Antonio Petit
Patricio del periodismo cabal Fundador de la agencia Vasco Press, referente durante años de la información en el País Vasco
EN un tiempo en el que una parte notable del periodismo vive entre la algarabía y la agitación permanente, se ha ido Antonio Petit Caro (Sevilla, 1943) que representaba el periodismo hecho a conciencia, con perspectiva y sin estridencias, un periodismo escueto, de datos, en el que el protagonismo correspondía a la información y no a los informadores. Pero Antonio fue, sobre todo, un hombre bueno en el sentido machadiano de la palabra, un hombre al que podías acudir en los momentos difíciles en busca de un buen consejo o una palabra de ánimo y que hacía de escudo cuando las cosas venían atravesadas.
Comenzó a trabajar en 1967 en la redacción de Bilbao de ‘La Gaceta del Norte’ donde ascendió, peldaño a peldaño, hasta llegar a director en 1980. Lideró la renovación de este periódico y destacó por su capacidad para seleccionar informadores jóvenes y crear equipos competentes. En 1982 renunció a la dirección del periódico y se embarcó con varios profesionales de ‘La Gaceta’ en un proyecto sin precedentes en España: la creación de la primera agencia de prensa regional, Vasco Press’
Petit y su equipo comenzaron a trabajar sin más capital que el buen hacer periodístico, que era mucho. El proyecto no fue sencillo, pero el liderazgo de Antonio y la competencia de quienes se sumaron a aquella aventura superaron todos los obstáculos y lograron consolidar la marca de Vasco Press en el panorama informativo nacional. El proyecto nació en el duro País Vasco de los años ochenta, marcado por el terrorismo. ETA no tardó en poner sus ojos en la agencia y en planificar un atentado que, por suerte, no se llevó a cabo. Al iniciar el siglo XXI, tanto Antonio como su esposa, Charo Zarzalejos, excelente periodista y mejor compañera, aparecieron de nuevo como objetivos preferentes de los terroristas.
Su trabajo hacía daño a los etarras. Una vez más, fue la actuación policial la que impidió la ejecución de tan siniestros planes.
El proyecto de Vasco Press, que Antonio presidió desde su fundación y en el que fue director desde el inicio hasta 1999, sobrevivió durante más de tres décadas hasta que el viento de la crisis económica general pudo con la agencia en 2015, pero en la memoria de la profesión ha quedado aquella iniciativa marcada de principio a fin por la impronta de Antonio Petit.
Su compromiso se expresó también en una implicación intensa en el movimiento asociativo (fue presidente de la prensa vizcaína y de la FAPE), compromiso que fue reconocido por sus compañeros con la insignia de oro de la FAPE. Taurino impenitente –escribió varios libros y, tras su jubilación, creó la página web Taurologia.com–, ocupó sus últimos años de actividad profesional como director de comunicación de Unesa.
Descanse en paz.