Presidente culé, profesión de riesgo
▶ Bartomeu es el tercer mandatario azulgrana que acaba en la cárcel o la comisaría
Ser presidente del Barcelona otorga una notoriedad incuestionable, equiparando, prácticamente, su fama y poder al del presidente de la Generalitat de Cataluña. Lo han experimentado todos los dirigentes azulgranas de la democracia española aunque ninguno de ellos ha quedado exento del peso de la ley. De hecho, sentarse en el sillón presidencial es una profesión de riesgo, algo que han podido comprobar Josep Lluís Núñez, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, sin olvidar que Joan Laporta también fue imputado por el cobro de comisiones después de que fuera acusado de realizar negocios de dudosa legalidad y lucrarse por ello cobrando una comisión de tres millones de euros a través de una cuenta en un banco suizo. El actual candidato reconoció haber cobrado 10,15 millones de euros a través de su despacho de abogados por asesorar al magnate uzbeko Miradil Djalalov mientras era el máximo mandatario azulgrana pero la juez del caso, María José Ortega, le absolvió.
El primero en visitar la prisión fue Josep Lluís Núñez, aunque su delito nunca estuvo relacionado con el Barcelona y se produjo cuando ya había abandonado la presidencia del club azulgrana, que ostentó entre 1978 y 2000. Constructor de éxito, fue condenado en 2011 a seis años de prisión, al igual que su hijo José Luis Núñez Navarro, y a pagar una multa de dos millones de euros por el delito de cohecho y de otros 36.000 euros de multa por falsedad documental por su implicación en el caso Hacienda, delitos de los que siempre se declaró inocente. La sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona consideró probado que Núñez, padre e hijo, sobornaron a inspectores de Hacienda con casi un millón
Tuvo que ingresar en prisión acusado del pago de comisiones a inspectores de Hacienda. Siempre se declaró inocente.
Ha sido retenido en el marco del caso ‘Barçagate’ para evitar la destrucción de pruebas. Es una medida preventiva adoptada por los Mossos.
Pasó 21 meses en prisión acusado de blanqueo de capital y organización criminal. Fue absuelto y acusó a la juez Lamela de prevaricación. de euros para lograr así dejar de declarar al fisco aproximadamente 13,1 millones entre 1991 y 1999.
Mucho más sonado, por injusto, fue el caso de Sandro Rosell, que fue exonerado por la Audiencia Nacional tras 21 meses encarcelado después de no poder probar los delitos de blanqueo y organización criminal de que le acusaba la Fiscalía, que hacía referencia a las comisiones por la retransmisión de 24 partidos amistosos de la selección brasileña absoluta de fútbol y un contrato de esponsorización de la canarinha con Nike. La Fiscalía reclamaba seis años de cárcel, después de haber solicitado inicialmente una pena de 11 años. Rosell siempre mantuvo que haber sido presidente del Barcelona le comportó esta acusación así como un sinfín de inspecciones de Hacienda.
Ahora le ha tocado el turno a Josep Maria Bartomeu. Aunque su retención pueda tratarse de una medida preventiva para evitar la destrucción de pruebas, completa una fatídica serie de dirigentes azulgrana con problemas con la Justicia. Incluso Joan Gaspart tuvo que declarar en 2019 ante los tribunales por una presunta estafa al ocultar impagos a la Seguridad Social por más de 15 millones de euros al príncipe saudí Turki bin Nasser, propietario del hotel Rey Juan Carlos I y el Palacio de Congresos.
Tres expresidentes detenidos