Los mercados descuentan una recuperación vigorosa y los bancos centrales temen que sea prematuro
tos, por lo que un alza gradual de los rendimientos reales no representa necesariamente un motivo de preocupación. Ahora bien, Schnabel advirtió de que un aumento de las tasas reales a largo plazo en las primeras etapas de la recuperación, incluso siendo el reflejo de unas mejores perspectivas de crecimiento, podrían retirar el apoyo fundamental de las políticas demasiado pronto y de manera demasiado abrupta, dado el estado aún frágil de la economía. Llegado ese caso, «la política monetaria tendrá que aumentar su nivel de apoyo», dijo, según recoge Ep.
Las palabras de Schnabel se suman a las de Christine Lagarde, presidenta del BCE, quien ya el lunes aseguraba que la institución está vigilando «de cerca» la evolución de los intereses nominales de los bonos públicos a largo plazo como parte de su política para evaluar si las condiciones de financiación de la economía siguen siendo «favorables».
El problema ahora es una cuestión de tiempos. Para que la subida de precios que suele acompañar a la reactivación económica no llegue antes de los esperado y suponga un freno a la misma. Los analistas consultados aseguran que el mercado está descontando que el aumento de gasto por parte de la Administración Biden, unida a la reapertura económica que se espera tras la llegada de la vacuna supondrán un impulso del crecimiento global y un repunte de la inflación que obligará a los bancos centrales a retirar sus paquetes de estímulos antes de lo que estaba inicialmente previsto. La preocupación en los emisores proviene precisamente de que esta euforia sea excesiva y, sobre todo, demasiado anticipada, lo que cercenaría la capacidad de financiación de las empresas en un momento especialmente delicado.