Extraterrestres y niños
¿Habrá periodistas acompañando a los ovnis cuando lleguen a la Tierra en su misión de abducción? ¿Se suicidan los extraterrestres? ¿Son los aliens cabezones en realidad hombres evolucionados, como sostiene Arrabal, que vienen al pasado para hacer una tesis doctoral de cómo vivíamos? ¿O son «gamberros del cosmos» como cree Jiménez del Oso? ¿Nos tienen localizados pero mantienen las distancias para no interferir en nuestro desarrollo? ¿O es imposible que convivan dos mundos similares en el tiempo pues se tiende al inexorable autoexterminio? ¿Fueron biorrots quienes llegaron a Vorónesh? ¿O alienígenas que limpiaron el parque de radioactividad por su cercanía a Chernóbil, como sostiene el ufano ufólogo Alexander Mosolov? Ahí los vieron un puñado de niños. «Y no son tontos, vieron lo que vieron. El hecho de que fueran niños tiene una parte muy literaria, porque son los que tienen acceso a esas realidades fabulosas, los que ven los duendes y las hadas. Pero los adultos no les creyeron». el periodismo que a mí me interesa, cuidando la escritura y los personajes, que puedes entrevistarlos durante horas y varias veces. Lo del Nuevo Periodismo de Tom Wolfe de meterse en la cabeza del entrevistado. Es un ‘a fondo’, una especie de bolazo de nieve contra el periodismo que se hace hoy en día». Así, sin inventar ningún diálogo ni ningún hecho, levanta esta caudalosa obra rusófila y ovninauta que versa también sobre la credulidad y los ojos. «Los ojos son muy expresivos, y en esta historia encajan bien porque yo estoy buscando testigos oculares, estoy buscando los ojos del niño que vio el ovni. Porque el ovni está en esos ojos. Los niños soviéticos no tenían en su archivo mental a los marcianos ni E.T. ni otras películas de extraterrestres. No las habían visto. Eso le da un punto de credibilidad a la historia. En el periodismo los políticos muchas veces no miran a los ojos. Ese contacto lo puedes hacer si haces una entrevista fuera de actualidad y estás cuatro horas hablando con alguien».
Después de escribir el libro, ¿cree más en los extraterrestres? «Diría que sí por la acumulación de datos que no tenía antes. Creo que la gente ve cosas y las seguirá viendo, soy muy respetuoso con el testigo. No tengo que dudar de que los ha visto, otra cosa es qué es, que eso ya son otros vericuetos». ¿Y en Dios? «El propio hecho de formular a dios hace que se esfume. Para mí va unido al sentimiento más que a las definiciones de un dios así o asá. A mí me gusta mucho recogerme en las iglesias, sobre todo cuando hace frío. Las iglesias rusas son muy acogedoras, me gusta estar allí en silencio. Esto no se ha acrecentado por el libro: el cosmos y el cielo son universos paralelos. Y lo pequeño que te sientes en las dimensiones del cosmos, ahí nos perdemos cuando hablamos de las millones de galaxias y entra el vértigo». ¿Cómo con internet? «Efectivamente, si intentas abarcarlo no haces pie. Yo he vivido en las dos épocas, y si tuviera que elegir elegiría la pre-internet. El conocimiento está en los libros. Léelos si quieres en ebook, no es cuestión del papel. Pero internet a veces nos deja una falsa sensación de conocimiento».
Daniel Utrilla. Editorial: Libros del K.O. 648 páginas. Precio: 23,90 euros.