Violencia, jerarquía y palabras en clave para quemar las calles de Barcelona
▶ El juez envía a prisión a ocho anarquistas por incendiar un furgón con un policía dentro
Fue este grupúsculo anarquista, mayoritariamente italiano, el protagonista de los altercados más violentos de la manifestación del sábado en Barcelona, incluyendo la quema de un furgón de la Guardia Urbana con un agente dentro, que, por suerte, pudo escapar de las llamas. Pero estos individuos llevaban días participando en las algaradas de la capital catalana en honor al rapero Hasel, y los Mossos los tenían fichados desde el 17 de febrero: «Un grupo compacto, que hablaba italiano y participaba activamente en los altercados». Por eso, desde entonces, no les quitaron el ojo de encima.
Todo esto lo detalla el juez de guardia en el auto con el que la madrugada del martes al miércoles enviaba a prisión a los ocho anarquistas detenidos. Les imputa, a todos ellos, homicidio en grado de tentativa, atentado a agentes de la autoridad, desórdenes públicos, daños y pertenencia a grupo criminal. La noche del sábado estos antisistema se movieron con violencia y un alto grado de jerarquía y organización interna, usando incluso palabras en clave para coordinar ataques. Esto fue lo que aquellas horas pudieron ver los agentes de paisano.
Eran una quincena de individuos, que entre ellos hablaban italiano y que «de forma coordinada y muy violenta» atacaban establecimientos comerciales y entidades bancarias. Dos jóvenes, ataviados con un impermeable con una franja reflectante en la espalda, llevaban la batuta e impartían las órdenes. El resto, además de cumplir esos mandatos de inmediato, daban cobertura a las acciones de los cabecillas: cuando un periodista se acercaba para filmar los destrozos, se lo impedían violentamente y formaban un círculo para proteger a los vándalos. Uno de esos líderes portaba un martillo con el que reventaba las lunas de los establecimientos comerciales.
En su ‘tour’ vandálico, estos individuos asaltaron cinco entidades bancarias del distrito de Ciutat Vella –Banco Sabadell, Caixabank, BBVA, Banco Santander y Kutxabank– y varios establecimiento comerciales. Entre ellos, un Zara de la plaza Cataluña, cuyos daños fueron cuantificados en 500.000 euros, y la fachada de un hotel de la cadena NH de la Rambla Cataluña.
También destrozaron abundante mobiliario urbano. Los agentes vieron cómo, por ejemplo, uno de estos miembros del grupo abría las tapas de las farolas para que otro cortara los cables de la luz y dejar así las calles en penumbra. Al llegar a la comisaría de la Guardia Urbana de Las Ramblas, lanzaron todo tipo de objetos contra los agentes. Y, como colofón a su carrera vandálica, intentaron incendiar un furgón de ese Cuerpo cuando dentro aún estaba un agente municipal.
Entre los atestados de los Mossos, que en todo momento siguieron a estos vándalos, y las filmaciones vistas a posteriori, el juez de guardia no tiene muchas dudas de cómo se sucedieron los hechos. Uno de los líderes del grupo arrojó un cóctel molotov contra los agentes, aunque por fortuna dio en un árbol y no en los policías. Luego, lanzaron una bengala a los bajos del vehículo, e inmediatamente vertieron un líquido incendiario. El furgón ardió de inmediato, pero el agente que estaba dentro escapó a tiempo. El policía temió por su vida y notó el calor de las llamas, según describen los Mossos, que sofocaron el fuego.
El juez lo tiene claro. Tiene identificado a quien lanzó el cóctel y a quien echó el líquido inflamable para intentar que todo saltase por los aires, pero considera que todos actuaron de forma coordinada, y por eso imputa a los ocho detenidos el intento de homicidio y el resto de delitos. Funcionaron, a su juicio, como una organización criminal: «No les importó que en su interior hubiera una persona y despreciaron el evidente riesgo de que se incendiara
Un diputado de la CUP burla las normas de prisión y fotografía a Hasel
El diputado de la CUP en el Congreso Albert Botran publicó ayer en Twitter una fotografía de Pablo Hasel en prisión después de haber visitado al rapero delincuente en la cárcel de Ponent, de Lérida, donde cumple condena por enaltecimiento del terrorismo. Según fuentes de la Consejería de Justicia de la Generalitat, el diputado antisistema se ha saltado las normas del centro penitenciario, en el que está prohibido tomar fotografías de los presos. Las fuentes no precisan si se emprenderá acciones contra Botran, que colgó la imagen en las redes sociales y presumíó de haber pasado «un buen rato con Pablo Hasel». por completo el vehículo y que dicho agente no pudiera escapar del mismo», concluye en su auto.
Organización criminal
Más evidencias de que los ocho arrestados actuaban al unísono como organización criminal, un delito que elevaría sustancialmente las penas en caso de condena. Aunque ellos digan que no se conocían, los agentes les sor
Riesgo de fuga Siete de los ocho detenidos son extranjeros, por lo que el juez ve riesgo de fuga si quedan libres