duración se investiga la tutela legal sobre la cantante y revisa las luces y las sombras de su trayectoria, con testimonios de personas cercanas y miembros del movimiento #FreeBritney. El documental pone también en evidencia la campaña machista por parte de los medios de comunicación y de entretenimiento estadounidenses, que se lanzaron sobre la presa en cuanto olieron la sangre. ‘Framing Britney Spears’ estará disponible para los clientes de Movistar+, Vodafone TV, Orange TV, Grupo Euskaltel y Cable Local.
El ascenso de Britney Spears a la meca del pop fue un fenómeno global. La estrella emergió muy joven. Se fue de Luisiana a Nueva York y a los once años empezó su carrera profesional en televisión, demasiado pronto, sin duda. La popularidad también fue excesiva. Ser tan famoso a esa edad es difícil de digerir. Britney conectaba muy bien con su público. Era muy «accesible», como cuenta un directivo de la cadena MTV. Por ahí llegaron algunas críticas veladas, como la contradicción entre su edad virginal –ella misma aseguró que se reservaba para el matrimonio, cuando ya se conocía su relación con Timberlake– y su aspecto de Lolita. Todo
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Spears estaba en caída libre, mientras debía pelear con Federline por la custodia de sus hijos, en un estado anímico y de popularidad nada favorables, batalla que acabó perdiendo. Los medios se reían de ella y en enero de 2008 fue ingresada en un psiquiátrico. Ahí empezó otra guerra aún más dura, que persiste, con su padre. James Spears, quien declinó ofrecer su punto de vista en el documental, fue designado por un juez como tutor casi plenipotenciario de las actividades de su hija, incluida su fortuna. A día de hoy, la cantante todavía no puede disponer de su dinero, pagar con sus tarjetas de crédito, conducir o firmar un documento sin autorización previa. Una de sus batallas responde al deseo de que, al menos en la parte económica, el poder recaiga en otra persona designada por las autoridades.
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