El declive del Barcelona termina con la detención de Bartomeu
▶Los Mossos registraron las oficinas del club y el domicilio del expresidente por el ‘Barçagate’. Masferrer, Grau y Román Gómez, también arrestados
La decadencia en la que se ha instalado el Barcelona durante este último lustro vivió este lunes un momento cumbre con el registro de las oficinas del club por parte de los Mossos d’Esquadra, la detención de Josep Maria Bartomeu y tres altos ejecutivos (Óscar Grau, Jaume Masferrer y Román Gómez Ponti) del club catalán. A todos ellos se les relaciona con un delito de administración desleal y corrupción entre particulares a raíz de la contratación de servicios de monitorización de las redes sociales, llevados a cabo por la empresa I3 Ventures, lo que ha sido conocido como ‘Barçagate’. La noticia de que el máximo mandatario del club catalán entre 2014 y 2020 fue retenido, junto a los otros empleados, en la comisaría de Les Corts, donde todos permanecieron aislados, confirma el final de un ciclo en el área institucional que ha tenido continuidad en los terrenos de juego y que implosionó con la aprobación de una moción de censura que provocó la dimisión de toda la junta. Precisamente, el ‘Barçagate’ fue el catalizador, junto con los malos resultados deportivos, que aceleró la salida de Bartomeu y sus directivos a finales de octubre.
«El Barcelona ha ofrecido su plena colaboración a la autoridad judicial y policial para aclarar los hechos objeto de esta investigación. La información y la documentación requeridas por la Policía judicial se han circunscrito estrictamente a los hechos relativos a este caso. El Barcelona expresa su máximo respeto por el procedimiento judicial en curso, y por el principio de la presunción de inocencia de las personas afectadas en el marco de estas actuaciones», comunicaba el club catalán ante el sorprendente registro ordenado por el Juzgado número 13 de Barcelona. No obstante, la jueza titular, Alejandra Gil, que ha ido prorrogando el secreto de sumario en este caso, no ordenó la retención de Bartomeu y sus ejecutivos, sino que la decisión ha sido tomada por el área de delitos económicos de la Policía autonómica.
El propio Bartomeu ya tuvo que justificarse públicamente, tras dar explicaciones en el vestuario, hace justo un año. Reconoció que el Barcelona había contratado un servicio de monitorización de las redes sociales pero que ante la confirmación que una de las cuentas vinculadas a I3 había hecho «comentarios inadecuados» habían decidido rescindir el acuerdo. «El Barcelona no ha contratado nunca ningún servicio para desprestigiar a nadie. Es totalmente falso y nos defenderemos por todos los medios a nuestro alcance», aseguró.
Indicios de corrupción
No obstante, lo que se le cuestiona a Bartomeu como máximo responsable del club y a sus altos ejecutivos, no es el contenido de los mensajes publicados en las redes sociales sino el coste y la forma de pago del servicio. De ahí el posible delito de administración desleal y corrupción entre particulares (un informe de la División de Investigación Criminal de los Mossos ya advirtió indicios de corrupción al considerar que el club podría haber pagado un precio «seis veces superior» al de mercado). Es llamativo que el pago del millón de euros que se facturó se troceara en seis pagos para no tener que pasar el control de la junta directiva, que debe aprobar cualquier gasto superior a los 200.000 euros. De hecho, el que fuera vicepresidente institucional del club, Emili Rousaud, se vio abocado a dimitir tras denunciar que «alguien del club ha metido la mano en la caja». «Se manipularon contratos y facturas para evitar pasar los controles del club, fue un desastre», explicó reiteradamente el directivo, que renunció a ser el delfín de Bartomeu en las elecciones. Junto a él se marcharon Enrique Tombas, Maria Teixidor, Jordi Calsamiglia, Silvio Elías y Josep Pont.
El registro y la detención de Bartomeu llega en un momento clave de la temporada, con la eliminatoria de Copa en el horizonte mas próximo (el Barça buscará remontar mañana el 2-0 ante el Sevilla para meterse en la final), la recuperación en la Liga que permite presionar al Atlético y la elección de un nuevo presidente este mismo fin de semana que debería poner fin a un desgobierno que dura ya más de cuatro meses.
Elecciones este domingo
Joan Laporta, Toni Freixa y Víctor Font aspiran a suceder a Bartomeu con la obligación de enderezar la grave situación económica, deportiva e institucional en la que habita el club. Precisamente, los tres candidatos se han pronunciado sobre la retención de Bartomeu. «Cuando hay una actuación judicial, el juez sí sabe a quién está investigando y la entidad se pone a disposición, no habría que hacer este registro. Se supone que toda la documentación está a disposición del juez. Es una situación desagradable que no debería haberse producido. Como socio del Barça, no me siento nada satisfecho que suceda esto», apuntó un molesto Freixa. Laporta sorprendentemente, abogó por la «presunción de inocencia» y reconoció «un máximo respeto por las actuaciones judiciales y policiales». Más contundente se mostró Víctor Font a través de las redes sociales: «Debemos acabar totalmente con la corrupción y con las corruptelas. Nos neutralizan, matan la meritocracia... Es una manera de hacer inherente a una época que hay que extirpar, si queremos salir adelante como país sin rémoras ni miedos...».
Sin influencia en los abonados El independentismo de Laporta durante su mandato incidió más en el descenso de abonos que la mala gestión de Bartomeu, que ganó el triplete el primer año
Momento clave en el futuro del club El registro en el club y la detención de Bartomeu se produce en una semana clave, con la semifinal de Copa y las elecciones a la presidencia el próximo domingo