El PSdeG ampara a grupos que defienden la erradicación del castellano en la educación
▶ Apoyo en O Hórreo a una representación de colectivos en favor de la plena inmersión
El PSOE gallego vuelve a enredarse en cuestiones lingüísticas. Ayer no dudó en dar amparo en el Parlamento a grupos del ámbito educativo —algunos claramente situados en la esfera nacionalista— que defienden la aplicación en Galicia de un modelo que erradique el castellano de la enseñanza a todos los niveles. Los colectivos tenían la pretensión de exponer su «Propuesta de bases para la normalización de la enseñanza en Galicia» en la comisión de educación de la mano del BNG, pero el PP lo frenó aduciendo que los usos de la Cámara no amparan la presencia de agentes externos a la misma en las comisiones permanentes. Llevaron su protesta al exterior del Legislativo, donde una diputada socialista y otra nacionalista posaron junto a representantes de estos grupos en solidaridad con este supuesto «veto».
¿Qué plantea esta propuesta? «Un modelo que considere el gallego única lengua vehicular en la enseñanza, y por tanto, que se emplee en la docencia de todas las materias y niveles educativos». No se recoge en la propuesta excepción ni siquiera para la asignatura de lengua o literatura españolas. Lo que se denomina «normalización» es, en realidad, una inmersión plena que implica la desaparición de la lengua común de todos los españoles en el currículo educativo, situación que encuentra perfecto encaje en la Ley Celaá, de reciente aprobación.
Sin castellano
El plan contempla dos modelos. Por un lado, uno de aplicación inmediata en el que «el gallego será vehicular y de aprendizaje de todo el sistema educativo en el máximo que establezca el marco legal». El otro, que se especifica que será «transitorio», fija de partida la vehicularidad de la lengua gallega «como mínimo en el 50% de las áreas o materias del alumnado», pero cuyo fin es acabar desembocando en una educación sin presencia del castellano en el tercer ciclo de Primaria.
En sus «líneas básicas» se establece que el modelo se imponga «a todo el sistema educativo, tanto en centros públicos como privados concertados y privados». Eso sí, concede como medida de gracia «los ritmos necesarios» para la inmersión «previo estudio del contexto sociolingüístico del centro». Así, se impone el gallego «como lengua de uso de los centros escolares», que lo emplearán «en todas las comunicaciones internas y externas, tanto orales como por escrito, el desarrollo de los claustros y de las diferentes reuniones o la señalización».
Al profesorado se le elaborará «un plan de formación (...) que garantice su competencia plena para impartir todas las materias e niveles educativos en gallego» y que además «promueva una actitud favorable a la normalización». En cada curso se fijarán unos objetivos de empleo de la lengua, y cada dos años «se realizará una evaluación del uso del gallego por parte de alumnado y profesores». «Se arbitrarán las correcciones y adaptaciones necesarias para conseguir los objetivos marcados», añade a continuación. La larga mano de la inmersión llega incluso a la libertad de cátedra universitaria, al establecerse en la propuesta que el máster habilitante para ser profesor de secundaria «se imparta en lengua gallega», y que tanto «las escuelas de Magisterio como las facultades que tengan como destino prioritario la docencia, las aulas se impartirán en gallego también».
Entre los impulsores de esta «Propuesta» están A Mesa pola Normalización
—cuyo anterior presidente fue cabeza de lista del Bloque a las elecciones generales de 2015 y 2016— o la central nacionalista CIG, organizaciones con estrechos vínculos con el BNG. Además, figuran los sindicatos CSIF y STEG, la Confederación de Anpas Galegas, o las asociaciones As-PG y Nova Escola Galega.
El amparo que el PSdeG da a estos grupos contrasta con el respaldo que el Gobierno de España da al actual modelo lingüístico de Galicia. En junio del pasado año, el Ministerio de Política Territorial negaba que se limitara la enseñanza del gallego en la educación y ensalzaba los resultados que el modelo bilingüe estaba proporcionando en los más jóvenes.