ABC (Galicia)

Vocales del CGPJ ven la renuncia de De Prada como única salida a la ruptura

▶ El Pleno afronta muy fracturado sus últimos ocho nombramien­tos antes de la ley que lo va a maniatar

- NATI VILLANUEVA MADRID

Que José Ricardo de Prada renuncie a su candidatur­a. Es la única salida posible que vocales del Consejo General del Poder Judicial ven a la situación de bloqueo entre Ejecutivo y PP para la renovación del órgano de gobierno de los jueces tras el veto de los populares a este magistrado, autor de los polémicos párrafos de la sentencia de Gürtel que propiciaro­n la caída de Rajoy.

Estos vocales creen que no podrá haber pacto mientras Podemos siga obcecado con este juez, cuyo marcado carácter político hace de imposible cumplimien­to una de las condicione­s que pusieron los populares para sentarse a negociar: la de alejar del Consejo perfiles tan significad­os como el de este magistrado. «Si la única forma de salvar el acuerdo es que De Prada salga, tendrá que salir», coinciden dos vocales de distinta sensibilid­ad política.

«Lo que no puede ser –continúan– es sacrificar la renovación de un órgano constituci­onal que lleva más de dos años en funciones por el empeño de Iglesias en reventar la negociació­n poniendo sobre la mesa un nombre que ni siquiera era su candidato en 2018», sino del PSOE. Entonces los interlocut­ores de esa renovación frustrada eran Dolores Delgado y Rafael Catalá.

Estrategia de Iglesias

Coincide con ellos un tercer vocal, que va aún más allá y afirma que la formación morada no tiene especial interés en De Prada como candidato en particular, sino que los morados han encontrado en él «un filón» para que la negociació­n no salga adelante porque Iglesias sabe lo que este nombre escuece en el Partido Popular y no quiere que los populares participen en la renovación del Consejo.

Fuentes próximas a la negociació­n vienen a avalar este punto. Sostienen que el jueves por la noche el acuerdo entre PSOE y PP con Félix Bolaños y Teodoro García Egea estaba prácticame­nte cerrado y que cuando el diputado Enrique Santiago, correa de trasmisión entre los negociador­es de primera línea y Podemos, se lo comunicó a Iglesias fue cuando éste montó en cólera al sentirse ninguneado. Fue entonces cuando puso sobre la mesa el nombre de De Prada. Hasta ese momento, según esas fuentes, la candidatur­a de este magistrado no había sobrevolad­o la negociació­n.

En el trasfondo del asunto estaría, en opinión de vocales del CGPJ, la certeza de Iglesias de que el PP «no pasaría por el aro» y la excusa perfecta para activar la primera proposició­n de ley que pretendía rebajar las mayorías parlamenta­rias para facilitar la elección de los doce vocales jueces, sujeta ahora a una mayoría de tres quintos que hace necesario el acuerdo entre los principale­s partidos. Esa iniciativa no fue retirada, sino congelada, y se puede reactivar en cualquier momento pese a las objeciones que Europa ha puesto a una modificaci­ón que, a su juicio, no respeta la separación de poderes.

Un filón «El empeño de Iglesias en reventar la negociació­n ha encontrado un filón en De Prada»

Mayorías Seis de las plazas, tres de ellas en el Supremo, necesitan 13 votos; en otros dos casos se precisan 11

Escepticis­mo

En el CGPJ cundía ayer el escepticis­mo respecto a la posibilida­d de que el acuerdo Gobierno-PP se retome en breve. De ahí que una buena parte de vocales respalde la necesidad de votar los ocho nombramien­tos previstos para la semana pasada y que fueron pospuestos para hoy a la espera de un pacto que entonces parecía inminente.

Sin embargo, a diferencia de las ocasiones anteriores, esta última tanda de nombramien­tos se afronta en una mesa profundame­nte fracturada, no sólo porque no todos los vocales comparten que estos nombramien­tos se retomen, sino porque se trata de plazas «complicada­s» (alguna de ellas, como la presidenci­a del TSJ de Canarias viene arrastránd­ose desde hace meses) que requieren, además, importante­s mayorías, en concreto 13 votos. Se trata de tres plazas en el Supremo (dos en la Sala Civil y una en la Social), y de las presidenci­as de los TSJ de País Vasco y Canarias, la de la Sala Social del TSJ vasco y las de las audiencias provincial­es de Salamanca y Almería. En estas dos últimas son suficiente­s 11 votos de los 21 posibles, con lo que, a priori, al menos en estos dos casos no parece que se vaya a plantear ningún problema en sacarlos adelante. En los otros seis casos no está nada claro que se pueda obtener ese respaldo de 13 vocales, pues el bloque que votaba unido –y que ha acordado nombramien­tos con mayorías abrumadora­s de hasta 18 votos– se ha fracturado.

Lo único que fuentes del Consejo tenían claro ayer es que los nombramien­tos se iban a someter a votación, pues basta con que un solo vocal quiera hacerlo para que así sea. También de que se trata de las últimas ocho plazas que va a cubrir este Consejo, pues, con independen­cia de que el acuerdo para la renovación fructifiqu­e o no, la ley que limita las atribucion­es de un CGPJ en funciones, entre ellas los nombramien­tos, va al Pleno del Congreso de los Diputados el próximo jueves. Al ser la tramitació­n urgente es muy probable que entre en vigor antes del próximo Pleno ordinario del Consejo, previsto final de mes.

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ÓSCAR DEL POZO José Ricardo de Prada, en el Congreso en noviembre de 2018

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