La pelea del Gobierno se suma a la del feminismo y multiplica los 8-M por todo el país
▶ En Madrid la Comisión sigue y organiza cuatro concentraciones de menos de 500 personas
No hay todavía un marco común que establezca las medidas para celebrar el Día de la Mujer el próximo 8 de marzo. Una vez más, como ya ha ocurrido con las restricciones por la pandemia o con la campaña de vacunación, España vivirá múltiples 8-M, que se llevarán a cabo de forma diferente en las distintas regiones.
Pero tampoco el feminismo podrá entonar el grito de «todas a una», pues cada movimiento de mujeres está planteando diferentes escenarios para poder concentrarse el 8 de marzo. Ayer, la Comisión 8-M de Madrid, que normalmente se sitúa en la cabecera de la manifestación que tiene lugar en la capital cada año, anunció sus planes para esta edición, que es singular por la pandemia: cuatro concentraciones en plazas del centro de la capital que contarán con menos de 500 asistentes, aunque las conversaciones entre el movimiento de mujeres y la Delegación del Gobierno en Madrid y el Ministerio de Sanidad continúan activas para garantizar que no se supere el aforo establecido y se cumplan con las medidas que la situación sanitaria requiere.
Desoyen a Sanidad
La Comisión 8-M desoye así las palabras de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el pasado miércoles sobre la celebración de manifestaciones por el Día de la Mujer. «No ha lugar», decía entonces la titular del Ministerio, desaconsejando las marchas. Sin embargo, un día después, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, abría la puerta a las concentraciones «siempre que se tomen las medidas de precaución adecuadas», aunque abogó por evitar «agrupamientos grandes de personas» y estableció un paralelismo con las procesiones de Semana Santa.
Es precisamente esa falta de unidad y de una directriz clara que marque lo que se podrá o no hacer el próximo 8M, lo que ha llevado a que las distintas agrupaciones de mujeres de todo el territorio español planteen acciones diferentes, con distintos aforos y formas de llevar a cabo sus reivindicaciones. La misma falta de unidad que manifiestan los partidos del Gobierno, totalmente enfrentados por agitar la bandera del feminismo.
«No estamos convocando manifestaciones masivas. Estamos comprometidas y somos responsables», lanzaban ayer las portavoces de la Comisión 8-M de Madrid en una rueda de prensa. «El éxito no está en el número de personas que bajen a la calle, sino en cómo vamos día a día transformando la sociedad», dijeron.
La intención del movimiento de mujeres es celebrar cuatro concentraciones (y aseguran que tendrán menos de 500 personas) en varias plazas de Madrid: una en la Puerta del Sol, dedicada a los cuidados y servicios públicos; otra en Cibeles, donde el tema a reivindicar será la violencia contra las mujeres; otra en Embajadores, centrada en el bloque de antirracismo y disidencias y la última, en Atocha, dedicada a la emergencia planetaria.
Si finalmente se cumplen estas previsiones, estas cuatro concentraciones –que entonarán el grito «Ante la emergencia social, el feminismo es esencial»– serán las más multitudinarias de la capital. El control de aforo, explicaron ayer, se llevará a cabo mediante un cordón de seguridad y manteniendo precauciones «para que la manifestación se dé con total seguridad». Durante los próximos días, además, harán público un protocolo que deberán seguir todas las personas que deseen asistir.
A estas concentraciones se suma la de la otra gran plataforma de mujeres de la capital, el 8-M movimiento femi