«Podemos cambiar el mundo»
Los adolescentes lo tienen claro: «Cambiando cosas que nos parecen una tontería podemos llegar a cambiar una sociedad entera». Son el futuro y quieren luchar por mejorar el mundo en el que vivimos. Casi 480 adolescentes decidieron, hace unos meses, embarcarse en una nueva aventura: la de ponerse delante de un micrófono para combatir el machismo, el racismo y el consumismo. Lo harán a través de programas de radio grabados enmarcados en la octava edición del proyecto ‘Activistas polo mundo que queremos’, propulsado por la Consellería de Educación y apoyado por varias ONGD. Los alumnos, de entre 12 y 16 años, pudieron conocer cuáles son sus límites y trabajaron sobre ello en equipo, a través de la creación de guiones, escaletas y la investigación de los temas que más les preocupan para llevar a cabo el programa. «Muchas veces pensamos que los adolescentes son los más vulnerables debido a su edad, pero están demostrando que tienen una gran capacidad de reflexión», analiza María Caride, coordinadora del proyecto, en conversación telefónica con ABC.
Por el momento, solo se grabaron en dos institutos, aunque está previsto que a principios de marzo se continúe con el proyecto. En estos primeros minutos delante de un micrófono, estos jóvenes comunicadores no quisieron perder la oportunidad de hablar sobre uno de los temas que más les preocupa: «El machismo, el patriarcado y también la transexualidad», sostiene Caride. Y lo hicieron analizando canciones con contenido machista. «Un 36% de las canciones escuchadas en España tienen contenido de esa índole», afirman. «Es interesante que os deis cuenta de las barbaridades que dicen», suscriben. «Nos parece denigrante», reafirman.
También quisieron tomar cuenta de la realidad a través de personas que comparten el día a día con ellos, sus propios profesores. Pudieron charlar de las experiencias vividas por una de sus profesoras, a la que le preguntaron si consideraban que «¿feminista se nace o se hace?». La docente les invitó a la reflexión, asegurando que «todo pertenece al proceso de educación», por lo que considera que «se hace». «¿Por qué es feminista?», insistieron los alumnos de tercero de la ESO, a lo que la docente respondió: «No hay otra forma de ser en la vida. Yo me preguntaba: ‘¿por qué yo no tengo un equipo de fútbol o baloncesto en mi centro?’ Así, empecé a plantearme que hay algo que no funciona», sentencia en la entrevista radiofónica.
También se lanzaron a entrevistar a otra de sus profesoras, que además les hizo reflexionar a través de su relato contra el racismo. Sobre el encuentro con la docente, los jóvenes quisieron destacar: «No me llames negrita, llámame negra», una frase con la que la entrevistada «se sintió identificada nada más leerla»; o «incluso en África hay racismo», son algunas de las declaraciones que pusieron en valor, conociendo un poco más el ámbito racista de la sociedad actual.
Proyecto
La coordinadora del proyecto se siente tremendamente orgullosa del esfuerzo de los alumnos. «Es muy importante la educación en valores», apunta. «Tenemos que intentar cambiar todas las cosas que no nos gustan», suscribe. Están trabajando, actualmente, con seis centros repartidos por Galicia. Como en prácticamente todos los ámbitos, el Covid casi paraliza el proyecto, pero siguieron adelante: «Es gracias al esfuerzo de los profesores y también de los alumnos», matiza Caride. «Por eso, decidimos intercalar la presencialidad con la virtualidad», explica. «Así, intentamos que los chicos y chicas no acudiesen a las clases» más de lo imprescindible, «y no poníamos en riesgo su salud, ni la de los docentes».
Además de esa educación, insiste Caride, «yo creo que es clave el papel de los profesores y las familias para que haya un acompañamiento a todas estas cuestiones». Porque los alumnos «sí se implican, y mucho. De hecho, nos sorprendió mucho el ímpetu con el que hablan y trabajan los jóvenes», refleja. «Nosotros intentamos provocar el gusanillo de la participación, que se impliquen en el activismo», para que de esta manera también puedan trasladarlo a sus conocidos e, incluso, a «sus propias vidas para intentar hacerlas lugares mejores», añade Caride. «Que los jóvenes», apostilla, «quieran actuar con conciencia crítica y la tengan, para cualquier situación a la que se tengan que enfrentar», remata.
«Es interesante escuchar las barbaridades que dicen algunas de las canciones machistas»
Adolescentes «Queremos provocarles el gusanillo de la participación, que se impliquen en estos temas»