Los juristas advierten de la «desprotección legal» de las maternidades pactadas en chats
«En España, la ley prohíbe que la mujer seleccione al donante»
páginas web «van en contra de lo que marca la ley, no ofrecen garantías ni jurídicas ni sanitarias y suponen una amenaza para la salud de las receptoras».
Período de latencia
El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, Luis Martínez, afirma a ABC que «además de que estas prácticas están al margen de la legalidad porque no garantizan el anonimato del paciente, hay una cuestión muy grave y es que ponen en riesgo la vida de las mujeres que se inseminan en casa con el semen de un desconocido y también la de los futuros bebés». A juicio de Martínez, el control sanitario del donante debe ser riguroso. «La persona que dona el esperma debe someterse a un riguroso estudio de salud para garantizar que no puede transmitir a la receptora ninguna enfermedad infecciosa o de tipo hereditario al bebé».
Recuerda que en el caso de un proceso controlado médicamente, los donantes de semen deben someterse a dos analíticas, separadas por un período de latencia de seis meses, porque «muchas enfermedades están durante ese tiempo en fase de latencia y debemos asegurarnos de que no hay ningún riesgo». «Eso significa que aunque en el momento del encuentro, el donante le entregue un informe médico que demuestra que está libre de enfermedades, ese informe tiene un valor relativo porque puede estar infectado sin que lo detecte la serología», advierte el presidente de la Sociedad
Española de Fertilidad. Otro riesgo es la falta de condiciones óptimas de esterilidad que se dan en una «inseminación casera».
«Es obvio que es un proceso menos controlado y con muchas menos garantías. No puedo llegar a comprender cómo una mujer puede inyectarse semen de un desconocido que no le ofrece garantías. Ese es a mi entender el riesgo más preocupante», señala Martínez e insta a las autoridades sanitarias a actuar contra estas webs. La actual Ley de Reproducción Asistida ofrece también garantías respecto al número máximo de bebés nacidos y estas prácticas, «al estar totalmente al margen del procedimiento legal no lo garantiza», añade. En algunas de estas páginas se apunta que la tasa de éxito supera al 15%, frente al 20% de la fecundación natural, aunque desde la SEF lo desmienten. «En las clínicas la técnica es más precisa y depurada, ya que introducimos el esperma directamente en la matriz, saltándonos todas las barreras como la del PH vaginal, que es ácido e impide la movilidad», explica el especialista. Recuerda que con una inseminación en clínica la tasa de éxito alcanza el 25%. «Nosotros no engañamos porque nos avalan las estadísticas», señalan.
«Una fórmula menos fría»
Los partidarios de la inseminación doméstica, sin embargo, defienden esta alternativa como una fórmula «más humanizada» y «menos fría», también más económica, de traer al mundo a un bebé. La mayoría de estas mujeres llegan a esta vía después de recorrer varias clínicas de fertilidad sin resultados y tras perder mucho dinero, según confiesan en los foros las usuarias. «Estamos en contra del negocio de estas clínicas, que se aprovechan de nuestro deseo de ser madres para hacer cartera», reconoce Sonia V. H., suscrita al foro co-padres.net. Una de sus mejores amigas, Noelia P. Q. recurrió a una esta web para ser madre. Logró su objetivo. «Soy consciente de que es difícil, aunque en mi caso lo he conseguido en el segundo intento», dijo la joven cuando este diario contactó con ella en 2016. Ahora, tras ser contactada de nuevo, ha declinado hacer declaraciones.
En los foros, los contactos siguen y el perfil de los donantes es de lo más variopinto. Desde los que se ofrecen a formar una familia con la desconocida hasta los que (la mayoría de ellos) lo dejan en un encuentro y renuncian a futuras responsabilidades. «Soy un chico de Barcelona, disponible hasta diciembre de 2021. Tengo 30 años, perfecto de salud, atlético, simétrico, buena apariencia. Tengo estudios universitarios superiores. No busco ningún tipo de vínculo una vez alcanzado el objetivo». El perfil de este joven barcelonés es el más generalizado. Receptores y donantes siguen alimentado estos «tinders» de la inseminación al margen de la ley.
Plantear una maternidad a medida al margen de la actual legislación «es una irresponsabilidad que puede tener consecuencias no solo para los adultos que la llevan a cabo, sino también para los futuros niños que nazcan fruto de esta actuación». Juristas y expertos en Bioética consultados por ABC advierten de los riesgos sanitarios y legales que conllevan los chats de contactos que promueven la maternidad mediante semen de donantes altruistas.
Una de las primeras irregularidades en las que incurren estas aplicaciones que ponen contacto a donantes de esperma con mujeres que quieren ser madres es que «vulneran uno de los principios básicos de la actual Ley de Reproducción Asistida, que establece el anonimato del donante». «La ley española especifica que solo el equipo médico que realiza la técnica de inseminación podrá elegir el donante y que en ningún caso podrá seleccionarse personalmente», señala en declaraciones a ABC la doctora Montserrat Boada, jefe de la Sección de Biología del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer.
El jurista Xavier Puigdollers, profesor de Derecho Civil de la Universitat Abat Oliba CEU coincide con ella en que estas webs incumplen el actual marco legal y «no ofrecen garantías legales a los que participan ni a los futuros bebés». Por otro lado, en ellas no se aclara si hay «transacción económica» en el proceso, lo que «lo haría aún más cuestionable desde el punto de vista legal porque al igual que ocurre con la actual Ley de Trasplantes, que prohíbe cobrar por la donación de órganos, en este caso también se cuestionaría recibir compensación económica por la venta de esperma», subraya el jurista en declaraciones a este medio. Las webs
Riesgo sanitario «Se pone en riesgo la vida de las mujeres y de los bebés», alerta el presidente de la Sociedad Española de Fertilidad
«No hay garantías de que se cumpla lo que marca la ley de un máximo de seis niños nacidos por donante»
de copaternidad son ambiguas en cuanto al tipo de documento que firma el donante de semen y la receptora. Este diario ha intentado contactar con una de estas webs (co-padres.net, aunque hay otras como family4everyone) para aclarar esta cuestión y no ha recibido respuesta. Xavier Puigdollers ve desde el punto de vista jurídico «desprotección y riesgos» en este tipo de contratos particulares que, según especifican en los foros los propios interesados, «quedan entre ellos» y varían según los casos. En algunos, el donante renuncia a cualquier responsabilidad con respecto al futuro bebé y en otros asume la copaternidad de mutuo acuerdo con la receptora.
«Se trata de un documento que, de entrada, no tiene en cuenta los derechos del niño a tener una garantía y seguridad», precisa Puigdollers. «Los bebés nacidos de estas uniones pueden también de mayores reclamar a su padre biológico», añade. Este tipo de pactos, aunque estén realizados bajo notario, «podrían anularse en caso de que se demuestre que el donante ha sido incapacitado legalmente por algún trastorno psíquico». «¿Quién le dice a la mujer que recibe el semen que el donante no está incapacitado? La ley les prohíbe ser donantes», subraya.
Resultado nulo
Desde el punto de vista sanitario, también hay riesgos «evidentes». La doctora Boada destaca las diferencias entre obtener el semen de un banco o a través de esos chats. «A parte del cribado médico del donante para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas o hereditarias, la preparación de la muestra de semen para eliminar el plasma seminal y seleccionar los espermatozoides de buena movilidad se hace siempre en condiciones de esterilidad. Estas condiciones no pueden reproducirse en casa», precisa Boada. «Además –añade– «no hay garantías de anonimato ni de que se cumplan las condiciones de un máximo de seis niños nacidos por donante como estipula nuestra legislación sobre reproducción humana asistida». Otro asunto a tener en cuenta es, según apunta, que sin controlar la mujer ni la muestra «el resultado puede ser mucho más bajo o incluso nulo».