Un inmenso error
La vacunación de Doña Elena y Doña Cristina desata una nueva ofensiva contra la Corona
La vacunación de las Infantas Elena y Cristina en los Emiratos Árabes representa un grave error que supera el ámbito personal y cuyas consecuencias recaen en la institución que encarna su hermano, Felipe VI, y, por elevación, en el sistema de derechos y libertades que encabeza la Corona, hostigada desde hace meses desde el interior del propio Gobierno. Las Infantas no solo han sido imprudentes, sino irresponsables. La posibilidad de reencontrarse con su padre –argumento emotivo, utilizado ayer para exculparse– no tiene pase cuando millones de familias permanecen aún separadas de sus mayores, a la espera de una vacuna que evite un posible contagio. Excluidas de la Familia Real por Don Felipe y desprovistas de cualquier responsabilidad pública, las Infantas Elena y Cristina actúan desde la distancia que hace siete años marcó su hermano. Están fuera de la Familia Real, pero aún pueden perjudicarla. La soledad institucional del Rey exigía de Sus Altezas un compromiso firme con la ejemplaridad y con la evitación de cualquier escándalo que pueda contribuir a la erosión de una Corona que está en la diana de un movimiento cuya ofensiva contra nuestro régimen de libertades –en nombre de ‘la sociedad’, antes ‘la gente’– se centra en el factor humano que impregna y condiciona a quien mejor lo representa, el Rey de todos. Doña Cristina y Doña Elena no solo infligen con su conducta un grave daño a Felipe VI y a la institución que representa, sino a esa sociedad de la que nunca habla Pablo Iglesias y que confía en la permanencia de nuestro modelo democrático.