Más de 12.000 empleos dependen del pacto pesquero con Londres
▶ España pidió ayer a la UE cerrar ya las cuotas del bacalao y el besugo con el Reino Unido
Si la negociación del Brexit puso a prueba la paciencia de la mayoría de los sectores económicos a ambos lados del Canal de la Mancha, el pos-Brexit se está revelando igual o más complejo. Especialmente, para la pesca. Ayer tuvo lugar un consejo informal de ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) cuyo principal punto era el estado de las negociaciones sobre las cuotas pesqueras definitivas para este año y parte de las de 2022. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, exigió a Bruselas «claridad y certeza», ya que está en juego la actividad económica de una flota de 88 barcos –hay otros 55 buques de capital español que operan en aguas británicas– que emplea a 2.150 tripulantes y genera unos 10.750 empleos indirectos en puertos como Vigo, Santander y Ondárroa, según Cepesca.
En concreto, Planas apostó ante los ministros europeos y la Comisión por mantener la actual cuota para el besugo y, en el caso del bacalao, solicitó que se pacten «cifras realistas» al carecer de asignaciones propias y tener que intercambiar cuotas. Otra pesquería de interés para el ministerio es el brosmio, sobre la que pide atenerse a las recomendaciones científicas.
Mientras Bruselas y Londres cierran un acuerdo para el periodo de transición de cinco años y medio, fijado en el pacto del Brexit con el Reino Unido, los pescadores españoles solo tienen un mástil al que agarrarse: la
Iván López, Cepesca «Londres tendrá muchas tentaciones para aumentar su capacidad extractiva por medio de subsidios»
decisión de los ministros europeos de Pesca del pasado 17 de diciembre de prorrogar las cuotas de 2020 hasta el 31 de marzo. Lo que, dependiendo de la especie, permite capturar un 25% de lo asignado en pesquerías compartidas con el Reino Unido (119 de 146) o hasta un 65% en caballa o bacaladilla.
Todo ello, en plena pugna por el reparto del fondo Covid: Bruselas propone compensar al sector pesquero de los ocho países europeos, cuyos barcos faenan en aguas británicas, con 600 millones de euros en los próximos 30 meses. A España, le corresponderían 2,1 millones –Cepesca pide «entre 15 y 20 millones de euros»– y el sector prevé pérdidas de 9,36 millones solo este año (54,3 millones hasta 2026). En paralelo, Boris Johnson relajó el domingo los requisitos para que los pescadores de su país se beneficien de 26,6 millones de euros en ayudas.
Al respecto, el representante de la patronal pesquera en EUFA (European Fisheries Alliance) Iván López, cree que Londres «va a tener muchas tentaciones para aumentar su capacidad extractiva por medio de subvenciones» y avisa de que, en la situación actual, ambas partes pueden fijar unilateralmente sus cuotas. «Lo histriónico de la situación es que, en tres o cuatro meses, tendremos que ponernos con las de 2022», apunta.
López constata que si, a principios de año, como armador podía contar con 10.000 toneladas de bacalao en capturas ahora solo podrá pescar 4.000 toneladas. El representante de Cepesca critica también el «arreón final» que le dio a las negociaciones la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, y que no se siguiera el criterio del negociador europeo Michel Barnier. Al respecto, habla de más reajustes en los próximos años: «A mucha gente le puede interesar eliminar al Reino Unido de su cadena logística», advierte.